5. Notas amarillas

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5. Notas amarillistas.



Min Ho había despertado con el sentimiento de alegría en su interior, pero al abrir los ojos en busca de su celular que sonaba, sé desoriento al no reconocer su entorno. Además se sorprendió al sentir el peso de la compañía a su lado, su rostro no pudo evitar colorearse al recordar lo que había hecho la noche anterior con Leslie. Al voltear pudo ver su cabello regado por la almohada y la sonrisa se abrió paso por su rostro; esa bella mujer se adueñó de su voluntad con una mirada, se gano su corazón por la fortaleza que le demostraba, podría enamorarse de ella aun más.


Imágenes inundaban su mente adormilada donde había entregado sus sentimientos de una forma muy poco usual para él. Así que en algún momento de la noche había decidido que le encantaba todo lo que provocaba en su persona, aunque también el remordimiento se había apoderado de una parte importante de su atención ya que ese tipo de acercamiento lo dejaba para cuando hubiera más confianza, pero con ella simplemente se había dejado llevar y era algo que no podía comprender.


Una nueva llamada había hecho sonar el celular nuevamente, llamando completamente su atención sé apuro para tomarlo puesto que no quería seguir incomodando a su compañía. Tenía que responder y revisar la hora, seguramente su asistente lo estuviera buscando para iniciar el día. También había dejado solo a su pequeño Choco en casa, ese era algo que casi nunca hacía. Si aun era temprano le daba margen para iniciar su horario y al menos invitar a desayunar a sus nuevas amigas, ya estaba deseando pasar más tiempo con ellas.


Silenció la llamada antes de contestar, mientras alcanzo la sudadera que había quedado tirada a un lado de la cama después de haber recostado a Leslie, no supo en que momento se había preparado para dormir más cómodo, tomo el celular y mirando la pantalla, un malestar le atravesó el cuerpo.


Su hermana. Ella casi no llamaba a esas horas, haciendo que Min Ho pensará varias ideas muy negativas.



–¿Dónde estás? – su pregunta directa, sin saludo en verdad lo habían alertado, terminando de despertarlo.


–Fuera de casa, ¿por qué? Sucedió… – no pudo terminar porque ella ya estaba hablando.


–Estoy en tu departamento, ya sé que no estás, por eso te estoy preguntando Min Ho. Hay algo grave de lo que tenemos que hablar, así que te quiero en mi oficina cuanto antes. Nuestros padres están bien, no te alarmes por ese lado. Más bien preocúpate por tu carrera.


Le había colgado antes de siguiera poder responder algo.



“¿Qué pasaría que tenía a su hermana de ese humor?” – pensaba confundido aun mirando el celular, al menos el malestar se había alejado al saber que su familia estaba bien.

Un suspiro escapo de sus labios y dejo caer la cabeza entre las manos, recargando los codos sobre las rodillas.


***



Despertó al escuchar el sonido de llamada, pero no se movió de su lugar, ni abrió los ojos rezando mentalmente para que su hija no hubiera escuchado, aunque la menor tenía un sueño tan pesado que en ocasiones era difícil despertarla para ir al escuela.
Fue su voz la que llamó su atención aunque sabía que no estaba bien oír la conversación ajena, aunque no era que entendiera mucho, el coreano aun no estaba entre los idiomas que hablara.  Su voz había sonado preocupada, el suspiro final le había provocado una presión en el corazón; pero no quería enfrentarse a él aun, por lo que fingir seguir dormida le parecía lo mejor.


Cobarde Leslie. Deja de ser tan boba y enfrenta tus actos” – le decía esa vocecita que siempre la regañaba, solo que ahora podía escucharla mucho mas fuerte y cómo no, si parecía estar siendo guiada a todo ese desastre por culpa de ella, la voz de sus deseos de mujer.

Fugaz entre mis manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora