6. Dudas y caos.

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6. Dudas y caos.


El dolor de cabeza le estaba manteniendo despierto, la presidenta había sido muy firme al recordarle que debía mantenerse al lado de Min Ho siempre, sin importar nada él debía estar ahí a su lado para evitar justamente lo que estaba pasando

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El dolor de cabeza le estaba manteniendo despierto, la presidenta había sido muy firme al recordarle que debía mantenerse al lado de Min Ho siempre, sin importar nada él debía estar ahí a su lado para evitar justamente lo que estaba pasando. Una gran sonrisa se dibujo en su rostro y ajustando sus anteojos seguía mirando las noticias en la red, los escándalos eran tan fáciles de propagar. Además de la educación tan reprimida que tenía su nación, ver este tipo de imágenes era completamente detestable.

Cambio el semblante cuando le vio salir e ir a su encuentro, la noticia no le caería en gracia, pero ahora eso era algo superfluo comparado con el lío que era salir ilesos de ese lugar que se llenaba cada vez más rápido.

Apenas lo estaba haciendo entrar en razón cuando escucharon el alboroto que se estaba formando…


Lo impensable sucedió, el tiempo pasaba delante de sus ojos tan lentamente que sino estuviera despierto creería que todo corría en cámara lenta. Las voces llegaron a sus oídos desde algunos pisos más abajo, precursoras del infierno en el que se verían envueltos si los encontraban. Por eso no dudo en hacerlo retroceder directo al inicio de todo.

Había analizado todo desde que se había enterado de la noticia, su principal motivación para actuar era que Min Ho supiera también lo que pasaba. No podía dar batalla si él seguía alentando los chismes estando en el lugar equivocado confirmando de esa manera que todas esas notas eran ciertas.

Ya casi habían llegado hasta la habitación cuando todo fue un shock, las puertas del ascensor casi se habían abierto mientras se precipitaban dentro del cuarto, cerrando lentamente para no ser detectados.

Quiso detenerlo de regresar, intento recordarle el peligro que corrían si se descubría su ubicación; pero su argumento era convincente… Una mujer sola luchando con los reporteros persistentes de un país que no era el propio asustaría a cualquiera, sin mencionar que se podría meter en problemas legales por ser extranjera. No estaba convencido sobre lo último pero lo acompaño y…

El caos se había desatado, apenas había logrado llegar al cuarto antes que el corredor se viera inundado de reporteros. Detalle que no entendía, puesto que los hoteles se caracterizaban por la privacidad, el cómo habían logrado pasar todas esas personas era algo muy importante para investigar.

El asistente Park estaba mirando a través de la mirilla de la puerta esperando que la distracción saliera de unas habitaciones más adelante logrando que el corredor se vaciará. Su suerte había sido buena con él cuando se entero que había un gran famoso hospedado en ese mismo piso y divulgarlo para poder tener un tiempo de escape era algo que haría sin dudar.

Dong-yul Park amaba su trabajo, por eso ponía tanta dedicación para llevarlo acabo siempre de la mejor manera. Por eso no se había esperado que como asistente, representante y amigo de Min Ho; que llegará el día en que el escandalo sería peor que cualquier otro que hubiera visto en su historia dentro del medio.

La presidenta seguramente estaría muy enojada por su incompetencia para mantener a su estrella lejos de toda esta mala atención, pues si, un detestable chisme se había desatado con esas fotografías mientras él había estado cuidando de Choco, los paparatizzis habían logrado hacer de las suyas en el peor momento.


-Tienes tres minutos Min Ho o no podremos salir después – le advirtió viendo  como se alejaban los reporteros al otro lado del corredor donde en algún momento saldría el señuelo.



´***


Tuvo la suerte de no haber cerrado bien la puerta de lo contrario los hubieran atrapado en el corredor si él no fuera un descuidado. Min Ho se detuvo abruptamente al ver salir a Leslie del baño con solo una toalla enredada al cuerpo, sus hombros aun estaban decorados con algunas gotas de agua. Ella parecía no darse cuenta de su presencia por estar revisando su celular muy concentrada escribiendo hasta que se escucho el sonido de llamada. La vio responder y comenzar el diálogo en su idioma natal mientras le daba la espalda todo el tiempo, casi grita cuando la vio tomar su ropa pensando que se cambiaría ahí mismo; pero se relajo un poco cuando ella se acerco a la cama de la menor para despertarla con un beso y palabras que sonaban dulces a sus oídos.

Regreso por el pasillo a donde estaba su asistente, le vio advertirle nuevamente del tiempo con una mueca silenciosa de labios y fingió tocar, de esa forma ella se daría cuenta que alguien entraba al cuarto, pero le causo gracia verla correr al baño avergonzada.

Su pequeña fan fue la siguiente en dar un brinco desde la cama para correr a darle un gran abrazo, al verlo asomarse por el pequeño espacio del recibidor y no pudo evitar una gran sonrisa en su rostro.


-¡Viniste! – gritó la menor sonriente al correr para abrazarlo.

-Tenía que agradecerte tus ánimos del otro día – respondió también sonriendo, ninguno fue consciente del rostro de sorpresa que se formo durante un segundo en el rostro del hombre en la puerta.

-Si, pero mi mami dijo que tenías  mucho trabajo – decía la pequeña haciendo pucheros con su boca mientras recordaba que había sido castigada y regañada por molestarlo, además de haber sido peligroso.

-En verdad lo tengo, una agenda llena de trabajo princesa – le confesaba la verdad mientras la guiaba hasta sentarse con ella en la cama esperando a que saliera su madre. – Pero vine por ustedes ya que hoy las invitaré a pasar el día conmigo, ¿te gustaría?

-Si – grito la menor saltando sobre la cama.


Había sido tan sencillo convencer a una de sus dos acompañantes del día, esa sonrisa alegre era tan hermosa y contagiosa que no pudo evitar pensar en subir a brincar él también sobre la cama.
Aunque la idea se esfumo cuando la hermosa mujer de ojos como chocolate salía con su rostro claramente enfadado. Ella se veía hermosa con sus skinie azules realzando su curvas, una blusa de botones de mezclilla, cinturón café a juego con unas zapatillas de piso  del mismo tono y su cabello cayendo por su espalda. Su rostro parecía confundido al verlo ahí de nuevo, en medio del cuarto con su hija despierta y no dejaba de resultarle bellísima.
Casual lograba verse genial, no tanto como cuando su rostro explotaba en éxtasis… Ella ya parecía estar lista para iniciar el día, mientras él aun llevaba su olor sobre el cuerpo, debía apurarse y terminar con lo que su hermana quisiera para poder ir a darse un buen baño, aunque llevar su esencia era algo morbosamente encantador.


-Adahara en la cama no se salta – reñía desde el armario donde estaba preparando la ropa de la menor. Aquellos actos tan sencillos le provocaban comodidad en momentos tan cotidianos que no le pertenecían.

-Si mami – respondió la menor sentándose muy quieta y sonriente, no quería otro castigo en la cuenta. – Mami … ¿ya te dijo Mr. Min Ho que tiene una sorpresa?

-El señor tiene un viaje de trabajo mi niña, así que no sé de cual sorpresa hablas.

Los ojos sorprendidos de la infante pronto lo interrogaban, lo que su madre decía era cierto, por lo que le confirmo asintiendo con la cabeza sin quitar la sonrisa del rostro, porque también lo era que había decidido llevarlas con él para poder conocer mejor a Leslie… aunque eso ella no lo sabía aún.

-Tu ropa esta lista hija ve a darte un baño rápido que tenemos que ir a pasear – la voz de una madre apurada había salido desde la boca llena de esa bella mujer, por lo que su replica con la menor se vio interrumpida porque tuvo que voltearla a ver mientras hablaba.

-Solo ponte la ropa Ada – recobro su habilidad para pensar. – Debemos irnos Leslie… sucedió lo que menos esperábamos y ustedes están en riesgo ahora. Prepara algunas cosas para esta noche, mi asistente vendrá por lo que resta de sus pertenencias después, por ahora debemos alejarnos de este lugar lo más pronto posible.

Su mirada y esa mueca de incredulidad solo le provocaron fastidió, pero el consuelo llego al ver a la menor ir hacía el baño con la clara decisión de vestirse.

-¿Por qué? – fue la única y contundente pregunta que llego hasta sus oídos.

-Te lo diré cuando estemos seguros en el auto, ahora por favor – le dijo haciendo señas para que recogiera algunas prendas – guarda solo un par de cambios de ropa, pero deprisa.


La dejo ahí en medio de la habitación confundida, claramente se veía donde su mente trabajaba para encontrar los motivos de porque se estaba comportando así. El ceño muy junto entre su frente la hacía ver feroz, solo que no pudo prestarle la atención que merecía porque se acerco hasta donde se encontraba su asistente.


-Aun tenemos tiempo? – preguntó decidido a llevárselas de ahí a como fuera. Su imaginación de ellas en peligro le provocaba tal malestar que prefería evitarlo.


-No. La distracción esta por salir y debemos ir tras ellos para no toparnos con nadie en el camino – le decía el asistente Park sin dejar de ver por la mirilla de la habitación.

-De acuerdo. Ya vamos, solo avísame cuando sea el momento – le pidió regresando al interior de la habitación viendo a Leslie darle la espalda preparando la mochila rosada de unicornios de su hija y a la menor terminando de ponerse los zapatos. – Debemos irnos.

La vio encararlo con las cejas enmarcando su rostro confundido y en sus ojos el entendimiento que su actitud no era nada para dejarse pasar, el peligro asechaba fuera de la puerta. Le confirmo sus pensamientos y la vio entrar en un pánico controlado, aquel donde actúas en modo automático.




***



Un malestar en la boca de su estómago la tenía pensando en que pudo haber pasado ya que si estaban en peligro, debía ser algo sumamente malo. La llamada que tuvo que regresar a su asistente apenas unos minutos antes debió darle pistas sobre lo que estaba pasando. Kevin no la buscaba mientras estuviera de vacaciones, menos si sabía que se encontraba fuera del país y lo único que había logrado entender era que revisará el internet.


Vio salir a su hija del baño ya cambiada, lo que la sorprendió completamente porque siempre tardaba en arreglarse. La menor se acerco a su lado entregando su pijama junto con la gran bolsa que tenía de viaje y su mochila, aquella que usaba cuando se quedaba en casa de sus abuelos donde llevaba sus pertenencias para pasar la noche.

Eso le decía que Ada quería pasar más tiempo a lado de ese hombre…

¡Esa pequeña! Seguro estaría feliz por irse y conocer más ídolos de Corea.

Los sentimientos encontrados que tenía no la dejaban pensar con claridad hasta que lo vio regresar desde el corredor con un rostro serio y sin expresión. La atmósfera tensa cayo por fin sobre sus sentidos, logrando verlo a los ojos con una alarma reflejada y que la dejo helada al ver el ligero asentimiento de Min Ho.

Se apuro para tomar algunas cosas que tenía a la mano y las metió en su bolsa; repitió el proceso con las cosa de su hija llenando ambas tan deprisa.

Tomando de la mano a la menor se plantaron frente a él, listas para irse y muy probablemente ya no volverían a esa habitación. Eso le dictaba su corazonada, las cuales casi nunca fallaban; si tan sólo hubiera puesto atención de que algo importante pasaría cuando fueran hasta esa cafetería, quizás ahora no estarían en problemas. Aunque su vocecita le gritará que no se engañará con esos pensamientos.


-Listo. Ahora dime qué suceder – le exigió encarándolo con el ceño fruncido, ocultando el verdadero sentimiento del que era presa para no alertar a su pequeña hija de que algo malo pasaba.

-Te diré cuando estemos en el auto, ahora vamos – fue su respuesta mientras la arrastraba hasta la puerta de la habitación sonriendo a la menor que llevaba de la mano.


Casi se le escapa un grito cuando se dio cuenta que, ahí de pie dando la espalda se encontraba un hombre con el rostro serio, seguramente sería el guardaespaldas o tal vez el representante. Les escucho hablar en su idioma , aunque mas parecía una discusión, cuando el alboroto se hizo presente.



Los gritos y voces se escuchaban cada vez más fuertes, parecía que una estampida se acercaba desde el fondo del corredor. El hombre de lentes simplemente les hizo la señal de guardar silencio y ella vio a Min Ho abrazando a su hija fuertemente para que no se sintiera tentada de hablar.

El hombre le pregunto nuevamente en su idioma algo a Min, esté respondió muy bajo y lo siguiente que escuchaba era la voz seria y autoritaria de ese hombre alto, un tanto regordete y con el pelo cano.


-Por ahora disculpen la falta de presentaciones señoritas, pero dada la importancia del asunto debemos movernos en silencio y con la mayor rapidez que tengamos a nuestro alcance – las miraba fijamente a los ojos tanto a Leslie cómo a la menor, dando la impresión de tener un gran cargo como militar en el pasado, aunque hablará muy bien el ingles si lograba transmitir que era un coreano molesto. – Vamos a salir juntos hasta el estacionamiento donde no espera un auto. Por favor no se separen y guarden silencio.


Leslie no dijo nada, simplemente esperaba el momento para poner a ese hombre en su lugar. Por ahora era salir con bien de ese hotel. Estaba por llevar cargada a su hija, cuando Min Ho le negó con la cabeza y él mismo la abrazó contra su pecho cubriendo con el gorro de orejas de oso el cabello de la menor, para colocarse bien sus gafas de sol. Ella misma se coloco sus propias gafas y se acomodo las correas de las bolsas.

El hombre les hizo señales para que lo siguieran, salieron de la habitación cuando los ruidos de reporteros se hubiera alejado. Seguramente siguiendo a alguien más, pero muy adecuado en el momento.

Llegaron al fondo del pasillo, dieron vuelta a la derecha y subieron a los elevadores que eran de limpieza o los que utilizaban las mucamas. Parecía que lograrían llegar al estacionamiento sin que se dieran cuenta.


-Al abrirse las puertas deben seguir derecho hasta el pasillo E3 – decía el hombre ajustando sus lentes de aumento sin voltear a ver a nadie solo mirando al frente. – No se detengan por nada. Deberemos llegar al auto mientras la distracción aun es confiable, pero dado el retraso en el ascensor debemos tener cuidado al bajar y si es posible correr.


Leslie estaba sorprendida y nerviosa, miraba a su hija cómo ponía su rostro asustado por no entender que sucedía. Ella simplemente era aun pequeña, así que la conforto tomando su mano y sonriendo un poco. Min Ho le sonrió también mientras escuchaban cómo se abrían las puertas plateadas del ascensor y salían caminando deprisa.


A lo lejos podían escucharse voces, ambos hombres susurraron en su idioma, lo que Leslie entendía como alguna maldición. Incluso ella se encontró a si misma rogando porque solo fueran residentes del hotel. Estaban el la sección C2 cuando los flash comenzaron a oírse a lo lejos.


-Llegó la hora de correr – dijo el hombre deteniéndose para mirar atrás pero apurando los cuerpos que pasaban por su lado.


El llanto de la menor se hizo presente, aunque no era a grito pelón, si pudieron darse cuenta. Leslie tomo la mano que Min Ho le ofrecía para correr a su paso. Escuchaba el alboroto muy cerca ya de ellos y el representante los apuraba mientras accionaba las llaves del auto, pudiendo ver su ubicación a unos cuantos espacios por delante.


Los gritos y las pisadas firmes de los reporteros tras ellos provocaba que tuvieran los nervios alterados.
La ansiedad por llegar crecía a cada segundo.
Pero su sentido de protección hacía su hija que estaba llorando la estaba volviendo loca; si llegaba alguien a tocarle una fotografía demandaría a quien fuera para que perdieran toda credibilidad o peor aun, llamaría a su padre, su ex no permitiría que su hija fuera maltratada de ninguna manera fuera el país que fuera. Solo esperaba no recurrir a esos extremos.


Min Ho abrió la puerta dándole el paso y sin dudar se deslizo por el cuero del automóvil negro de vidrios oscuros; viendo segundos después cómo él entraba con su hija en brazos quien no dudo en lanzarse contra su pecho buscando protección. El representante apenas había cerrado la puerta por donde entraron cuando se quedo un segundo fuera, le vio responder una llamada, al igual que alcanzó a ver cómo se acercaban esas personas con cámaras en mano.
El hombre colgó y unos segundos después ya se encontraban saliendo del estacionamiento a toda velocidad para poder perder a los reporteros.


Su corazón latía fuertemente dentro de su pecho, sus brazos rodeaban el cuerpo pequeño de su hija tratando de consolarla mientras ganaba algo de tranquilidad ella misma.

Leslie decidió no pedir explicaciones en ese momento, ya que seguramente se alteraría por lo que prefería que su hija no la viera.



***



Min Ho miraba a través de la ventanilla simplemente pensando en lo cerca que había estado de peores notas amarillistas sobre todo; sobre todo con la imagen de una infante de por medio.
Comenzó a revisar su celular para verificar si no habían subido ya alguna información adicional de la que ya rondaba por internet, pero aun no habían subido nada. Suspiro un tanto aliviado por eso.

Se quedo mirando cómo Leslie abrazaba a la pequeña Ada que hacía unos minutos se había quedado dormida en sus brazos a causa de las fuertes emociones tras la persecución. Admiro su perfil desde su posición y pudo notar el cansancio que la atravesaba, no se derrumbaba solamente porque llevaba un ángel en brazos; pudo ver como apretaba sus labios de manera que seguramente estaba procesando todas las emociones y seguramente se encontraba preocupada.

En verdad se convertiría en su mas fiel admirador si se lo permitía. Una sonrisa se abrió paso por su rostro mientras se volteaba hacía la ventanilla también para no espiarla. No se dio cuenta que a través del retrovisor de auto su gran compañero si que lo había visto, también se encontraba analizando que tipo de relación podían tener si no recordaba que ya se conocieran.



Pronto llegaron hasta su destino, el edificio de la agencia ya se lograba ver en la lejanía. El celular de Min Ho sonó nuevamente, sin mirar puesto que ya sospechaba quién era, respondió algo molesto.

-Ya estamos por llegar presidenta – respondió malhumorado no quería que lo presionará; de todas formas ya sabía que había cometido el error de haberse descuidado de esa forma. Ahora entendía porque lo estaba buscando tan temprano en la mañana y sospechaba que su genio estaría a flor de piel.

Leslie le volteo a ver con la confusión en marcando su rostro pero no le pregunto nada.


-Llegando subiré directamente a tu oficina para que podamos hablar – dijo y sin más corto la llamada, estaba una lucha en puerta pero prefería que fuera en persona.


Entraron al sótano donde dejarían el auto y subieron hasta el último piso, que era para la oficina de la presidenta de la agencia. El asistente Park lo observaba desde el retrovisor mientras respondía la llamada y Min Ho, no tuvo que decirle quién era para que la tensión en su rostro le hiciera más severo su gesto.


-Señorita Leslie – comenzó volteando su cuerpo para poder hablar mejor. – Vamos a ir directo a la oficina de la presidenta de mi agencia. Este es un tema que solo podemos tratar con ella, además ya me esta esperando.


-Quisiera entender por qué está ocurriendo todo esto, pero si me dicen ahora seguramente despertaré a mi pequeña y no quisiera causarle más estrés – le confesaba Leslie mirándolo fijamente también dispuesta a terminar con todo de una buena vez.


Subieron al ascensor y el asistente Park se ofreció a cuidar de la menor mientras ellos salían de la oficina. Pero Leslie no confiaba en el hombre cómo para dejar a su hija, por eso decidió Min Ho entrar primero para hablar con su hermana. Quería decirle enfrente de ella todo lo que estaba pasando pero dado el temor que había sobre la menor aun no era momento de enfrentarlas.




***




Leslie recuesta a la menor sobre la pequeña salita improvisada que  había fuera de la oficina y le da media sonrisa con un asentimiento de cabeza para la secretaría que solo le regresa la leve reverencia educada. Mientras ve a los hombres desaparecer por la puerta de la CEO, imaginaba cómo sería aquella mujer para estar en ese puesto, alguien con un carácter muy fuerte eso no podía ni dudarlo.

Tuvo la oportunidad de quedarse sola, respirando profundamente para calmar sus nervios. Observo unos segundos a su hija, parecía que todo esto fuera parte de un sueño. Así que volviendo un poco a la realidad comenzó a revisa su celular, viendo varios mensajes de su asistente sobre un cliente que había llamado; había mensajes de su madre que respondió lo más alegre posible para que no se fuera a preocupar. Y por último, con un nudo en la boca de su estómago, abrió las redes sociales para ser consciente del caos que se estaba desatando. No podía, ni debía seguir ignorando el motivo de tal linchamiento en el hotel…


-¡No puede ser! – grito Leslie al ver la causa de todos aquellos problemas. Ella no estaba enterada y la sorpresa fue evidente, pero la duda no se hizo esperar.

¿Cuándo habían tomado esas fotos? Aun seguían rondando algunos sitios con las fotografías, aunque de muy mala calidad si lograba entender que estaba sucediendo en la imagen.
Para ella era fácil interpretar todas aquellas sobras, puesto que era quien las había interpretado hacía algunas horas.

¿Cómo se había hecho público un momento tan intimo?

La pregunta inundo su mente, pero recordando los casos que tuvo que defender en sus primeros años cómo abogada, los paparatizzis estaban siempre al asecho y no podía negarse que les dieron el gran espectáculo de la noche. “Tonta e ingenua Leslie. No pudiste resistir a sentir algo de cariño que te lanzaste sin pensarlo sobre él…” – se reñía mentalmente, mientras mantenía los ojos cerrados con el claro sentimiento de arrepentimiento dibujado en su rostro.


La bofetada que cruzo su rostro la dejo aun mas sorprendida que antes y abriendo sus ojos deprisa busco quién había sido la causa de ese golpe siniestro.

Sus ojos no tardaron en dar con el rostro colérico de una mujer elegantemente vestida, su rostro le resultaba desconocido pero su manera de portarse le daba a entender que entendía era parte afectada también de todo el escandalo. Seguramente era la CEO que había salido cual fiera para castigarla por su comportamiento infantil.

Justo cuando esa delgada mujer iba a propinarle otra tanda de golpes mientras la reñía en su natal idioma, la mano de Min Ho la detuvo. Ambos se quedaron viendo fijamente a los ojos y la simple negación de la cabeza del guapo actor le dejaron claro a Leslie que la estaba defendiendo.


-Ella es mi hermana y es la CEO de la agencia desde hace algunos años, Leslie te presento a Lee Yun-jeong mi hermana mayor – hacía la presentación Min Ho mirando con una sonrisa en su rostro a Leslie.


Ahora no importaban los papeles o puestos de nadie en ese momento, la rabia pura y cruda estaba corriendo por las venas de Leslie mirando, con toda la intensión de retarla a intentar pegarle de nuevo. Ella sabía que en Corea respetaban mucho a los mayores, aunque solo fueran un par de años más grandes, recordaba que las golpizas eran algo común de enfrentarse cuando algún mayor te quería reprender. Pero ella no era coreana y en su país, tal vez no en todos lados si en varios, si alguien te golpeaba sin razón aparente tu regresabas el golpe.

Y Leslie, justamente iba a hacer eso. Esa mujer podía ser la misma reina de Inglaterra pero había que mantener el respeto de la primera impresión. Aunque su autocontrol no sería tan bueno si se atrevía a ponerle una mano encima nuevamente.


-Así que está es la mujercita que provocó todos estos problemas – decía Lee Yun-jeong tratando de seguir golpeando a Leslie, que se mantenía seria mientras la escuchaba hablar porque no entendía que tantas groserías le estaba diciendo.


Una nueva bofetada estaba por llegar a su rostro sin que Min Ho interviniera, pero esta vez, le detuvo la mano antes de que llegará a su mejilla.


-Con todo el respeto que se merece… señora – dijo muy firme Leslie mirando fijamente a los ojos a Yun-jeong. – Pero no le voy a permitir que me siga golpeando. Por muy enojada que pueda estar, le prohíbo que me vuelva a tocar o espere una gran demanda por maltrato físico. Y en cuanto a lo que sucedió anoche, realmente no es asunto suyo, pero cómo esto ya es del dominio público quisiera saber que están haciendo para mantener mi identidad secreta.


Sus palabras dejaron momentáneamente sorprendidos a los cuatro adultos que había en ese lugar. Nadie se había enfrentado antes a la presidenta. Ni siquiera su hermano que por mucho que le llevará la contra siempre terminaban bien o él hacía lo que le estaban mandando.


-¿TÚ Identidad? – bramo la menuda mujer realmente colérica. – Eso sería lo menos importante. Justo ahora tenemos que dar una conferencia de prensa de emergencia para calmar un poco el escandalo… tu eres el último de mis puntos a revisar en la lista de problemas que tengo.


-Mami – se escucho la voz de la menor que por tanto grito había despertado y se encontraba sentada en el sofá tallando sus ojos aun adormilada.

Leslie no pudo evitar maldecir en un susurro de voz pero se volteo para atender a su hija.

Sin poder ver aquella mujer ahora atacó al propio Min Ho y de paso también al representante, ambos con las mejillas coloradas por las bofetadas que les había propinado. Quiso poder saber que les decía pero la regañina había sido en coreano.


-La rueda de prensa es en dos horas, tengan planeado que van a decir al público para ese momento – dijo contundente la mujer y se fue a encerrar en su oficina.


Min Ho quiso acercarse para ver a la pequeña pero Leslie ya no estaba segura de querer más su compañía. Por lo que abrazó a su hija y se alejo preguntando de pasada al representante donde estaba el baño más cercano.
Tenía que poner algo de distancia entre ellos.
Tenía que aclarar su mente.
Pero sobre todo, tenía que calmarse o iría tras esa mujer para arrancarle los cabellos por atreverse a golpearlos a ambos.




CONTINUARÁ...

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Ya se complicó todo... muajajaja...! Deje una pista importante sobre las fotos, quien la descubrá le dedico el siguiente capítulo.

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Fugaz entre mis manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora