𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝟮𝟮. Decadencia. (Parte 1)

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Este capítulo contiene escenas de violencia explícita. Lee bajo tu propia responsabilidad.

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Desde la llegada del Héroe de la Luz al bosque, Mido había colapsado. Ninguno de los kokiri le había visto nunca tan afectado. Temblaba, y era imposible tener una conversación coherente con él. La cosa llegaba al punto de que lo único que había terminado diciendo en todo ese tiempo era: «No quiero morir».

Aquello había conmovido al Gran Árbol Deku y a todos sus compañeros. Ninguno se había olvidado de esa noche en la que Link se marchó del bosque. Ninguno se olvidaría de la despedida que le dedicó a Mido. De las malas vibras que transmitía con sus ojos.

Los ánimos no mejoraron cuando, más allá de los límites del Bosque Kokiri, empezaron a escucharse un sinfín de alaridos y estruendos infernales. Todos los kokiri fueron convocados inmediatamente a la pradera del Gran Árbol nada más escucharlo. Lo primero que el viejo árbol quiso saber, fue si alguno había visto a Mascot salir de los Bosques Perdidos. Cuando los kokiri le dijeron que no, sus ramas crujieron y su rostro de madera se torció. Esperaba que el chico estuviera bien y que no se hubiese perdido en el bosque, ni nada por el estilo.

A decir verdad, por lo que Saria dijo, Rauru tenía que haber ido a buscarle. Por lo que era muy posible que ya hubiese salido del templo, pero ninguno se hubiese enterado.

No obstante, hacía mucho que Saria había dejado caer que le era imposible comunicarse con Rauru, ni con Mascot, ni con ningún otro miembro de la red telepática. Decía que se había vuelto muy extraña. Como si se hubiese distorsionado por alguna razón.

Eso desató aún más el pánico entre los niños. La cosa ya no pintaba bien desde un inicio. Eso no hacía más que confirmar la temible envergadura de la situación. Una red telepática de muy difícil acceso... corrompiéndose. No podía ser una casualidad.

El Gran Árbol, escuchando el creciente estruendo del exterior, volvió la vista hacia los kokiri.

Gran Árbol Deku.- Kokiri, refugiaos tras mi corteza.

El árbol abrió la boca y los niños se mostraron reacios. Si había peligro de que les pasase algo, a él también podrían hacerle daño. Si eso sucedía, ¿qué harían ellos?

Gran Árbol Deku.- ¡Daos prisa!

Saria.- ¡No! ¿Qué te sucederá a ti?

Gran Árbol Deku.- Mi corteza y madera son viejas, pero aún son duras. No temáis por mí. No me ocurrirá nada. Siempre he sido el protector del bosque y vuestro padre, y es lo que seguiré siendo hasta que se sequen mis raíces. Hacen falta hachas de una fuerza y un filo incalculable para tirarme abajo.

𝐓𝐡𝐞 𝐥𝐞𝐠𝐞𝐧𝐝 𝐨𝐟 𝐙𝐞𝐥𝐝𝐚: 𝐃𝐚𝐫𝐤 𝐓𝐫𝐢𝐟𝐨𝐫𝐜𝐞 𝐚𝐰𝐚𝐤𝐞𝐧𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora