𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝟮. Dudas.

325 32 24
                                    


Se había internado en los Bosques Perdidos, sin siquiera considerar que no llevaba un hada consigo, lo que podría hacer que se perdiera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Se había internado en los Bosques Perdidos, sin siquiera considerar que no llevaba un hada consigo, lo que podría hacer que se perdiera. A esas alturas, poco le importaba ya eso.

Siguió caminando hasta una zona en la que había una especie de diana de madera colgando de la rama de un árbol. Se acordó fugazmente de cuando jugó a dar en el blanco con el tirachinas, pero apartó el recuerdo a la misma velocidad. Al fin y al cabo... eran solo recuerdos. No terminaban de ser pruebas fiables.

Se sorprendió al pensar en lo vívidos que eran esos recuerdos también. Si había sido un sueño... verdaderamente había sido realista, pensó.

Se sentó en el suelo y se hizo un ovillo, apoyando la espalda contra la pared. No esperaba que nadie le hubiese seguido hasta allí, pero no tardó en darse cuenta de que sí lo habían hecho. Al poco de sentarse, descubrió a Saria un poco más allá, con una evidente cara de preocupación.

Link no pudo evitar alegrarse al verla y de golpe, sintió una nueva bocanada de esperanza. Ella era, al fin y al cabo, la Sabia del Bosque. Ella había compartido destino con él, aunque de otra forma diferente. Vio a su amiga como una salvación, más que como un consuelo en ese momento.

«Ella... seguro. Ella seguro se acordará de todo.» Pensó Link con extraña alegría.

Saria se acercó a Link, sin entender qué estaba sucediendo. El chico la miraba muy fijamente, pero ella veía algo raro en la cara de su amigo, algo que no sabía explicar. No sabía por qué, de un momento a otro, dejó de parecerle el mismo de siempre.

Había escuchado lo que dijo Mido a voces según salió de la pradera del Gran Árbol, por eso había ido a buscarle. No creía que Link hubiese sido expulsado de allí. Link no era así, algo no encajaba. Pero de golpe, esa mirada tan extraña hizo que encajaran las cosas. Y Saria seguía sin saber por qué.

Saria.- ¿L-Link...? —preguntó casi con miedo.

Link cambió la cara ligeramente, tornándose más serio. No comprendía la actitud de Saria hacia él. Era como si le temiera de repente. Sin embargo, no dijo nada y permitió que fuese ella la que hablase.

Saria.- ¿Qué ha pasado, Link? —dijo ella, acercándose despacio.

Link no contestó. Se sentía más irritado por momentos. No comprendía el por qué Saria se estaba acercando a él como un animalillo asustado.

Con cuidado, la kokiri se sentó a su lado. Ese cuidado puso furioso a Link, quien se sintió de nuevo atacado y tratado de loco.

Link.- No voy a abalanzarme sobre ti y atacarte, si es eso lo que temes —contestó, de mala gana.

Saria dio un respingo y se quedó mirándole en silencio. Link le devolvió la mirada, con unos ojos tristes y sombríos y ella resopló.

Saria.- Link... ¿qué pasa? Tú... no eres así.

𝐓𝐡𝐞 𝐥𝐞𝐠𝐞𝐧𝐝 𝐨𝐟 𝐙𝐞𝐥𝐝𝐚: 𝐃𝐚𝐫𝐤 𝐓𝐫𝐢𝐟𝐨𝐫𝐜𝐞 𝐚𝐰𝐚𝐤𝐞𝐧𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora