Después del tiempo que llevaba galopando, se había sorprendido gratamente con la montura que le proporcionaron en la Pirámide. Ese caballo, a pesar de su aspecto, le había demostrado ser obediente, leal, rápido y, lo mejor de todo, a juzgar por las apariencias, era que no se cansaba fácilmente.
Link ya había perdido la cuenta del tiempo que llevaba cabalgando por ese paisaje árido. Todo era exactamente igual. En ese enorme desierto no se podía tomar ningún punto como referencia. Los árboles mustios tenían formas retorcidas, pero muy parecidas entre sí. No había montañas, ni lugar representativo alguno que sirviera de guía para ser consciente de que no se movía en círculos. El cielo tampoco servía de guía. Las nubes cenicientas lo cubrían todo. Solo tenía la imagen de esa línea de color rojo atardecer bordeando el límite entre el final de la tierra y el comienzo del cielo.
Aun así, Link estaba por jurar que iba en la dirección correcta. No sabía si había sido sensación suya o realmente había ocurrido. Pero le había parecido sentir cómo el caballo, en ciertos momentos de la travesía, supiera hacia dónde iba. No tenía tampoco modo de saber si de verdad era así. Y tampoco le dio muchas más vueltas.
A pesar de que su montura no estaba en absoluto cansada, Link lo estaba por ambos. Apretó las piernas a los laterales del caballo y tiró ligeramente de las pocas crines que tenía. El cadavérico animal leyó enseguida el gesto y se detuvo en seco, junto a uno de esos árboles torcidos. Link desmontó y apreció una actitud en el caballo casi como de fastidio.
Link se lo quedó mirando un momento. No obstante, no se asustó. Al contrario. No había visto nada parecido en su vida. ¿Qué demonios era ese animal?
El caballo levantó levemente la mirada y la dirigió directamente hacia el chico hyliano. Durante varios segundos, se quedó petrificado en la misma posición. Era una actitud impropia de un animal corriente, pero Link no hizo amago alguno de retirarse de él. Estaba asombrado con lo poco que había visto del Mundo Oscuro. Solo los caballos, simples monturas... ya eran superiores a los que se podían ver en Hyrule.
No pudo evitar acordarse de Epona. En esa rebeldía que la convertía en el caballo más especial que, posiblemente, hubiese en ese lugar que había dejado atrás. Y aun así, sosteniendo la mirada al animal, pensó que, con todo ese carácter que Epona tenía... seguía sin estar a la altura de esos nuevos animales que se había encontrado.
Ese caballo pensaba. Lo notaba en sus ojos y en la forma de examinarle. Le miraba fijamente, como si quisiera acceder a su alma atravesando sus córneas. Ese caballo tenía inteligencia y era algo que percibía, pero no sabía explicarlo. De pronto, Link sintió con ese animal más compañía de la que había sentido teniendo a Epona. A diferencia de ella... parecía que ese caballo sabía a quién llevaba a cuestas. Y le daba la impresión de que, si le hablaba, éste le comprendería. No sabía por qué.
Link.- Descansaré un rato —le dijo al caballo—. Seguiremos después.
Se había sentido como un perturbado hablándole al caballo como si fuese una persona. Pero tenía la sensación de que el animal iba a comprender lo que decía. Y lo que pasó después, acabó de confirmárselo.
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𝐓𝐡𝐞 𝐥𝐞𝐠𝐞𝐧𝐝 𝐨𝐟 𝐙𝐞𝐥𝐝𝐚: 𝐃𝐚𝐫𝐤 𝐓𝐫𝐢𝐟𝐨𝐫𝐜𝐞 𝐚𝐰𝐚𝐤𝐞𝐧𝐬
Fanfiction«Tras lo ocurrido en Ocarina of Time, Zelda hace que Link retroceda en el tiempo para recuperar su infancia. Lo que Zelda desconoce son las consecuencias que traerá su decisión, ya que Link nunca volverá a ser el mismo.» ►►►¡¡ACTUALIZACIONES LENTAS...