Capítulo 23

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-¿Quieres más vino?. - Me ofreció Lauren. Sabía que si me quedaba en la cocina me rendiría ante ella, pero no podía ser así, de lo contrario ella sabría que la tendría demasiado fácil.

-No, estoy satisfecha.- Iba a irme, pero ella caminó rápido y bloqueó la puerta.

- Estoy celosa, ni siquiera sé cómo todavía no puedo sentirme satisfecha con lo que ella quiere contigo.

- ¿Por qué eres madura? - Me libré.

-A la mierda la madurez, tengo celos Camila, estoy poseída, solo puedo pensar en ustedes dos bailando y riéndose de mí. - Terminé riendo. No fue una gran cosa para mí, pero para ella si lo fue.

-Fue solo un baile.

-No era lo que parecía. - Ella respiró hondo. - Camila, vine a ver cómo estabas, Alexander me contó todo lo que pasa.- Se me acercó y yo retrocedí unos pasos.

-Cambias de agua a vino. Yo no consigo entenderte.

- Si me haces esto, me vuelve loca. - Sentí mi espalda tocar el banco y Lauren acercándose aún más, prácticamente pegando nuestros cuerpos. - Me vuelves loca, Camila - Ella puso sus manos, una a cada lado, sosteniéndome. - ¿Sabes cómo pasé este mes? Cuando no estaba llorando, olía la ropa que dejaste en casa. Abría tu foto de whatsapp solo para verte y escuchar los viejos audios solo para poder escuchar tu voz.

-Podrías haberme llamado.

- ¿Cuantas veces marqué tu número , pero no tuve el valor
de completar la llamada? - Sentí sus labios rozar los míos. Tenía muchas ganas de que me besara, solo para poder caer en la tentación de sus labios.

-Siempre he estado al otro lado del teléfono. - Nuestros labios estaban tan cerca, que con cada palabra se rozaban mas.

-Fui un idiota, una estúpida y sé que no cambia nada, pero Camila, te quiero mucho.- Lauren tiró de mi cuello y movió sus labios, fue un beso lleno de nostalgia y tan apresurado que parecía que moririamos si no nos besábamos. Su lengua invadio mi boca y la mía la suya.. cómo la extrañé. Lauren me apreto cada vez mas contra el banco, parecía como si nuestros cuerpos se fusionarían. Sentí cada contorno de su cuerpo, mis manos en su cintura, apretando esa carne, sus manos sobre las mías, rascándome y tirando de mí cada vez que me alejaba en busca de aire. - Camila mi amor, me muero por probarte en este banco. - Quizás era la bebida que hablaba por ella, pero sabía que mi cuerpo temblaba y vibraba, no era por vino sino por deseo.

-Lauren, no. . - Trató de hacerme sentar en el banco y supe que era una mala idea. - No podemos hacer eso aquí.

Lauren me miró fijamente durante largos segundos, luego atacó mis labios de nuevo, me mordía, chupaba y me volvía loca. Había pasado un mes desde que la besé y sentía que no importaba cuánto tiempo pasara besándola, nunca sería suficiente para matarme. Estaba tan abrumada por el deseo que cedí y me senté en la encimera, sus besos bajaban hasta mi cuello, alternaba entre morder y chupar, yo estaba loca, de todos modos, no debería estar aferrado a ella en la cocina, pero todo ese deseo me hizo perder el control y la cordura. La mano de Lauren apretó mi muslo y luego subió lentamente, levantando lentamente mi vestido,

Escuché la puerta de la cocina abrirse y algunas risas, empujé a Lauren, porque no creo que se diera cuenta, salté de la encimera y me enderecé lo antes posible. Eran Bárbara y Antony, el chico tenía los ojos muy abiertos, no creo que se esperara una escena así, mi hija solo se rió.

- Tony me espera afuera, iré enseguida.-  Ella tiró de él rápido y le susurró algo al oído. El chico nos sonrió incómodo y se fue. - iNuestra madre! Tienes una mancha lápiz labial en tu cara. - Barbie se rió. Rápidamente agarré una toalla de papel, Lauren todavía me estaba presionando contra el mostrador.

Más que una aventura| CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora