"- ¿Unirla a la legión? Ella es incapaz de creer en sus propias habilidades."
"- Entonces nosotros seremos los encargados de creer en ellas por la susodicha."
"- La llevaran a su propia muerte."
"- No des por hechas acciones futuras sin presenciar p...
— Vamos, muévete. – La joven pelinegra intentaba luchar por no caer por las que a su parecer, eran interminables escaleras. – Camina más rápido, no quiero malgastar mi tiempo en alguien como tú.
Finalmente cayó de bruces contra el suelo cuando en el último tramo de las escaleras la empujaron aún con más fuerza.
— Patética. – Ella solo apretó con indignación sus labios, no tenían ni idea de que era perder un hogar por culpa de los titanes. – Intenta sobrevivir si es que puedes.
Tomó con fuerza entre sus finos dedos la fina tela de su vestido con impotencia, no quería estar allí, quería regresar a la superficie e intentar aferrarse a la idea de que su familia seguía viva.
— Ya no hay remedio… – Susurró para seguidamente tomar una gran bocanada de aire. Sayuri no era tonta, sabía cuán peligrosa era aquella ciudad, tendría que buscar la manera más eficaz de sobrevivir con la esperanza de que algún día saldría de aquel lugar.
La primera opción de muchos fue ir corriendo hacia los suministros que repartía la policía militar, ella por su parte decidió ignorarlo, ya buscaría otra manera de llevarse comida a la boca, aquel círculo de personas desesperadas no era nada más que una fácil manera de ir hacia la muerte, varios estaban armados, podía ver el brillo de las navajas y los cuchillos en sus manos, no iría hacia la boca del lobo, sobreviviría.
Sin pensarlo mucho más salió corriendo hacia ningún lugar en especifico, no conocía el entorno en el que se encontraba, pero se las apañaría.
◝┈┈┈⋆┈┈⊰✩⊱┈┈⋆┈┈┈◜ Un par de meses después... ◞┈┈┈⋆┈┈⊰✩⊱┈┈⋆┈┈┈◟
Sin que ella se percatara el tiempo pasó volando, ya había pasado un tiempo desde que llegó al subterráneo, las primeras semanas habían sido difíciles, adaptarse a aquella nueva forma de vida había sido más complejo de lo que imaginaba. Tuvo que aprender a robar rápidamente si no quería morir por causas naturales o por culpa de alguien de su misma especie.
