Joseph no había ido a buscar a Corey. De hecho, nadie pudo encontrarlo en ningún lugar dentro de la agencia porque algo más importante se comenzaba a mover fuera de aquellas paredes.
Al Dorian sospechar que algo andaba mal desde el primer momento que fueron interceptados, una parte de sí mismo quiso oponerse con todas sus fuerzas por miedo a morir, sin embargo, estaba fuera de su elemento. Comenzando por no conocer ni un ápice de las instalaciones además que todos ahí eran sino cuando menos su enemigo. Lo más sano que pudo hacer fue dejarse secuestrar por muy loco que se escuchara la frase. Al menos así podría conocer las intenciones que había tras la operación.
Fue llevado a un cuarto que parecía sacado de algún CSI, esperó que el detective Taylor u Horatio aparecieran pero no sucedió. En cambio, un hombre rubio alto y corpulento; con facciones casi cuadradas apareció. Detrás de él un hombre caucásico de aspecto totalmente opuesto al tipo que se situó detrás de la silla donde lo habían atado. En verdad quiso decirles que por su parte poner resistencia no era una opción pero hablar podía jugarle en contra y solo se quedó en silencio observando la habitación separada por un gran vidrio. El típico que se puede ver desde fuera igual que en la serie. No sabía quién estaba detrás, pero daba por hecho que no era nadie más que Corey.
Intentó no imaginar que estuvieran torturándolo de alguna manera para obtener información; pues en el tiempo que estuvieron dentro de la nave aprendió que Corey era del tipo de persona que prefería sacrificarse a sí mismo por un bien mayor. Con ese pensamiento, Dorian casi taladró el vidrio con la mirada con un claro: ''Ni se te ocurra hacer nada estúpido ahora'' que hizo sonreír al hombre del otro lado.
Las personas que estaban a cargo, eran miembros elites de la KGB con uniformes de Innersloth, quiénes fueron ordenados para sacarle información a los chicos eran apenas unos pocos centrados en esas salas de interrogatorios; el resto estaban buscando tanto a Max como a Joseph sin resultados favorables para el Presidente del país. El hombre estaba hirviendo en rabia y decidió intervenir cuando Corey no estaba aportando nada.
En cuestión de un par de horas, Corey estaba molido a golpes. Saboreaba el sabor oxidado de su sangre que no dejaba de gotear. Probablemente le habrían roto la nariz y aun con eso, su determinación no flaqueaba. Ni siquiera se inmutó cuando el hombre más importante del país bajó de su trono en la casa blanca para obtener la primicia.
—Pónganle el suero—. Demandó el hombre mientras se sentaba de manera elegante frente a él. Corey alzó su dolorida cabeza para observar con horror que dicho líquido no iba dirigido a él, sino a Dorian. Sacó fuerzas de donde pensó que ya no tenía ni reservas solo para forcejear en vano.
—¡¿Que mierda están inyectándole?!—. Dorian también estaba intentando evitar a toda costa que le pusieran nada pero el hombre corpulento detuvo al pelirosa cuando estuvo a punto de volver a morder a su verdugo.
—Es un suero de la verdad—. Empezó a decir el hombre tras volverse hacia Corey luego de ver la escena —Si no quieres hablar está bien, es cosa tuya. Pero mis hombres no tienen todo el día para perder el tiempo contigo, con él —, señaló a Dorian —Quizá sea una historia distinta.
Dorian se desmayó cuando el líquido comenzó a hacer efecto en su sistema. Se sentía mareado y con unas ganas terribles de vomitar. Por alguna razón la voz de una mujer vino a su mente; entre aquella bruma de recuerdos inexactos y vagos, uno resaltó entre todos ellos: se vio a sí mismo con quince años de edad, hablando con su madre, de ahí provenía el sonido. Dorian estaba sonriente mientras veía una película con ella. Todo iba bien, hasta que se levantó según dijo para buscar algunas botanas y su medicina. El Dorian del presente, observaba todo desde afuera, casi como si fuese un fantasma. Siguió con la mirada a la mujer y le pareció ver como suspiraba profundo antes de encontrarse en el sofá de nuevo con su hijo.
—¿Esto va a curarme?—. Preguntó él, viendo con curiosidad el frasco de vidrio oscuro.
—No en realidad, esto es para prevención. No sabemos cuándo el mundo pueda ser inaguantable y quieran hacerte daño. Con esto, podrás hablar si llegas a estar en una situación donde no puedas hacerlo hijo, se inteligente y valiente ¿vale?
En lo más recóndito de un muelle de contenedores, se hallaba instalada una pequeña base secreta donde un gran equipo se reunía. Contaban con material estratégico que iba desde conexiones satelitales, cámaras y micrófonos intervenidos y la calidad obrera de personas especializadas en temas electrónicos. Todos compartían un mismo objetivo. Por lo que apenas Joseph llegó al sitio, fue informado de lo que sucedía dentro de Innersloth. Para nada le gustó dejar a Corey en manos de la KGB pero era inevitable; el chico sin saberlo estaba jugando un papel más grande.
—¿Todo está listo para la trasmisión?—. Preguntó Joseph, dirigiéndose a la parte de las cámaras donde fue empujado a un rincón a manos de la mujer encargada de la sección.
—¡Porque lo dejaste ahí! ¡Mira como de herido está!—. Bramó, el hombre a su lado la separó de Joseph e interrumpió la pelea verbal que estuvo a punto de dispararse.
—Le han dado suero de la verdad a Dorian, aún no han tenido respuestas—. Todos entraron en razón e hicieron lo imposible por aplacar las tensiones al situarse frente a las cámaras. Abrieron pues los micrófonos para escuchar todo en alta voz al mismo tiempo que eran grabados.
Dorian no entendía muy bien que pasaba, pero se encontraba mucho mejor ahora. Sin embargo, las palabras de su madre quedarían grabadas a fuego en su cabeza y fueron el motivo principal para querer darle vuelta a su situación cuando comenzaron a hacerle preguntas sobre lo que Corey le había confiado como un secreto. El hombre al que había mordido momentos antes, revisaba su pulso y pupilas con una luz molesta. Asintió en dirección al vidrio; suponiendo qué, lo que sea que le fue inyectado lo obligaría a actuar de cierta forma, Dorian pues decidió darles lo que querían pero con resultados un tanto poco favorables para ellos.
—¿Corey te dijo algo acerca del Proyecto Impostor?—. La voz a través del parlante era la del presidente. Corey se tensó como la mierda. Estaba jodido.
—No—. Respondió Dorian, empezando a reírse de un modo que lo hacía parecer un lunático.
''Esto es... Imposible'' Pensaba Corey, la preocupación lo embargó como un mal sentimiento por la posibilidad de que Dorian estuviera enfermo.
—¡Déjelo en paz! ¡Ya le dijo lo que quería!—. Corey forzó la situación para que el mandatario desistiera, pero lo único que logró fue cabrear al hombre.
—¡¿Crees que soy imbécil?! ¡No cree este maldito Proyecto para quedarme con nada! ¡Debí haberte asesinado dentro de esa maldita nave!—. Masculló el tipo sin saber que aquellas palabras cavarían su propia tumba a nivel mundial.
Joseph dio la alerta para que comenzaran a trasmitir en cada teléfono celular y televisión, un resumen de lo que Among US era en realidad, siendo las palabras desesperadas de Corey aplastadas por las del presidente. El documental era crudo: muertes, decisiones que se tomaron a puertas cerradas por los altos poderes gubernamentales y sobre todo el hecho de que cada nombre obtenido por la base de datos tomada por Corey, fue trasmitido junto a las escenas de su asesinato. Lo que daría inicio a una rebelión masiva de la población que con indignación y rabia, buscaban vengar a sus seres queridos.
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Proyecto Impostor
القصة القصيرة[COMPLETA] Para mantener a su padre hospitalizado, Dorian necesitaba mucho dinero; o un milagro. Incapaz de mantener sus trabajos de medio tiempo y su propia vida al corriente, deposita su última esperanza en la boleta de participación para la copa...