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Era un plan arriesgado, Corey estaba al tanto de ello antes de tan siquiera planteárselo como una posibilidad pues, el margen de error era tan delgado que asustaba. Pero demasiadas cosas estaban en juego como para no darlo todo. Tener demasiados flancos que podían proporcionar tu muerte, no era tarea fácil. Por eso el respeto hacia un agente Inner era proporcional al miedo que generaba su presencia durante cualquier misión.

Among US era por decirlo menos, un juego con muchos intereses sobre la mesa. Sobre todo en el mercado negro. Porque sí, había uno. El tráfico de impostores funcionaba como un secreto a voces dentro del gobierno. Clasificados por rangos que iban desde lo regular hasta lo elitista, un impostor que por cualquier circunstancia hubiese sido eyectado de alguna nave, pero con potencial explotable; era vendido al mejor postor para formar parte de sus escuadrones militares.

Cuándo Joseph le ofreció aquella información, Corey no podía creerlo. Parecía una mala broma con tintes mórbidos. Es decir, ya Proyecto Impostor en sí mismo era casi un cuento Dantesco. Ahora tan inhumano como la propia palabra indicaba. En ese momento las carpetas que había encontrado en la habitación de sus padres, no rezaban nada acerca del tráfico y atando cabos con las fechas se dio cuenta que las cosas fueron torciéndose demasiado. Una mala cosa para él a decir verdad. Pues su lucha auguraba ser cada vez más increíble.

El hecho que Corey sacara del camino a Max trajo como consecuencia una revolución de opiniones dentro del gobierno de Estados Unidos. El presidente no estaba para nada contento y Joseph casi podía ver puntos rojos apuntando a distintas partes de su cuerpo. La única ventaja fue la advertencia previa en la reunión que sostuvo con el mandatario y es que no era primera vez que las ecuaciones no daban resultados a favor de un impostor favorito. Lo mismo pasó con los padres del chico.

Las apuestas apuntaban en su mayoría al rojo, pues la mayoría de las veces que un agente Inner seleccionaba el color, triunfaba. Pero esa vez no fue el caso; lo que provocó que múltiples sucesos de malversación de fondos salieran a la luz dado que había tocado un punto sensible del capitalismo y los involucrados no querían perder su dinero.

Circunstancias como esas en las que nadie podía imaginarse el trasfondo de la verdadera situación; en referencia a lo que Corey buscaba lograr al participar en el juego, parecía más bien un ring clandestino donde los animales luchaban por la supremacía de poderes. Sin ser conscientes que eran vidas humanas las que peleaban. De alguna u otra manera iban a erradicarlo, Joseph nunca soportó el proyecto y no estaba dispuesto a desistir.

Corey atravesó lo más rápido que pudo el ducto de ventilación hasta el cuarto de electricidad. Apenas pudo revisar el contador de tripulantes, golpeó el suelo con impotencia. Solo eso fue lo que se permitió expresar ya que el sonido metálico lo alertó para salir de ahí cuanto antes y encontrarse con los demás. Al tiempo que la voz mecánica les ordenaba reunirse nuevamente.

— ¿Qué suce- ... —. Corey no tuvo tiempo de formular una frase coherente ya que el puño de su compañero impostor le había dado la bienvenida apenas cruzó el umbral del pasillo que conectaba con la cafetería.

Max estaba demasiado cabreado, la traición era un tema álgido que se presentó en su vida de las peores formas y de personas en las cuales en verdad llegó a confiar. Sin embargo, pese a no esperar nada, lograron decepcionarlo. Cierta envidia había sentido hacia Corey o mejor dicho, a su lealtad hacía sí mismo. No supo en qué punto de su vida quiso imitarlo, pero era como una mala copia y por eso lo golpeó. Porque se odiaba y a él también.

El de negro podía sentir y entender la frustración del hombre, de ser compañeros se esperaba el trabajo en conjunto; formar un equipo sólido que les permitiera salir con vida de ese lugar. Pero tanto como se escuchaba como el mejor de los finales, con certeza podía decir lo alejado que estaba de ser verdad. En Among US debías conocer tu papel Darwiniano porque bajar del escalón más alto de la cadena era tan sencillo como un fraude.

Dorian veía la escena con horror, pudo ver sangre en el rostro de ambos y estuvo a punto de gritar que se detuvieran, pero algo se lo impidió. No supo si era miedo o el pensamiento que cruzó por su cabeza: es la forma que han encontrado para desahogarse. A fin de cuentas, Corey lo había sacado del juego por motivos egoístas compartidos. Fue sorprendente para él no sentirse mal por eso. Sin embargo, no estaba dejando de defender a Corey.

—¡Deténganse! —. Bramó el rosado. La fuerza que infringió al empujar al de rojo fue casi brutal para lo delgada de su contextura por naturaleza y aunque todo su cuerpo resintió el golpe en forma de oleadas de dolor, al menos sirvió para sacarlo del camino de Corey. Danna estaba solo en shock en medio de la sala.

—¡Hijo de puta! ¡¿A qué infiernos estás jugando?!—. Le gritó Max a Corey mientras se zafaba del cuerpo de Dorian con molestia. — ¿Tu plan era ganar esto solo no? ¡Desde un maldito principio fue tu plan!

—No sé de qué estás hablando... —. Mintió el de negro, escupiendo sangre y limpiando la comisura de su boca. Max no reconocía a la persona que hace un rato había estado decidida a ayudar.

—No alarguemos más esto, te hemos visto matar a la naranja, vete de la nave—. Esta vez quién habló fue Danna, dejando su voto a favor de una vez.

—Ah sí, aquella tripulante... Te contaré algo interesante sobre mi compañero. Él también es un impostor —. El de rojo señaló a Corey quién le dedicó una mirada imperturbable ¿Cómo era posible que estuviese tan tranquilo? Deseó poder golpearlo de nuevo —Así que no mueras antes de echarlo a él. Nos vemos en el infierno, Corey—. Dijo Max antes de irse.

Cuándo Dorian pensó que todo había terminado, las cosas dieron un giro inesperado. Danna había reaccionado tan rápido que no se dio cuenta hasta que el filo de un cuchillo rozó su cuello. La chica, temiendo por su vida, optó por lo que creyó en ese momento que era su pase libre para llegar viva a su hogar: secuestrar a Dorian. Si el chico era importante para Corey, solo tenía que amenazar su vida para poder terminar con las misiones que le quedaban.

—Si te mueves lo mato—. Determinó la chica entretanto retrocedía con el chico apresado.

Corey tampoco tuvo tiempo de prevenir el movimiento de la chica, estaba agotado por la pelea y además había jugado una carta inteligente para dejarlo impávido sobre su lugar. Dorian era importante, demasiado. Lamentaba la situación en la que se había envuelto pero había captado su señal y entonces alzó sus brazos fingiendo derrota. Los vio alejarse pues de la sala en un completo y tenso silencio. Los vio alejarse pues de la sala en un completo y tenso silencio. Hasta que tras calcular unos diez minutos, cuestión de darle seguridad a la violeta que pudiera esconderse, saboteó los comandos de comunicaciones.

No sabía cuántas tareas le quedaban a la chica pero al menos podría ganar algo de tiempo.

Danna no había abandonado la ubicación de su cuchillo sin embargo, era complicado caminar cuando no sabía qué dirección tomar. Le pidió a Dorian que golpeara su reloj para saber si el suyo era el único afectado y al darse cuenta que no, solo pudo pensar que era un sabotaje como las luces. Podría seguir las flechas que su mapa indicaba, pero era ir a ciegas sin saber que tarea debía cumplir.

—¿Por qué no arreglamos el sabotaje primero?—. Propuso Dorian, ahogado. Podía sentir como algo líquido comenzaba a correr por su cuello. Se condenó por olvidar su casco en algún lugar.

—¿Y darle nuestra ubicación? sí, claro. No soy estúpida—. Bufó.

—A este paso él nos encontrará, podemos arreglarlo y salir corriendo a donde sea que tengas que ir—. Parecía la receta perfecta para el desastre pero tenía sentido. Ambos trotaron a la sala de comunicaciones, sin tener idea que Corey aguardaba en la zona de los escudos viendo con insistencia su brazalete.

La tensión se esparcía a cada minuto que Dorian intentaba arreglar el sabotaje. Pensó en Corey y sobre cómo iban a salir de esto ahora que Danna no le despegaba la mirada ni por un segundo. Deseó que todo terminara de una vez para irse. Cuando terminó de limpiar el sonido de lo que parecía ser una estación radial, se levantó para seguir a la chica. Quién al salir cometió el error de distraerse con su mapa por el minuto que le tomó a Corey salir de escudos y apagar la luz. Dorian sintió como era apresado en un fuerte abrazo, siendo el sonido de un disparo lo que rompería el silencio y les daría una amarga victoria.

Proyecto ImpostorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora