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personality swap!

Una parte de Tweek deseaba no estar ahí.

La costumbre arraigaba en su alma como lo hacía el gélido viento sobre los frondosos arboles de su pueblo, constantemente. Su vista estaba posada en el paisaje que escapaba veloz ante sus ojos por la rapidez con la que avanzaba el autobús escolar, siendo tan temprano por la mañana el vidrio lucía empañado y pequeñas gotas de agua descendían por el cristal debido a la condensación, evidenciando el húmedo clima y los estragos de esa lluvia nocturna.

Sus redondos ojos lucían serios, como su propia persona, eran grandes y casi infantiles, pero no quitaban el toque estoico del rostro pecoso. Tweek en las mañanas jamás deseaba estar ahí, pero era parte de su imperturbable rutina. Kyle Broflovski chillaba a Eric, quien gritaba más fuerte en su dirección, haciendo que su corazón bombeara de puro deseo a levantar el dedo medio a ambos, un ataque silencioso que sabía era efectivo para hacer que el obeso se cohibiera porque estaba claro quien le partiría el culo a quien si intentaba iniciar una pelea, ya había sucedido una mañana y se había llevado una ida a dirección, pero no importaba, porque había dejado al castaño con la nariz sangrante y cualquier consecuencia parecía patética ante la maravillosa idea de zurrar a esa bola de grasa. Kyle, por su parte, siempre callaba cuando Cartman lo hacía, como si fuera el indicador de que debía parar de ser un dolor en el culo, el chico no era tonto así que no insistía en batallar contra él, y agradecía eso, digo, Tweek tiene más que claro que si el pelirrojo insistiera en pelear no dudaría en darle una paliza y salir fácilmente victorioso, pero Kyle simplemente era alguien temperamental al cual Eric sacaba de sus casillas, como a cualquiera, tenía un respeto mínimo por la enorme paciencia del judío.

Un bache hizo que el autobús se agitara un poco, haciendo que en su termo el caliente café se removiera, Tweek trató de no beber nada para que le durara lo más posible en el día, pero el mero sonido del liquido agitándose parecía incitarlo. Suspiró, no quedaba mucho para llegar e instalarse sobre su pupitre, el solo pensar que ni siquiera había iniciado la jornada escolar lo invadía de pereza pero de nada servía quejarse.

El vehículo paró de un sopetón, trayendo a su rostro un atisbo de temor por el movimiento brusco que trató de corregir al instante, se balanceó un poco hacía enfrente, casi azotando su rostro contra el asiento siguiente al suyo para seguidamente erguirse con calma. El caliente liquido había resonado en su termo nuevamente y su vista dio a la ventana, el paisaje de la fachada le afirmo que efectivamente habían llegado a la escuela.

Se echó la mochila al hombro y caminó, el pasillo del bus era estrecho y tenía un desagradable aroma a húmedo al que aún a pesar de los años no se acostumbraba, si se sumaba el maloliente olor que despedía la conductora del autobús, no era una combinación agradable, en lo más mínimo. 

No congeniaba mucho con nadie que estuviera en el autobús en ese momento, hacía falta su ruidoso novio. Ni siquiera entiende como fue que fue parte del team Stan en su niñez, ahora mismo el solo pensar en involucrarse con esa panda de idiotas le daba arcadas, bufó y se encaminó, pasando sobre el piso de cemento hasta la institución pintada de un amarillo que con el pasar de los años lucía corroído por el contacto del sol sobre la propia superficie.

Tweek atrajo miradas mientras caminaba, no era el más alto ni el más guapo probablemente, pero recolectaba idas al despacho del directo y un historial digno de un chico malo, para algunos padres casi un delincuente, por lo que su mera existencia hacia que los estudiantes se voltearan a cuchichear en su dirección, poco le importaba. Se acercó a su casillero y guardó todo lo no correspondiente a la primera clase, dejando en sus manos únicamente un grueso libro verde para su clase de química, un cuaderno y su estuche.

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