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Tweek había comenzado a adquirir ciertos hobbys, su terapeuta había comentado que sería buena idea en variar en actividades para así, encontrar una que lo desestresara al máximo. 

Había tejido, pintado al oleo, tocado piano, bordado, horneado, y varias actividades más, de echo por esto tenía un sinfín de conocimientos artísticos nuevos.

Cada cierto tiempo hacía algo nuevo, sus amigos lo ayudaban, su novio también lo hacía ya que él incluso lo acompañaba a ver a su terapeuta, lo tenía muy alegre el apoyo.

Llevaba sobrio de café poco más de un mes, sus temblores y tics se habían regulado bastante, tenía un aspecto mucho más saludable. Era delgado aún, pero había empezado a tomar más agua, por lo que su piel estaba más limpia y bonita, sus labios lucían hidratados, también dormía más, aunque...

Últimamente había algo que le carcomía.

Tendía a practicar algún hobby los fines de semana, cuando se quedaba Craig en su casa y sus papás no estaban, ¿había algo malo en eso? no exactamente, pero lo que haría esa semana lo tenía algo nervioso.

Maquillaje.

¡Estaba nervioso! No había a sus ojos (Y de muchas) chico más masculino que su novio, ¿Y si le molestaba ser maquillado? entendía si pasaba, Wendy y Barbara habían sido sus conejillo de indias en eso, él también se dejaba maquillar por ambas y obviamente disfrutaba, pero no sabía como reaccionaría su novio, después de todo desde pequeños había manifestado una conducta bastante masculina.

Craig no era un chico brusco, era serio pero increíblemente dulce con él, de igual forma le ponía nervioso hacerlo, aunque su novio no sería tosco al darle una negativa.

Tweek tamborileaba sus dedos sobre la base del tupper, notablemente nervioso, algo regular en el rubio a vista del resto, después de todo los gritos frecuentes y aspecto alterado era la normalidad para los demás. La nieve caía suave y los delicados copos quedaban atrapados en su rubia y alborotada cabellera, el viento que impactaba contra su rostro hacía que los rebeldes cabellos que normalmente descansaban en su frente volaran hacía atrás, dejando su pálido rostro cubierto de pecas despejado, en ese momento su nariz estaba roja por el frío, probablemente.

La nieve daba un crujido imperceptible bajo sus pies, esos eran detalles que él notaba, o en los que ponía especial atención en ese momento por el nerviosismo que sentía arremolinado en su estomago. La conocida casa de su bello novio estaba frente así ¿Tan despistado estaba? Tragó saliva mientras elevaba los hombros y cerraba los ojos, con el nudillo del dedo medio golpeo la puerta, la cual se abrió a los pocos minutos por Craig, en un pijama y con su chullo.

─ Hola bebé  Tweek entró a la casa, Craig se inclinó y deposito un beso en su fría mejilla, que se entibió al contacto de la piel ajena, el cálido ambiente le inundo de tal forma que dejó de pensar en cualquier cosa que no fuera Craig y su casa que olía tanto a él. El ruido de una tetera inundó sus oídos, su novio se encamino rápido a la cocina, ventajas de sus largas piernas, supuso Tweek al seguirlo.

El moreno manipulaba con maestría su cocina, en la mesa de madera habían dos tazas de porcelana, Tweek posó el tupper entre ambas y Craig se acercó a preparar el té.

Cuando ambos estuvieron sentados frente a frente, el pecoso destapó el tupper dentro del cual se hallaban seis cupcakes perfectamente decorados, Craig sonrío al verlos.

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