La cuarentena era muy aburrida.
Craig estaba sentado en el amplió sofá de su sala de estar, aburrido, no tenía mucho que hacer, llevaba unas dos malditas semanas metido en su "casa", sin casi ninguna interacción humana más que su mamá que le llamaba cada segundo día.
Entendía que no podía salir de allí por una fuerza mayor, obviamente captaba eso, pero a pesar de todo, extrañaba a sus amigos, extrañaba trabajar incluso, vaya que la cuarentena lo estaba afectando.
No salía del departamento, a quienes más veía era a los chicos que hacían entregas a domicilio, y ni siquiera hablaban porque no se acercaban menos del metro, dejaban el paquete y le hacían señas con las manos, ese había sido su contacto con el mundo real ahora, vaya.
Incluso podría hablar con un vecino, lo que sea le venía bien, aunque la verdad...
Quería estar con Tweek Tweak, del departamento de enfrente.
No eran muy amigos, de echo hablaban muy poco, pero era atractivo y agradable, sabía que tenía una cafetería a un par de calles, de echo era un genial repostero, lo sabía de primera mano.
El muchacho parecía un misofobico de primera, desde el primer momento utilizaba mascarillas y parecía apático a cualquier interacción humana, aunque de vez en cuando lo veía cuando salía a regar sus plantas, adorable.
El sillón era de cuero sintético negro, olía a desinfectante y era duro al tacto. Suspiró, los días parecían pasar de forma súbitamente lenta, ¿Estaba faltando a la cuarentena si siquiera invitaba a su rubio vecino? Estaban en el mismo edificio, pero no en el mismo departamento... por lo que, la verdad, no tenía idea, aunque el deseo de invitarlo era latente.
El sol se colaba por la entreabierta cortina, desde aquel segundo piso pudo divisar una rubia cabellera, notoriamente familiar, con canasta de ropa en mano, cabe decir que lucía pesada por la expresión del rubio, que fruncía el ceño mientras caminaba lo más veloz que podía. Craig se levantó y se apoyó sobre la baranda de su balcón, con una sonrisa.
─ ¡Tweak! ─ El delgado chico reaccionó asustado, mirando a todas direcciones menos arriba con palpable sorpresa, Craig río suavemente ─ ¡Aquí arriba! ─ El rubio alzó su mirada, y el celeste iris impactó sobre su mirada, sonrió y alzó la mano, simulando un saludo.
─ H-Hola Craig ─ Tweek posó temblorosamente la canasta en el piso, soltando involuntariamente un suspiro de alivio.
─ Iré a ayudarte, espera ─ El pecoso parecía querer rechazarlo, pero el moreno bajó rápidamente en su auxilio, con una sonrisa levantó la abultada canasta, haciéndola parecer ligera como una pluma.
Tweek era notablemente escuálido comparado a Craig, que era alto y levemente fornido, tenía dos piercings en la oreja derecha y toda una apariencia de chico malo que hacía al rubio derretirse, en comparación, él era delgado y pálido, el subtono rosa sobre ciertas zonas de su piel le daba una apariencia dulce y saludable, la evidente delgadez hacía que tuviera una cintura visible a la vista, a Craig le gustaría saber si también al tacto.
El moreno llevaba con una sonrisa la canasta, por su parte Tweek trataba de no sonrojarse violentamente.
─ J-Je, creo... creo que eres la primera persona con la que hablo en dos días ─ Craig recorrió con la mirada al pecoso, traía un par de guantes y mascarilla, esto le provocó una pequeña risa, tomando en cuenta que también el rubio tomaba distancia. ─ ¿Qué?
─ Nada, nada ─ Ya habían llegado a las puertas, rapido ya que solo vivían en el segundo piso. ─ Bien, fue bueno mientras duro, vecino ─ El moreno se giró, dispuesto a entrar a su vivienda.
─ ¡E-Espera! ─ Craig se dio media vuelta, cuando sus miradas chocaron el rubio enrojeció ─ ¿C-Cuánto llevas en cuarentena?
─ Hmm... ─El moreno posó su dedo sobre su mentón mientras pensaba─ Creo que llevo unas dos semanas sin acercarme a nadie
─ Oh ─ El rubio sonrió ─ Yo quince días, ¿Te gustaría pasar?
─ Claro.
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Craig se había sentado en el sofá del rubio mientras él se dedicó a preparar café, el sitio era similar al suyo, pero más rústico, le daba una vibra cálida.
─ Toma ─ El rubio extendió la humeante taza, Craig la recibió con una sonrisa que hizo lucir los hoyuelos en sus mejillas, el pecoso devolvió la sonrisa con un deje nervioso, como solía lucir normalmente, se sentó a su derecha y bebió un sorbo largo del oscuro liquido, seguido a esto suspiró aliviado.
─ Extrañaba estar con gente ─ Murmuró el moreno sorbiendo el café, sorprendentemente amargo ─ No soy muy sociable, pero extraño salir, no lo sé.
─ Y-Yo también ─ Río el rubio, bebiendo la humeante taza sin fruncir ni un poco el rostro ─ Extraño abrazar a Wendy ─ Craig fijó su mirada en él ─ O-O sea, Wendy es mi amiga, casi mi hermana y no he podido verla, vive en el otro extremo de la ciudad.
Craig le sonrió, se sentía en un ambiente tan cálido, el muchacho despedía cierta vibra calmante para él, hasta ese momento no había notado lo cerca que estaba del rostro ajeno. Aprovechó la cercanía para fijarse en los pequeños detalles, como las claras y espesas pestañas decoraban sus ojos, esos ojos que tenían un iris precioso, de un color azul y verde, a pesar de que los miró un buen rato, no pudo percibir donde iniciaba y terminaba cada color, las pálidas mejillas estaban teñidas de un rojizo intenso, a pesar de eso también podía divisar las pecas, bajó su mirada a los labios ajenos, que, tenían pequeñas cortadas en el interior, en esa zona donde su vecino seguro se mordía los labios, donde se estaba mordiendo en ese preciso momento.
─ E-Eh ─ El aliento cálido chocó contra sus labios, al sentirlo Craig se irguió nervioso, el rubio tembló levemente.
El moreno llevó su mano derecha a su nuca mientras sonreía nervioso, su lengua rosó su labio inferior hipnotizando al rubio.
─ ¡O-Oh! T-Tienes un piercing
─ Ah, sí
─ ¿Duele? Sería genial saber como se siente uno en la boca.
Craig se inclinó y sin previo aviso besó al rubio, el pecoso rodeo con sus brazos el cuello del otro y se recargó en los muslos del moreno, las manos de Craig se apoyaron en la delgada cintura del rubio y se mantuvieron en esa posición por un rato.
El rubio suspiro en medio del beso, mientras se separaba.
─ Así se siente ─ Río el moreno.
─ V-Vaya pues... ─ El rubio escondió su rostro en el cuello del moreno e inhalo ─ Se siente bien.
Craig se abrazó aún más al rubio, en total calma, aunque rebosante de una alegría emocionante. Con los labios del rubio pegados a los suyos y sus manos apretando el lechoso muslo del mismo pensó que en verdad, la cuarentena no sería taan aburrida.
Probablemente ni un poco.