Capítulo 4 : Juntos de nuevo.

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Me di la vuelta y ahí estaba él, llevaba una sonrisa macabra pero lucía impecable. Algo que sin duda nunca ha dejado de ser.

Besó mi mano como lo solían hacer los caballeros. Luego de ello tomé de su brazo y nos dirigimos hacia la salida. El aroma a colonia alemana todavía seguía impregnado a él y su manera de caminar no cambiaba, su voz y su aspecto fueron los que sí más han sido alterados al morir.

- Querida, no sabes la alegría que me da al verte de nuevo. Al fin tendré compañía para no reirme solo sobre la caída de la bolsa de valores de 1929.

- ¿Todavía te ríes por ello? ¡Dios! No te imaginas cómo fue entonces 1939.

- ¡Tengo ansias de escuchar esos chistes! Ahora que no estaremos solos, ¿dónde vivirás?.

- Hablando de eso Al, ¿sabes dónde está el hotel de Charlotte Magne?.

- ¡Has caído con el mejor guía! Pero... ¿piensas hospedarte allá? Querida, hay mejores sitios para viv... - Le interrumpí.

- Es un favor, viene de la parte de la Reina Lilith. Según lo que me han informado, tendré que ser la consejera de su hija ya que necesitará ayuda luego de un escándalo que tuvo.

- No me rendiré hasta que estés en casa conmigo. De todos modos, yo también estaré ayudando en el hotel de su hija.

- Tú más que nadie sabe que soy difícil de convencer. ¿Recuerdas?.

- Se lo dices al que te propuso matrimonio y logró casarse contigo, ¡JA! Deberías ser comediante, querida. - Rió descaradamente. - Bueno, apurémonos ya que hice un plato especial y quiero que esté perfecto para tu paladar.

- ¡Vaya, esta sí es una buena bienvenida de tu parte!.

- Siempre lo haré por ti. En cualquier caso, no creas que saldrás impune a mi interrogatorio, el almuerzo es solo una excusa para que me pongas al día.

- Ni muerto cambia lo curioso que eres.

Luego de una entretenida charla sobre la ciudad y el infierno, caminamos tranquilamente en las calles casi vacías, algunos demonios nos observaban intrigados. No les hice caso, seguía en mi pequeña burbuja de felicidad.

¿Quién estaría tan chiflado para poder sentirse feliz en el infierno justo ahora?. Pues yo.

No hacía frío ni calor, era un clima un tanto particular y relajante. No me imagino como sería el Paraíso, debe ser una gran cava de hielo. Una pena.

En un momento pasamos al lado de una tienda luminosa, era algo extravagante pero hipnótica ya que los aparatos ahí dentro eran de muchos tamaños y con diseños variados. Sin hablar de los nombres inscritos en los afiches brillantes : smartphones, tablets, computadores, 5G...

Una silueta surgió en cada una de las pantallas del local, me miró sorprendido pero luego dibujó una sonrisa en su... ¿pantalla?.

- ¡Oh! ¿Cómo se llama esta belleza, Alastor? No me digas que es una de tus conquistas.

- Se llama mi esposa, ¿por?. - Alastor respondió desafiante ante su provocación.

- Es una hermosa mujer sin dudas. Luciría mejor si yo estuviese acompañándola. - Se dirigió a mi.- Si gusta, puedo mostrarle los nuevos modelos de nuestros celulares, seguro que le va a encan...

- No queremos tus porquerias, Vox. Ninguno de tus cachivaches podría igualar a la sabia radio. Ese artefacto si es de calidad. - Sonrió Alastor maliciosamente.

𝙻𝚊 𝚍𝚒𝚏𝚞𝚗𝚝𝚊 𝚙𝚛𝚒𝚖𝚊𝚟𝚎𝚛𝚊 ⟦𝙰𝚕𝚊𝚜𝚝𝚘𝚛 𝚢 𝚃𝚞⟧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora