Chica Mala

Capítulo 33

   Stephen:

—hermano creo que metiste la pata —habla Leonard cuando Daniela se dirige a la barra de comida mientras Roxan abandona la cafetería— ¿por que tienes que ser tan jodidamente impulsivo? —le había contado sobre mi atracción hacia Roxan, de hecho, el fue él que la vio tirada en las gradas y me avisó. Como le dije a Roxan, ese lugar es frecuentado a esa hora por personas que se saltan las clases para practicar algún deporte, tener sexo o drogarse, pensé que ella llevaba a cabo la última opción y si a eso le agregamos lo que me dijo Lana en el club no dude en acercarme.

   Ese beso fue una luz en mi podrida alma, ¡joder! Fue perfecto y no me avergüenza confesar que ocurrió, porque así lo quise, atravesando mi pie para que ella tropezara.

—ese imbécil está babeando por ella —gruño controlando las ganas de ir a romperle la cara a Federico.

—¿y por eso besaste a Daniela delante de ella? —me reclama frunciendo el ceño— tu problema es con Federico, resuelvelo con él pero no seas tan idiota como para lastimarla.

    Él tenía razón, lo que hice estuvo mal y tenía que enmendar mi error. Recojo mi bolso dispuesto a seguir el camino que Roxan tomó pero soy detenido por Daniela.

—¿a donde vas? —odiaba cuando se ponía en ese plan, cuando se atribuía derechos sobre mi que no poseía— pensé que comeríamos juntos.

—tengo que irme —le respondo lo más amable que puedo, al fin de cuentas en mi amiga.

—¿que es eso que te urge hacer? —su molestia es evidente— desde esta mañana me has estado evitando y quiero saber cuál es la maldita razón ¿eh? —eso colmó mi paciencia.

—escúchame bien —digo con enojo— nadie, exceptuando mis padres, me da órdenes o me pide explicaciones ¿te queda claro? —mi voz se  escucha grave y amenazante— que tu y yo nos acostamos no te da el derecho a entrometerte en mis asuntos —su mirada es incrédula ante mis palabras pues nunca le había hablado de esa forma.

—pues vete a la mierda —señala la puerta y puedo ver sus mejillas sonrojadas por la ira.

—ok, ok creo que esto se salió de control —interviene Leonard llamando nuestra atención. Bufo y salgo de la cafetería sin importarme los sollozos de Daniela.

     Camino por los pasillos de la universidad en busca de Roxan pero en cambio me encuentro con Daniel sorprendido pero sumamente molesto, sus cosas están en el suelo y sus manos se encuentran hechas puños.

—¿que sucede? —pregunto. Muy pocas veces lo he visto en ese estado.

—una maldita coincidencia acaba de arruinar mi día —ruedo los ojos con fastidio y sigo mi camino, odio cuando habla sin ser explícito.

      El resto del día sigo buscando a Roxan sin tener éxito y al final del día decido ir a su departamento. Toco dos veces la puerta pero no responde. Tal vez no hay nadie. Pienso mientras me siento al pie de la puerta, no planeo irme de aquí sin haber hablado con ella.

—maldita freidora —escucho a alguien quejarse mientras se acerca a donde estoy— ¿quien demonios eres tú? —pregunta el chico frunciendo el ceño. Mi manera de ser y la costumbre me gritan que lo golpee para que aprenda que a mi nadie me habla de esa manera pero las ganas de saber quién es él y el por qué tiene llaves del departamento de Roxan son más grandes.

—soy un compañero de Roxan —me levanto del suelo y al posicionarme delante de él le saco una cabeza de altura— me llamo Stephen ¿tu eres?

—soy Nick y vivo con ella —solo Dios sabe la cantidad de fuerza de voluntad que tuve que reunir para no matarlo cuando esas tres últimas palabras salieron de su boca— un segundo... Tu eres el chico del baile —frunso el ceño y él entrecierra sus ojos— si, si, te recuerdo, la protegiste cuando comenzó la balacera —aprieto mis manos en puños cuando recuerdo que por nuestra culpa ella estuvo en peligro.

—¿eres su novio? —mi voz sale ronca, señal de que estoy a punto de perder el control si su respuesta es sí. Él ríe y niega.

—si me gustaran las mujeres Roxan no sería mi novia, sería mi esposa —su declaración me ha dejado en blanco— ella es una mujer excepcional, comprensiva y muy fuerte. Le pondría el mundo a sus pies si no supiera que ella sola puede hacerlo —se acerca a la puerta y la abre— ¿tu que harías si pudieras tenerla como mujer? —su pregunta me toma con la guardia baja.

—la haría mi reina y yo sería su rey pero también su esclavo, haría lo que fuera para hacerla feliz —mi respuesta parece dejarlo satisfecho mientras que yo siento como si hubiera pasado alguna prueba.

— pasa adelante, puedes esperarla adentro —me ofrece y acepto, tal vez el pueda darme información.

—¿tardará en llegar? —el niega y decido tomar asiento en el sofá.

—después de clases se va con Federico y regresa como a las cuatro cansada y toda sudada —tenso mi cuerpo.

—¿que dijiste? —mi voz sale grave y mi mente comienza a reproducir los posibles escenarios que causarían ese estado y me es imposible ocultar mi disgusto.

—dije que... —es interrumpido por el sonido de su teléfono y me hace una seña para que haga silencio— ok, voy para allá —cuelga la llamada y toma sus llaves— tengo que salir, estas en tu casa.

—¿no temes que robe algo? —me mira sonriendo y niega.

—el Rolex en tu muñeca me dice que nada aquí vale lo suficiente —dice cerrando la puerta. Se que se refería a lo material pero si había algo o mejor dicho alguien que si valía la pena y a quien quería tener en mi habitación, sobre mi cama y pidiendo que la amara hasta que nuestros cuerpos se consuma en el placer.

    Observo el lugar con detenimiento, las dos veces que estuve aquí no tuve el tiempo suficiente para hacerlo y me dirijo hacia su habitación. Al ingresar su aroma golpea mis fosas nasales haciéndome sentir en el paraíso, todo está arreglado y bien cuidado excepto una cosa que llama mi atención, es un oso de peluche que está completamente remendado, tiene marcas de costura por todo el cuerpo haciéndolo ver salido de una película de terror. En su pata derecha Superior tiene escrita la palabra recuerda y en la Inferior Inocencia, en la izquierda Superior dice muerte y en la Inferior Justicia.

   Definitivamente algo raro pasa aquí.

    Me dirijo a su clóset y me sorprendo al ver un hermoso vestido color negro, con tela transparente y pedrería de color plateado y negro, automáticamente mi mente proyecta la imagen de Roxan con dicho vestido y me pongo duro.

—¡Nick ya llegué! —escucho gritar a Roxan. Guardo el vestido en el closet y espero a que ingrese a su habitación— ¿que demonios haces tú aquí? —pregunta con enojo.

—quiero hablar contigo.

—no tenemos nada de que hablar —deja su bolso en el suelo y se acerca a mí— todo está más que claro.

—te equivocas, fui un idiota —digo sin apartar mis ojos de los de ella. Wou, de cerca es aún más hermosa— verte con Federico me puso histérico, no pensé lo que hacía y besé a Daniela para que sintieras lo que yo sentí, es estúpido y cruel, lo sé pero no sabía cómo reaccionar es la primera vez que siento esto y todo es por tí —me sinceré y le conté de mis sentimientos esperando que me entendiera pero comenzó a aplaudir con una sonrisa sarcástica cubriendo su rostro.

—¡bravo! Exelente actuación ¿usas el mismo repertorio con todas? —su insinuación me molesta pero se que el que la cagó fui yo— pues déjame decirte que no funciona, no seré otra de tus conquistas.

—¡mierda! ¡¿es que no escuchaste nada de lo que te dije?! —exploté, ella hacía que perdiera la paciencia con facilidad— ¡no quiero seducirte ni conquistarte! —la tomo de los brazos y la acerco a mi cuerpo— quiero enamorarte como lo estoy haciendo yo de tí, quiero saber qué me deseas tanto como yo a tí, quiero ser el único que bese tu labios, el único que tenga acceso a tu cuerpo y el único que le haga el amor a tu alma —respiro entrecortadamente a causa de la excitación que siento— quiero que seas mía y yo tuyo, eso quiero —ella me ve con asombro y cuando abre su exquisita boca para decir algo, la callo uniendo sus labios con los míos.

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He aquí un nuevo capítulo, espero y les guste ⭐⭐⭐.

Propiedad de Marianny1428.
No al plagio, se creativo y escribe tu propio mundo.
XOXOXO.