Capitulo 20

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   El sonido de un disparo silenció la celebración y me puso en alerta. Todos gritaban mientras intentaba abandonar el lugar y yo comencé a preocuparme por Gio.

—¡maldita sea! —dice el chico y toma mi mano. Por alguna razón su voz se me hizo conocida pero no recordaba de donde— vamos, tenemos que salir de aquí —me arrastra por el lugar pero me suelto cuando veo a Gio corriendo de la mano de su pareja— ¿que te pasa? ¡VAMOS!

—¡no me voy a ir sin mi amiga! —digo y corro en dirección contraria.

—¡ESTAS LOCA! —grita el chico antes de llegar a mi lado. Un hombre aparece con un arma y apunta en nuestra dirección, el chico me agarra de la cintura y caemos al suelo él quedando encima de mí, levanta un arma que no se de donde sacó y le dispara al hombre. Escucho disparos por todo el lugar y veo a varios hombres protegiendonos pero estoy tan perdida en los malditos ojos de quien tengo encima que no me importa mucho lo que sucede a mi alrededor— ¿estas bien? —pregunta tan cerca de mi que nuestros labios se rozan y sólo puedo asentir.

“me muero ¿Roxan Monrou se quedó sin palabra?”

   Maldigo a mi conciencia y me renuevo debajo del cuerpo del chico tatuado, este se levanta y me ayuda a levantarme. Miro el lugar y está hecho un desastre que buen final para mí primer baile, nótese el sarcasmo.

—¡ROX! —escucho la voz de Nick y lo veo correr hacia mi— gracias a Dios estas bien, ví a Gio afuera y me asusté al no verte con ella —me abraza y besa varias veces mis mejillas. El chico tatuado nos mira con enojó, creo y carraspea cuando ve que mi amigo no les importa su presencia.

—¡eres una maldita loca! —me grita el chico tatuado tratando de intimidarme.

—yo no te pedí que me acompañarás —le respondo enojada también y él ríe con burla.

—si no fuera por mí estarías muerta —ahora la que ríe soy yo causando molestia en él— lárgate con tu noviecito —Nick asiente separándome del chico tatuado.

—vete a la mierda masoyi —digo sacando el dedo medio al chico tatuado y río al ver su cara de confusión mientras mi amigo me saca del lugar.

   Fuera del salón estaba la policía interrogando a varios estudiante y a lo lejos ví al chofer de la limusina, subimos a ella y en el camino a casa le marco varias veces a Gio pero como en un principio, no me contesta.

—maldición Gio, contesta —vuelvo a marcar y nada.

—tranquilizate —me pide Nick y lo miro enojada— te dije que la ví afuera del salón con su pareja, de seguro ya está en su casa o va en camino y se le descargo el celular —tiene razón, no debería preocuparme, además mañana nos veríamos.

—llévalo a su casa por favor —le pido al chofer y este asiente. Me despido de mi amigo y entró a la casa, me quitó los tacones par no hacer ruido y subo las escaleras hasta mi habitación— que noche... —susurro y sonrío recordando lo que le dije al chico tatuado, no era un insulto pero se que él se lo tomaría así y como es imposible que nos volvamos a ver, además de que usábamos antifaces, se quedaría con la duda.

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   Me levanté alrededor de las diez de la mañana, mis padres no estaban y mis tíos junto a sus hijos habían salido por lo que tenía luz verde para salir sin que me interrogaran. Llamé a Gio diez veces y todas me mandó a buzón pero seguí intentándolo hasta que decidí ir a su casa.

—señorita Roxan ¿como ésta? —me pregunta la señora Megan al abrirme la puerta.

—muy bien ¿y usted? —ella sonríe.

—bien gracias a Dios —dice mientras arregla su delantal— ¿busca a la señorita Gio? —asiento y ella niega— que pena, ella salió temprano y no ha vuelto —fruncí el ceño y comencé a atar cabos. Si el chico con el que la ví era Cameron y había venido por ella, entonces... ¡NO! Ella lo prometió, no me podía abandonar hoy.

—gracias señora Megan —me doy media vuelta y la vuelvo a llamar varias veces pero no me contesta.

—¿a donde vamos ahora señorita? —me pregunta Spencer. Suspiro y le tiendo un papel.

—a está dirección —él mira a Kevin de una forma rara y le tiende el papel, este lo mira más no dice nada y Spencer comienza a conducir.

   Una hora y treinta minutos tardamos en llegar al lugar que una vez fue mi hogar y los recuerdo me bombardearon. Veía a una niña de seis años aprendiendo a andar en bicicleta en el césped de la entrada y a su padre ayudandola.

vamos princesa, tu puedes”

Recuerdo que me dijo y la felicidad que brilló en sus ojos cuando lo logré pero también el recuerdo de la última vez que estuve aquí se reprodujo en mi mente.

¡callate!, te he dicho que no me llames mamá”

  “¡QUE TE LARGUES!”

Respiro profundo y bajo de la camioneta. Con inseguridad camino la distancia que me separa de la puerta principal y la golpeó tres veces.

—¡un segundo! —escucho y después la puerta se abre dejando ver a la mujer que me trajo al mundo— Roxan... —susurra con sorpresa y desagrado— ¿que haces aquí?

—solo quiero hablar ¿puedo pasar? —le pregunto y ella se aparta para que pase. Me siento en uno de los muebles y ella ocupa el que tengo en frente.

—pensé que había sido clara hace dos años —su voz sale cargada de desagrado.

—tranquila, no te quitaré mucho tiempo —observo el lugar y veo que la fotos en donde salíamos mi difunto padre, ella y yo han sido recortadas y yo ya no estoy en ellas— ¿por qué me desprecias tanto? —pregunto sin rodeos— siempre hice de todo para ganarme tu amor y sólo me rechazabas —se queda en silencio por un momento.

—cuando conocí a tu padre me sentí la mujer más amada del mundo —su voz está llena de felicidad— todo su amor era para mí hasta que tu llegaste. En el momento en que el doctor dijo que estaba embarazada de una niña supe que todo ese amor ya no sería para mí y así fue —la miro con enojó, es un disparate lo que dice— si te caías él estaba ahí para curarte, si querías jugar el estaba ahí y cuando querías que te leyera un cuento ahí estaba él. Dios sabe cuantas veces le dije a tu padre que no estaba lista para ser madre, que debíamos abortarte pero él no lo permitió.

—y no perdiste la oportunidad de deshacerte de mi cuando te enteraste de mi embarazo —digo levantándome con lágrimas en los ojos— esa fue la mejor excusa para ti ¿no? —ella se levanta y me grita.

—¡NO TE SOPORTABA A TÍ MUCHO MENOS SOPORTARÍA UN MOCOSO TUYO! —la golpeo y cae al suelo— deberías agradecerme la vida que tienes —bufo por su comentario.

—estas loca, LOCA —le grito— era tu hija y me despreciaste por tener celos de mi, eres peor que las ratas.

—¡CÁLLATE! ¡CÁLLATE! —grita sosteniendo su cabeza y balanceándose de adelante hacia atrás.

—si, estas loca —susurro y salgo de la casa hecha un mar de lágrimas. Subí a la camioneta y me llevaron devuelta a la casa, ahí mi madre me recibió con los brazos abiertos y diciéndome que todo estaría bien. Sin duda es la mejor madre que Dios pudo haber puesto en mi camino.

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Propiedad de Marianny1428.
No al plagio, se creativo y escribe tu propio mundo.
XOXOXO.

Chica MalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora