Capitulo 9

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Después de llegar a casa me encierro en mi habitación queriendo estar sola, estuve mirando fijamente la pared por una hora hasta que me levanto y aviento una lámpara por la ventana, en estos momentos quería matar, llorar y morir. Creí haber superado esa noche, creí que podría vivir sin toparme de nuevo con ellos pero me equivoqué y aquí estaba yo, destruyendo mi habitación, lanzado todo al suelo con furia e impotencia mientras mis padres intentaban abrir la puerta.

Agarro un oso de peluche y un trozo de vidrio que era de la ventana, este se clava en mi palma haciéndome sangrar pero no me importa, con el pedazo de vidrio comienzo a apuñalar al oso imaginando que eran esos desgraciados, no me detuvo los gritos de mis padres, ni los disparos que sonaron contra la puerta, me detuve solo cuando el oso estaba hecho trizas y mis manos llenas de sangre.

—¡ROXAN! —el grito de preocupación de mi madre hacen que suelte el trozo de vidrio, mi padre lo patea lejos de nosotros y ambos me abrazan mientras lloro— tranquila mi amor, todo estará bien —observo a mi madre llorar y me duele verla así por mi culpa.

—lo siento —digo tocando su mejilla y esta queda manchada con mi sangre.

—no te disculparse cariño, te llevaremos al hospital y llamaremos a Danika ¿de acuerdo? —asiento y mi padre me carga entre sus brazos como a una novia y me acurruco en su pecho cerrando los ojos mientras escucho a mi madre decir que todo saldrá bien.

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Desperté al rededor de las tres de la mañana en el hospital de la AC, lo sé por el reloj que cuelga en la pared de mi habitación. Miro a mi alrededor y encuentro a mis padres dormidos en un sillón, mamá tiene corrido un poco el maquillaje y papá esta algo desarreglado, se nota que pasaron la noche aquí a pesar de que los doctores les dijeron que estaría bien.

   Ayer, cuando me trajeron, los doctores tuvieron que anestesiarme para poder tratar mis heridas y solo lo lograron gracias a que mi padre junto a Rogelio me inmovilizaron ya que no dejaba que se acercaran a mi.

Intento levantarme pero mis manos se encuentran atadas a la camilla y forcejeo contra ellas, estas hacen ruido y mi madre se despierta.

—calma cariño —hace que detenga mis movimientos— te las colocaron para que no te hagas daño —asiento y me quedo en silencio por un rato hasta que recuerdo que en el restaurante ellos sabían quien era Rogers.

—¿como sabían tu y papá quien era ese hombre? —pregunto sin ninguna emoción.

—en el lugar en donde te encontramos habían cámaras de seguridad —dice mi madre en un tono bajo y toma mi mano— le pedí a tu padre que consiguiera las grabaciones de la noche anterior y en el vídeo aparecía Rogers y su amigo Dereck, intentamos capturarlos y hacerlos pagar el daño que te hicieron pero descubrimos que los protegía la mafia de Londres y fue imposible llegar a ellos sin que te lastimarán de nuevo —la sinceridad se escucha en su voz y asiento.

—entiendo mamá —digo y ella me abraza llorando, decía la verdad, recuerdo un tiempo en el que varias veces me movieron de casa y ciudad, nunca supe el por qué y ahora lo sé, me protegieron de mis agresores pero ellos seguían libres y a saber dios a cuantas chicas mas le hicieron lo mismo que a mi— los entiendo pero quiero que me entiendan a mí, no puedo seguir adelante sabiendo que ellos están allá afuera sin ningún castigo y haciendo de las suyas, no puedo quedarme de manos cruzadas pudiendo hacer algo para detenerlos.

—y te ayudaremos hija —la voz de mi padre llama nuestra atención— en un pasado nos quedamos de brazos cruzados porque no sabias defenderte y podrían hacerte daño pero ahora no, eres fuerte y sabes lo que haces —asiento y ellos se quedan a mi lado hasta que me vuelvo a quedar dormida.

Al día siguiente me dan de alta y volvemos a casa, no me sorprendo cuando al entrar a mi habitación no hay nada más que mi cama, unos cuantos peluches, unos libros y las ventanas han sido reforzadas con una malla metálica para no llegar al vidrio, todo lo rompible que pudiera ser usado como arma fue retirado y se que es por mi seguridad.

—sacamos todo con lo que te pudieras hacer daño, volverás a tener tu antigua habitación después de que termines la terapia con Danika —me informa mi padre y asiento, hace un año había dejado de ver a la señora Danika como paciente después de que informara que estaba bien y que la probabilidad de que cayera en una crisis era de un uno por ciento, osea, casi nula CASI, porque ese uno por ciento apareció y fue una mierda.

—esta bien, no hay problema —digo sin emoción alguna— ¿cuando comenzaré?.

—mañana será tu primera cesión —dice mi madre y asiento— descansa mi amor —salen dejandome sola en la habitación. Me subo a la cama y me hago un ovillo más no lloro, no lo vale, solo me dedico a ver mi cabello esparcido en la cama, ni siquiera intento dormir, eso sería dar rienda suelta a los recuerdos y ya tuve suficiente de ellos.

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Propiedad de Marianny1428.
No al plagio, se creativo y escribe tu propio mundo.
XOXOXO.

Chica MalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora