DESTINO O CASUALIDAD

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- Deja de mirarme, estoy bien - Su  manera de mirarme me estaba inquietando, pues era la misma forma en que miró la última vez.

- Lo siento, es solo que aún no puedo creer que estoy de nuevo junto a ti - No dejaba de sonreír.

- Bueno, pues no eres el único, yo tampoco puedo creer que estés aquí - Era algo inevitable sentirme nerviosa, hice un pequeños carraspeo, pues tenía la garganta un poco seca - Creí que vivirás en Argentina por siempre.

- ¿Argentina? ¿Cómo supiste eso? - De un salto se sentó  sobre la mesa.

- Por Keyla, ella me dijo que aún mantenían contacto y de vez en cuando me contaba cosas sobre ti- No pude evitar sonrojarme cuando terminé de hablar pues su mano se posó sobre mi mejilla.

- Entiendo - Edson esbozó una tierna sonrisa.

Todo el mundo parecía detenido, éramos tan sólo él y yo.
Pero como siempre Misti tuvo que acaparar la atención. Me había llegado un mensaje de ella donde decía : "Al fin encontré nuestro lugar de escape".

Lo lamento me tengo que ir - Guardé mi teléfono tomé mi cartera y apresuré el paso -Nos vemos luego - Intenté decir sin que mi voz se ahogara en un hilo.

Giré y seguí caminando, tenía que encontrar a Misti cuanto antes pues solo quedaban cinco minutos para volver a clases.

Saqué el teléfono y la llamé.

- Misti ¿Dónde rayos estás?... Genial buzón de voz ¿Es en serio? - Comencé a caminar en circulos.

De pronto me llegó una foto, era de los botones del elevador donde se veía que se dirigía al último piso.

- Rayos ¿En serio Misti? sabes que odio los ascensores - Me detuve maldiciendo por esto.

De pronto quite esa idea, pues recordé que ella no sabía nada de lo que pasó ese día, pero no me quedaba de otra, ahora tendría que ir.
Respiré profundo y entré, no podía ser tan malo, una mala experiencia  no significa que sucederá siempre ¿O sí?

- ¿Subes? - No tenía ni idea de quién era, pero su sonrisa hizo que me perdiera por un momento.

- Sí - Dije algo nerviosa, mientras apretaba el botón del ultimo piso.

- Genial ¿Último piso? - Mi miró, arqueando una de sus cejas - Parece que eres una chica problema.

- Yo... yo- No pude evitar ponerme titubear.

- Tranquila no diré nada - sonrió con picardía - Solo si me dices el motivo por el cuál irás allí.

- Pues ... - El teléfono empezó a sonar, provocando que me altere aun más.

- ¿Dónde estás? Llegar aquí no es tan difícil - El tono de voz de Misti hizo que perdiera la paciencia.

- ¿Qué en donde estoy! - Intenté tranquilizarme pero era casi imposible - En el maldito ascensor yendo en tu búsqueda, no entiendo porque te gusta meterte en problemas, realmente pensé que ya habías madurado.

- ¡Oye! No te pongas así, en serio que a veces eres muy dramática - Su voz al otro lado sonó aun mas chillona de lo normal.

- ¿Dramática! Estoy en un maldito ascensor por ti, aunque lo odio ... - Empecé a hiperventilar, realmente entré en pánico, solté el teléfono, me toque el pecho y me senté en el piso del elevador, ya quería bajar.

- ¿Hola? ¿Alis? ¡Ya! lo siento - Escuchaba a lo lejos la voz de Misti en el altavoz.

- ¿Hola? ¿ Sabes si tu amiga sufre de claustrofobia? ... Supongo que el silencio es un no, te espero en el piso seis - Colgó el celular y trató de mantenerme despierta, realmente sentí que me iba a desmayar.

- Oye tranquila, mírame, respira conmigo - tenia una mano en mi mejilla y con la otra hacia movimientos de arriba hacia abajo al ritmo de su respiración.

Yo trataba de seguirlo.

- Tranquila solo tienes un ataque de pánico - Él parecía conocerme más que yo misma.

Salimos del ascensor y allí estaba Misti un poco asustada.

- Lo lamento Alis yo no sabía que tú... - Misti estaba sollozando.

- Solo tuvo un ataque de pánico, estará bien - Él me rodeaba con uno de sus brazos y con el otro sostenía mi cartera, la cual fue cedida a Misti mientras hablaba con ella.

- Gracias... - Misti parecía más tranquila.

- Soy Leo, disculpa que no les ayude más, pero debo ir a clases y ustedes deberían hacer lo mismo - Dijo mientras se alejaba dejando solo su voz como un eco en mi pensamiento.

- Sí, gracias - Misti me tomó del brazo para avanzar.

 No pude evitar seguir sus pasos con mi mirada, mientras repasaba todo lo que había sucedido en mi mente.

- ¿ Qué haces? - El sonido del teclado del teléfono de Misti me hizo volver a la realidad.

- Llamo a Patrick - Dijo mientras sostenía con una mano el celular.

- ¿ Para qué? - Detuve rápidamente mis paso.

No quería que llamara a Patrick, porque conociendo como era llamaría  a mamá, haciendo que se cree un melodrama.

- Pues mírate, estás pálida, alguien tiene que llevarte a casa, no puedes estar así - Dijo Misti mientras colgaba el celular.

- Ahora tú eres la dramática, estoy bien, solo necesito tomar algo de aire nada más - Intenté aliviar la situación mostrando una sonrisa, aunque por dentro solo quería ir a casa y acurrucarme en la cama.

Caminamos un poco y para justificar nuestra tardanza decidí que era mejor ir a la enfermería para que me dieran un calmante; en verdad lo necesitaba y mucho.

Luego de estar con Linda, la enfermera, nos dirigimos al salón.

- Llegan tarde - La mirada del profesor Rivera se centró en nosotras.

En seguida le mostré la justificación que la Linda nos dio.

- Por esta vez se las dejaré pasar, tomen asiento - Dijo señalando los asientos.

Tuve que presentarme, aunque lo mi presentación no fue tan larga como el de Misti claro.

La clase me parecía que había sido demasiado corta; la manera en cómo se expresaba, hacía que cualquiera se convenciera de querer ser parte del mundo de la psicología.

Al terminar fuimos a dos clases más, biología y economía.

Lugo al término de todas las clases salimos a la entrada de la preparatoria.

- Al fin terminó - Misti lanzó un suspiro.

- No estuvo tan mal - Le dije mientras le daba una palmada en el hombro.

- Sí, pero lo mejor está por empezar - Misti empezó a teclear sin parar.

- ¿Por qué lo dices? - Dije algo confusa.

De pronto llegó el auto de mi hermano frente a nosotras.

Rodé los ojos y entré en pánico de nuevo cuando vi a Brandon de nuevo en el auto porque eso significaba que volveríamos a sentarnos juntos.

Misti lanzó un chillido y corrió al auto.

- Vamos que esperas - Misti me hacía señales para que entre, mientras que Brandon sonreía.

- Adiós chica problema - Leo apareció de pronto lanzando una pícara sonrisa.

Le hice una señal de adiós con la mano y acomodé mi cabello detrás de mi oreja.

Al volver mi mirada hacia el auto de Patrick pude ver que la sonrisa de Brandon había cambiado a una mirada de desaprobación.

Brandon bajó y abrió la puerta, ingresé al auto sonriendo como señal de victoria.

- Bueno, entonces vamos a almorzar - Patrick empezó a manejar.

Durante el recorrido me empecé a preguntar si los encuentros de hoy habrían sido destino o casualidad.

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POSIBLE LEONARDO PINEDA

Foto de Pravin Maniam en Pexels

LO QUE JAMAS DIJIMOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora