Los recuerdos de los últimos días pasaron por mi mente como si de una película se tratara.
Pequeñas lágrimas cayeron por mis mejillas, las cuales sequé de inmediato.
- Vamos Alis Colbert, deja de llorar - Traté de darme aliento - Bien eso es, respira y continúa con tu vida.
Terminé de limpiar mi vestido azul, me tome unos minutos más y me dirigí a la puerta.
Al salir lo pude ver con los brazos cruzados observándome con algo de gracia.
- Deja de reír - bufé.
- Lo siento es que se te ve... - No dejaba de reír.
- Mejor me voy - Avancé un poco mas su mano me detuvo.
- Lo siento - Hizo un pequeño puchero mientras me tomaba la cintura - No se ve tan mal enserio.
- Pues yo no lo veo así - Realmente me sentía del asco
- Toma, te daré mi chaqueta... Úsalo para cubrirte - Ayudó a que me la colocara y volvió a reír - Te ves muy tierna.
- Odio verme tierna - Bufé una vez más, pero luego al darme cuenta de lo gracioso que era la situación reí también - No creí que fueras más alto que yo.
- Jaja qué graciosa - Tomó mi mano una vez más y me llevó a la barra.
- ¿Quieres algo de beber? - Sugirió de pronto.
- No, en realidad me prometí no volver a beber desde mi primera y última resaca - De solo recordar el hecho se me hizo un nudo en el estómago.
- Chica lista - Tocó mi nariz con uno de sus dedos y luego mi mejilla - ¿ Bailas?
Asentí con la cabeza y nos fuimos al medio de la pista de baile.
La casa de los Villaroel era lo suficientemente grande como para organizar una fiesta con más cien invitados.
Tenía un hermoso e inmenso jardín, el cual era muy bien cuidado por la señora Tatiana, además contaba con amplio salón .La fiesta de Renato, cómo todos los años, era el más esperado, pues siempre tenía que pasar algo de caos, lo cual para mí era una mala señal.
Después de bailar, por mucho tiempo, le pedí que fuéramos a sentarnos, petición a la cual accedió de inmediato.
No dejábamos de mirarnos y sonreír, todo parecía mejorar, aunque eso no duró mucho tiempo, pues a los minutos se pudo escuchar gritos en el jardín.
Los dos salimos de inmediato a ver lo que sucedía.
- ¡Ya basta suelta a Leonardo! - Misti no dejaba de gritar - ¡Por favor Patrick!
A penas oí el nombre de mi hermano corrí de inmediato.
- ¿ Qué pasa? - Dije sin poder creer lo que estaba viendo.
Patrick tenía a Leonardo sobre el suelo sin soltarlo, no comprendía nada en absoluto.
- Por favor haz algo - Le pedí de inmediato.
Él se acercó y los separó con ayuda de Renato.
- ¿Se puede saber que te pasa! - La furia me invadió por completo, empujé a mi hermano al interior de la casa.
- ¡Ya Alis, hasta te pareces a mamá! - Patrick aún seguía molesto - Ni siquiera sabes lo que pasó cómo para que te pongas de su lado.
- Pues sea lo que sea, no creo que su solución se encuentre a golpes - tomé un respiro y continué - Haber Patrick Colbert, dime que rayos pasó ¡ah!
- Realmente quieres saber... Bien te lo diré - Tomó mi brazo y me llevó frente a él.
Patrick tocó su hombro, interrumpiendo su conquista número treinta de la semana.
Él dio la vuelta intentado ocultar, su cuerpo algo rígido al ver el rostro de mi hermano - Hola Patrick, no sé si lo notaste pero estoy ocupado, sea lo que sea lo hablamos después.
Patrick miró fijamente a la víctima provocando que se fuera.
- Espero sea importante como para que la hallas espantado.
- ¿ Te acostaste con mi hermana?- Dijo sin anestesia.
- ¿ Qué! - Brandon estaba tan sorprendido como yo - ¿Yo con Alis?
Mi hermano me puso junto a él sin quitarnos los ojos de encima.
- Hablen y no me mientan más.
A medida que pasaban los segundos la situación se hacía más tensa.
Trataba de buscarlo, realmente necesitaba que me sacara de allí.- Patrick yo... - La voz de Brandon se perdía en un hilo.
- ¡Carajo! - Patrick empezó a enloquecer, maldecía por todos lados y lanzaba golpes al aire.
- Aquí están - Misti llegó en el momento menos oportuno.
- ¿Tú lo sabías no! - Patrick se acercó a Misti de inmediato para gritarle a la cara.
- ¿Qué te pasa Patrick! ¡A mí no me alzas la voz! - Misti se alteró rápidamente.
- ¡Y por qué no! ¿Es que acaso no tengo derecho a enojarme ¡Ah! - Patrick tomó ambos brazos de Misti con fuerza - ¡Qué! ¿Es que a caso seguirán mintiendo en mi propia cara? Ya lo sé todo Misti.
- ¡Ya suéltame Patrick! - Misti estaba confundida y asustada a la vez.
- ¡No te metas con mi hermana, ella no tiene nada que ver! - Brandon empujó a Patrick logrando rescatar a Misti de inmediato.
- Entonces es verdad, ambos me estuvieron viendo la cara de estúpido todo el tiempo.
- No fue así Patrick y lo sabes bien - Misti se veía muy convencida de sus palabras.
- No quiero oír más - Patrick salió intempestivamente.
Trate de seguirlo pero llegué muy tarde, él ya se había subido al auto, alejándose a gran velocidad, lo cual era una mala señal.
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POSIBLE MISTI OLSENFoto de Matheus Bertelli en Pexels
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LO QUE JAMAS DIJIMOS
Novela JuvenilLa noche había sido larga, la primera del año, algunos habían bebido mucho pero no tanto como ella. - Joder ya pareces mi madre - Sus pasos eran poco coordinados - ¿Ya te dije que te quiero mucho? - Sí, sí ya cállate que nos van a oir - La senté en...