Capítulo Trece: Sentimientos encontrados

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Luke

- ¿Es necesario hacer esto? - preguntó Adam arrastrando los pies en el suelo para seguirme el paso.

Rodé los ojos.

- Si - afirmé - quiero saber cómo me fue en el bimestre anterior. Tuve un par de bajas y debo mejorar.

Adam resopló.

- Tú, todo un nerd

Llegamos al pasillo donde estaban las hojas impresas.

Ahí mostraban nuestras calificaciones en los exámenes y en la boleta.

Afortunadamente mi promedio no fue menor de 9. Si, yo seguía en la cima.

- Luke - murmuró mi amigo algo incómodo - tengo que confesarte algo.

Lo miré extrañado.

¿Adam confesándose?

Sin duda esta tenía que ser cosa del diablo.

- Ajá - asentí inseguro.

- Bueno, ¿sabes por qué realmente terminé con Farrah? - preguntó.

Alcé mis cejas.

¿Qué demonios estaba diciéndome?

- Padezco... - vaciló - sentimientos encontrados.

Enarqué una ceja.

Esto tenía que ser una maldita broma.

- ¿Qu - qu - qué? - titubeé - ¿por quién?

Adam abrió la boca, pero no dijo nada. Había algo que lo estaba torturando por dentro y él no quería soltarlo.

- Saavedra - susurró seguramente esperando que yo no le oyera.

Mi mandíbula se abrió por completo.

¿¡Qué!?

- Adam...

- Dios mío, ¡lo sé! - exclamó - lo siento. Pero cuando hicimos el trabajo juntos tuve la oportunidad de hablar y convivir con ella y... no es tan mala como creí y... ella es... es... - bajó la voz - muy bonita.

- Adam Elton Thompson - exclamé con la boca abierta - ¿te estás enamorando?

- ¿¡Qué!? - exclamó - ¡Claro que no! Solamente me atrae...

Sonreí con suficiencia.

Oh Señor mío...

- Aún no me lo creo - mascullé impresionado.

- Dímelo a mí - opinó - estoy realmente demente, ¿sabes?

Reí.

- Sí, pero es lo de menos - le dije - sabes que aún así te quiero.

- Awww, mira que eres tierno - señaló - si fuera gay, saldría contigo. Pero no soy gay.

Resoplé y cuando terminé de pasar notas, me volví a verlo.

- ¿Hacemos maldades en los salones vacíos? - pregunté con una sonrisa maliciosa en mi rostro.

- Ni lo preguntes - dijo él.

- Andando - sonreí

**

Farrah.

Estaba a la vuelta del pasillo cuando los escuché hablar.

Decidí aminorar el paso y escuchar de lo que hablaban. Pero nada fue bien.

Mis ojos se habían enrojecido e irritado.

Las lágrimas que pasaban por mi rostro no se detenían.

Tenía escurrimiento nasal y un corazón roto.

Dolía como el infierno.

Adam accedió a terminar conmigo porque... ¡estaba enamorado de Iris!

¿Por qué?

¿Qué tiene ella que yo no tenga?

Yo soy más bonita que ella. Soy más divertida y más linda.

¿Qué demonios le ve?

No sé si Adam es un idiota o Iris una maldita.

Quizás ambos.

Pero no me voy a quedar aquí de brazos cruzados. Les mostraré lo que puedo hacer. Les mostraré quien soy y se arrepentirán de haberse metido conmigo.

Lo harán.

Se acordarán de mí.

**

Iris

- ¿Dónde ponen las impresiones de nuestras calificaciones? - pregunté a Ky al entrar al edificio vacío.

- Eh - murmuró pensativa - creo que en el pasillo de este piso. Andando.

Comenzamos a caminar hacia el pasillo principal y pasábamos frente al sanitario cuando Kylie nos detuvo.

- Esperen - dijo - tengo que hacer boom - boom

Enarqué una ceja.
Dylan y yo nos volvimos a mirarla.

- ¿Tienes que hacer qué? - exclamó mi amigo confundido.

Kylie rodó los ojos.

- Tengo que ir al baño - resopló exasperada.

Dylan y yo asentimos comprendiendo lo que nos decía.

- ¿No pudiste sólo haber dicho que tenías que hacer pis? - preguntó Dylan confuso.

- Sí, pero suena muy raro... - respondió mi mejor amiga.

- Acabas de decir que tenías que hacer boom-boom y ¿dices que decirlo de otra forma es raro? - pregunté confundida.

- Oh, cállate y acompáñame al baño - me reprendió.

Dylan se quedó esperando fuera mientras yo acompañé a Kylie.

Ella entró a un gabinete mientras yo le esperaba en los lavabos.

Entonces alguien más entró al baño.

- Hola - saludé. No porque me agradara, era sólo para ser gentíl.

- Cállate, perra - masculló ella y me soltó un golpe en pleno rostro.

Posteriormente se fue y lágrimas amenazaron con salir de mis ojos.

Kylie salió del baño exaltada. Pues había escuchado aquello.

Me miró triste y luego posó su mirada en la puerta por donde Farrah había entrado y salido.

- Oh, no esta vez, cerda - masculló y me dejó sola en el sanitario dirigiéndose, seguramente, a partirle la cara a Williams.

El novio de mi hermana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora