Capítulo treinta y tres: Dejo el orgullo de lado.

1K 42 13
                                    

Dylan.

- Muy bien, espera - reí divertido - ¿Quieres decir que de verdad hiciste algo así?

Ella rio.
- Si claro. No estaba divirtiéndose, yo tuve que obligarla. Así llegué a empujarla.

Volví a reír.
Nunca había reído tanto con alguien que no fuera Kylie o Iris.

La chica era verdaderamente hermosa, una belleza de persona.

Aparte de tener un corazón enorme, era físicamente una preciosidad.

Ni siquiera puedo creerme como acabé aquí con ella.

Bebí de mi malteada, la que compartía con ella y miré a Iris sentada al lado mío.

- ¿Te diviertes? - cuestioné viéndola aburrirse bebiendo su tedioso y triste refresco de cola con hielo.

Ella miró las gotas de agua deslizándose por su vaso de vidrio, ni se molestó en mirarme.

- ¿Qué parece? - respondió de mala gana.

Miré a Adam, sentado junto a Lucy, mi cita.

Él se notaba avergonzado, enfadado y al mismo tiempo, triste por no poder hablar con Iris.

Si tan sólo Iris no fuera tan obstinada ni él tan idiota, serían una linda pareja.

- Parece que falta poco para su boda - me burlé haciendo a Iris molestar.

Ella me miró por primera vez desde que la traje aquí.

- Me quiero ir - dijo molesta - Me quiero ir de aquí.

- No, no te vas - decreté y continué con mi vista en Lucy.

- Sí, ya déjame ir. No me necesitas y yo no necesito estar aquí.

- Tonterías - le espeté - sabes que siempre te voy a necesitar.

Lucy formó en su rostro una expresión de ternura y Adam una de fastidio.
A veces pensaba que inclusive Adam podría vernos como pareja o algo.

Pero ya le he dicho mil y una veces que yo sólo quiero a Iris como amiga.

Digo, si me gustara es como si quisiera andar con Kylie.

Perturbador de muchos modos, obviamente.

Y como recuerdo haberle dicho a Luke una vez, no es que sean feas, son preciosas y me consta, pero son como mis hermanas.

Son de hecho las hermanas que nunca tuve y yo, no practico particularmente el incesto.

Iris frunció los labios.
Se quedó ahí en el asiento sentada de brazos cruzados.

- No hagas eso, Iris - le dije - Ya tienes 17 años, no seas inmadura.

- Por lo menos déjame ir al baño, esta es la tercer bebida.

Suspiré.
Me puse de pie y le permití pasar.

- Si te tardas, te saco tirándote de los pelos, ¿eh? - le grité de mala gana.

Lucy rio.
- Bueno, ya vuelvo chicos. Voy con ella.

Ambos asentimos.
Miré a Adam, el pobre chico que giraba la pajilla de su bebida en el vaso, sin nada que hacer o decir.

- ¿Todo bien? - pregunté en burla nuevamente.

Adam se molestó.
- Sí claro, todo va malditamente bien, ¿sabes? Tanto que Iris me ama y hemos decidido tener cinco hijos.

Reí.
- Ya bueno, es suficiente. Lo siento, ella siempre ha sido...

- No quiero saberlo. Jamás seremos algo otra vez - dijo deprimido.

El novio de mi hermana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora