Capítulo Seis: Reto

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Luke

- ¿Reto? - preguntó Kylie moviendo esos preciosos labios rosados

Adam asintió.

- Paintball, ¿qué te parece?

Kylie se mordió ese carnoso labio inferior con el que yo tanto deseaba hacer contacto.

- Tendríamos que convencer a Iris - nos dijo Dylan

- Lo arreglaremos - les dijo Farrah despreocupada - pero, ¿Ustedes están dentro?

Kylie se pasó la lengua por sus apetecibles labios.

- Si Kylie entra, yo también - dijo Dylan

- Supongo que estoy dentro - dijo Kylie después de pensarlo

- Es un hecho - sonrió Adam

Kylie hizo una mueca.

- Vale, nos vemos entonces - dijo perdiéndose de mi vista

Dylan se fue después de ella.

La miré alejarse.

Dios mío, esa chica es mi perdición.

- Estabas mirando sus labios, ¿verdad Luke? - preguntó Farrah

No aparté la vista de Ky.

Ella era preciosa.

- Así es - respondí

- Observabas cada movimiento que hacían sus labios, ¿verdad? - me preguntó Adam.

- Así es - respondí nuevamente sin prestar atención a la pregunta

- Y ahora le estas mirando el trasero, ¿verdad? - preguntó Farrah aguantando una risa.

- Así es - murmuré.

Luego analicé lo que me habían dicho.

- ¿Qué? ¡No, claro que no! - exclamé con las mejillas ardiendo

Mis amigos rompieron en risas.

Mis mejillas se sonrojaban cada vez más.

¿Cómo se les ocurre preguntar eso?

Digo sí, estaba viéndole la retaguardia, pero ¡ellos no tenían porque saber!

- Los odio - mascullé avergonzado

Ambos me ignoraron y continuaron con su estúpida y humillante jornada de carcajadas.

- Sólo vámonos de aquí - les dije

- ¿A donde? - preguntó Adam

- Obviamente al campo de Paintball, vamos a entrenar - les expliqué

Mis mejores amigos volvieron a explotar en risas.

- ¿Estás hablando en serio, viejo? - se rió Adam

- Dios mío, Key - se burló Farrah

Apreté la mandíbula y la fulminé con la mirada.

- Cierra la boca, Farrah - le dije - solamente Chelsea puede llamarme así

- Oh vamos - dijo - anímate, es sólo una broma

Intenté calmarme.

Nadie me llamaba Lukey. Era un apodo que Chelsea me había puesto y 'Key' es el diminutivo.

- ¿Qué hay de malo en entrenar? - cuestioné

- Qué no lo necesitamos, mi pequeño saltamontes - señaló Adam

- ¿Qué? - exclamé

- Si, son un montón de perdedores. Les ganaremos en un santiamén.

- Adam - lo llamé - respeto tu opinión pero sinceramente no creo que ellos sean los fracasados que tú dices que son

- Créeme - dijo - lo son. Les ganaremos el título con facilidad.

- Oh, ¿así lo creen? - nos interrumpió una voz a nuestras espaldas

Volteamos los tres al mismo tiempo.

Bien, ya nos habíamos metido en un aprieto.

- ¿Creen que no somos más que perdedores? - nos preguntó de forma retórica - bien, pues ustedes no están muy lejos de ese título.

- No somos perdedores - se defendió Adam - somos los mejores en el campo. Pertenecemos al grupo de oro del Paintball.

- Nunca han jugado con nosotros, por lo tanto, eso está por verse - aseguró - vamos a patearles el trasero como no tienen idea, mundanos infelices.

- Pero vamos, quieres que nos sintamos amenazados por ti y ¿por ellos? Oh dios mío, querida, estás perdida - se unió Farrah

- Podemos ser y somos mejores que ustedes. Se los probaremos hoy, a las 5 de la tarde en el maldito campo de Paintball. Quien gana, se lleva el oro. Del campo de batalla y del campo académico. - propuso - lo toman o lo dejan.

Adam no se lo pensó dos veces. Sonrió con suficiencia y miró a Iris.

- Estamos dentro - dijo con la cara en alto

- Vale, pero primero déjenme advertirles de lo que se enfrentan - continuó - Kylie es hábil, rápida, flexible y ágil. Dylan es rápido e ingenioso y por último yo, soy bastante hábil y juntos podemos patear sus sucios y débiles traseros - sonrió autosuficiente

- Menos charla y más acción, Saavedra - le espetó Farrah

- Es un hecho entonces, Williams - le respondió la chica - los tres moderan el polvo y nos besarán el trasero

Adam aguantó una risa.

- Sé quién quiere besar el trasero de Kylie - se burló él en un susurro

Lo miré y le solté un codazo en el estómago doloroso como el infierno.

Iris se desconcertó mientras miraba como Adam se retorcía de dolor.

- Hasta después - murmuró confundida antes de irse

- ¿Qué diablos te ocurre? - me espetó Farrah enojada

La miré.

- Tu novio - le dije - eso me ocurre

El novio de mi hermana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora