Año nuevo, los templos abarrotados de personas, era una tradición para muchos el ir a los santuarios y templos, aquella tradición nombrada como "Hatsumode", la comida tradicional y los amuletos de buena suerte abundan en ese lugar, el pequeño Shinichi de apenas 7 años de edad, fue separado de sus padres por culpa de la multitud, aquel templo que visitaban en esos momentos quedaba a las afueras de un bosque. Frustrado, decidió no moverse de su lugar, había leído en varias ocasiones que eso es lo que se tenía que hacer en caso de extraviarse, si se movía de su lugar era probable que sus padres tardaran aún más en encontrarlo.
De pronto, el sonido de un cascabel atrajo su atención, al mirar hacia el interior del bosque, una pequeña esfera de luz apareció, confundido, restregó sus ojos, esperando que todo haya sido producto de su imaginación, cuando volvió a mirar, incluso todo el mar de gente había desaparecido.
La pequeña esfera de luz seguía flotando en el mismo lugar, de un intenso azul, completamente confundido, dudó si acercarse, el sonido del cascabel aún se escuchaba y sintiéndose hipnotizado por este, se acercó. Aquella pequeña esfera de luz se sentía extrañamente familiar, atraído por ella, finalmente la tomó entre sus manos con mucho cuidado.
-Finalmente has vuelto, Shin-chan. –Una juguetona voz le habló sobresaltándolo. Atrayendo la pequeña esfera hacia su pecho, volteó hasta encontrar al dueño de aquella voz, encontrándose con un alto joven de cabellos azabaches y ojos violeta, lo más impactante todo, un par de orejas sobresalían de entre su alborotado cabello, junto con aproximadamente 9 colas extremadamente esponjosas y enormes, una máscara cubría la parte inferior de su rostro. –Te he extrañado tanto...
-... ¿Kaito...? ¡Kaito! –Aún con la esfera de luz entre sus manos, corrió hacia el encuentro de aquel extraño ser, quien lo recibió con los brazos abiertos. –He vuelto. Estoy en casa.
-Bienvenido...
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Años atrás
Un joven de cabellos castaños y ojos azules suspiró, aquel día, por tradición, debía de llevar a cabo la ceremonia de año nuevo en el templo del cual eran encargados sus padres, la tradición se venía realizando por siglos, consistía en que el primogénito de la familia realizaría algunas ofrendas a la deidad de aquel templo, un Kyuubi de 9 colas que residía en aquel lugar.
El motivo de aquella ceremonia, era con la intención de encontrar a la pareja de aquel Kyuubi, quien pereció hace siglos y no había reencarnado aún, se decía que el amante del Kyuubi nacería entre alguno de los descendientes de la familia encargada de proteger aquel templo en medio del bosque. Una completa idiotez si se lo preguntaban, él era demasiado escéptico, creía en que todo tenía una explicación, no creía en fantasmas, dioses o seres mágicos, ni nada por el estilo, pero sus padres habían insistido en que aquella tradición debía llevarse a cabo si o si, a menos que quisiera que toda la familia cayera en desgracia.
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"Fragmentos"
FanfictionPequeñas historias, pequeños fragmentos que unen a un pequeño detective y un travieso ladrón en distintas situaciones. Pequeña colección de One-Shots. Se aceptan pedidos para capítulos, algunos estarán conectados otros no.