"The Prince III"

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Shinichi finalmente salió de su habitación y fue escoltado hacia el vagón restaurante, a donde se llevaría a cabo la cena junto al inspector Nakamori y una par de invitados especiales. Se dirigió a paso lento (aún le dolían las caderas por el reciente encuentro con el mago), al llegar, Nakamori lo estaba esperando, se sentó evitando a toda costa hacer algún tipo de mueca y enseguida le sirvieron una taza de té.

- ¿Ha visto la puesta de sol desde la tranquilidad de su habitación? –Preguntó amablemente.

-Sí, gracias. Una excelente vista a decir verdad. –Respondió con la misma amabilidad.

-Este salón coche está reservado especialmente para usted. Aunque en realidad, hubiera sido mejor tener todos los vagones del tren reservado. –Expresó con duda.

-No es necesario. Sabe que vine a conocer a un personaje famoso esta vez. Aunque ya se ha presentado a mi habitación.

- ¿Eh? ¿Personaje famoso?

-Me refiero a Kaito Kid. –Nakamori lo miró con asombro, tanto que se acercó demasiado a él, provocando que sus guardaespaldas sacaran sus armas.

- ¿¡Qué!? –Exclamó, pero retrocedió al ser apuntado con tantas armas a la vez.

-Retírense. No deben ser tan rudos con alguien de la policía japonesa. –Expresó molesto.

- ¿R-Realmente conoció a Kid?

-Más de lo que se imagina... por segunda vez. –Pensó Shinichi con una sonrisa. –Lo vi más temprano en mi habitación privada.

-¿De verdad? ¿Por qué lo hizo? –Shinichi rió.

-Supongo que planeaba tomar la joya para ganar el reto que le propuse.

-Si es así. ¿Entonces por qué no la tomo? –Shinichi sonrió de lado.

-Supongo que se dio cuenta de mi engaño, la joya que traigo aquí, es una réplica. –Explicó.

-Ya veo... entonces el ya debe de encontrarse entre los pasajeros del tren. Basado en el atraco anterior, cuando vino su hermana, supuse que no se presentaría esta vez tampoco, pero veo que me equivoqué –Nakamori iba a ordenar que revisaran a cada uno de los pasajeros, pero Shinichi lo impidió, alegando que no quería que molestaran a los pasajeros, además de que eso haría más divertido el reto.

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En otra parte del tren, un joven de cabellos azabaches y ojos violetas, escuchaba la conversación, no pudo evitar sonreír con diversión al escuchar a su querido príncipe hablar con tanta seguridad. La hora del encuentro se acercaba, haciéndolo temblar de emoción.

-¿Sucede algo Kaito? –Preguntó Aoko al ver tan extraña sonrisa en el mago.

-No es nada. –Quiso sonar indiferente, desviando su mirada a la ventana, haciendo que Aoko frunciera el ceño.

-Estamos a punto de conocer a su majestad después de todo, espero que te comportes. –Amenazó Aoko al ver la extraña actitud del mago.

-Sí, sí, lo que digas. Habla por ti misma, yo ya he conocido más de lo que crees a ese caprichoso príncipe. –Pensó emocionado.

-¡Ah! ¡Es casi la hora de la cena! –Aoko se apresuró a guardar sus cosas.

-Bien, los vagones desde el comedor hasta la habitación de Shin-chan están reservados, si dice que ocultó la joya, debe haber sido en alguno de ellos, no pudo haberla alejado demasiado de sí. Debo encontrarla antes que los de la organización, ah, justo tenían que aparecer y arruinar mi pequeño juego con Shin-chan –Pensó con frustración, creía que todo iba a ser un pequeño reto por parte de ese sensual príncipe, pero no contaba con la aparición de los hombres que estaban tras pandora. –Solo espero que no lo lastimen. –Un suspiro escapó de sus labios.

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