Todas las noches tenía ese mismo sueño, un sueño en donde el mago de traje blanco entraba por su ventana, le sonreía y lo sostenía tiernamente durante mucho tiempo, compartiendo besos y caricias ocasionales. Le susurraba palabras de amor al oído y promesas que, al despertar, se esfumaban con el pasar del tiempo. Pero había algo que siempre le molestaba: cuando se armaba de valor y se acercaba a quitarle el sombrero y el monóculo para revelar su identidad, todo se distorsionaba y despertaba con un sentimiento de frustración.
A pesar de llevar años persiguiendo al escurridizo ladrón, no estaba ni un poco cerca de descubrir su verdadera identidad, sabía que sus motivos tenía, por eso, lo ayudaba a salir ileso en algunos atracos, le había confiado cual era su misión, pero no su verdadera identidad, aunque no sería justo que el mago se la confiara y él no fuera honesto también, así que ambos mantenían su identidad en secreto del otro. Ambos continuarían siendo Kaito Kid y Edogawa Conan, al menos hasta que resolvieran sus asuntos.
Pero es que para Conan cada vez se le hacía más difícil aguantar aquella curiosidad que como detective y amante de resolver misterios le caracterizaba. Aunado a ello, que el travieso mago no desaprovechaba ninguna ocasión de coquetearle descaradamente, algunas veces, incluso le regalaba uno que otro beso, ya sea en sus mejillas o en la frente, cosa que lo hacía avergonzarse de sobremanera, aunque le daba miedo hasta cierto punto, es decir, Kaito Kid no era un pedófilo, ¿O sí? Esperaba que no.
Ese tipo de acciones causaban un mar de emociones en su interior, haciendo que inconscientemente esperara los anuncios y retos que el mago acostumbra hacer, la adrenalina y emoción de descubrir los trucos que este realizaba, anticipar la ruta de escape e interceptarlo, solo para recibir su dulce recompensa por parte del mago. Pensaba que esas muestras de afecto que el mago le daba era solo un tipo de amor fraternal o el amor que un hermano mayor le da a su hermanito cuando realiza una hazaña, pero estaba muy equivocado.
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Ese día en específico, Kaito había lanzado un reto dirigido al famoso detective de secundaria, Kudo Shinichi, quien recientemente había vuelto a Japón, información que el mago había obtenido de fuentes confiables. Kudo se sorprendió un poco al recibir dicho reto, no esperaba que tan pronto pudiera volver a su edad original, gracias al nuevo APTX experimental que había desarrollado Haibara, lo primero que recibiera, fuera una invitación por parte del mago, invitación que algo dudoso aceptó, es decir, se enfrentaría a Kaito Kid como Kudo Shinichi después de mucho tiempo.
El noticiero local hablaba de dicha noticia con emoción, no todos los días puedes asistir a un duelo entre dos mentes tan extraordinarias como lo son la del detective más joven e inteligente de Japón y la del el mago ladrón más escurridizo también de Japón. Por lo que el tamaño de la multitud que asistiría al atraco era considerablemente grande.
Entre dicha multitud, había tanto fans del detective, como del ladrón, ansiosas de ver quien obtenía la victoria. Dentro del museo, donde se llevaría a cabo tal lucha, se encontraban todos listos y a escasos minutos de la llegada del mago. Kudo extrañamente nervioso, tenía la sensación de que algo estaba por ocurrir, algo que cambiaría su vida.
- ¡Todos a sus puestos! Kid aparecerá muy pronto. –Gritó Nakamori hacía todos los presentes, encargados de la protección de la joya. -10...9...8... -Comenzó una cuenta regresiva. Justo cuando la cuenta terminó, las luces se apagaron. Kudo rodó los ojos en señal de fastidio.
-Siempre el mismo truco –Pensó con diversión, estaba por dar algunas indicaciones para asegurar la joya, cuando sintió que algo o más bien alguien le tocaba el trasero descaradamente.
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"Fragmentos"
FanfictionPequeñas historias, pequeños fragmentos que unen a un pequeño detective y un travieso ladrón en distintas situaciones. Pequeña colección de One-Shots. Se aceptan pedidos para capítulos, algunos estarán conectados otros no.