"Fragmentos"

"Brujo III"

Día blanco

Aquel día que se celebra un mes después de san Valentín, fecha en la que aquellos enamorados esperan la respuesta de la persona elegida, anhelada por muchos, pero no para Kuroba Kaito, quien tenía la certeza de que su amado brujo estaría rodeado de muchas personas molestas, sus sospechas se hacían cada vez más grandes, cuando, decidido a monopolizar a Shinichi, notó el bullicio y la aglomeración de personas en la entrada de su salón, frunció el ceño al adivinar de que se trataba.

-¡Shinichi-sama, por favor acepte este chocolate! –Escuchó la voz de un chico, quien se encontraba arrodillado frente a Shinichi, quien lo miraba indiferente. Kaito estaba por entrar, pero sintió que lo jalaban de la manga de su uniforme.

-Disculpa... -Una chica lo miraba con timidez.

- ¿Necesitas algo? –Preguntó con quizás demasiada brusquedad, puesto que la chica saltó en su sitio.

-Este... -Kaito vio como otro chico intentaba tomar su mano, haciéndolo apretar el mango de su portafolio. –Yo... tu...

-Buenos días Kuroba-kun –Saludó Hakuba, formalmente. Kaito asintió en respuesta.

- ¿Y bien? –Intentó alentar a la chica a decirle lo que sea que quería decirle. Ella se notaba nerviosa y su mirada se mantenía clavada en el piso.

-Bueno días Kaito –Kaito vio, para su completo desagrado, aquel chico que recientemente había sido transferido a su clase y que había descubierto su identidad, que gracias a su ingenio había engañado hasta cierto punto, entrado y saludando su Shin-chan con un ligero sonrojo y este le respondía con una sonrisa. Era de su conocimiento el poderoso atractivo y la popularidad de Shinichi desde la primera vez que piso la escuela y la atracción que Hakuba había sentido por su ojiazul, finalmente la paciencia de Kaito llegó a su límite.

- ¡Me gustas Kaito-kun! –Soltó finalmente la chica, pero al no escuchar respuesta alguna, decidió alzar la mirada, encontrándose completamente sola.

- ¡Shin-chan! –Kaito, con una enorme sonrisa, cargada de celos, abrazó a Shinichi frente a todos, haciendo que muchos fruncieran al ceño. –Buenos días. –Dijo besando su mejilla con profundo cariño y posesividad.

-Kaito, buenos días. –Respondió con un adorable sonrojo, haciendo suspirar a los que lo veían. Kaito volvió a sentir molestia y queriendo marcar territorio, sacó una caja decorada con papel plateado y un moño azul, la colocó sobre las manos de Shinihchi, quien lo miró confundido.

-Toma, acepta esto en respuesta al chocolate de san Valentín que me diste. –Pronunció en voz alta, sorprendiendo a más de uno.

-Pfft, dudo que Shinichi-sama acepte tan baratija, considerando lo grosero que fue con él en primer lugar. –Susurró alguien con burla, pero aquello no afectó en lo más mínimo al mago.

-Kaito... -Algunos miraron con preocupación, sospechando que ellos llevaban algunos días saliendo. –Muchas gracias. –Finalmente apenado, lo tomó, siempre le había gustado ser el centro de atención de todos, pero por algún motivo, desde el "incidente" con Kaito en la torre de Tokio, había sentido la necesidad de pasar un poco...desapercibido, pero Kaito no le ponía las cosas fáciles.

-De nada, lo que sea por mi adorable Shin-chan. –Susurró a su oído. El resto del día pasó con más tranquilidad, al menos eso hubiera deseado, pero a pesar de que Kaito había dejado en claro su posición con Shinichi, no faltaba quien intentara acercarse al ojiazul. Por lo que Kaito se mantuvo de mal humor durante la mayor parte del día.

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