"The prince"

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- ¡Nhg! ¡No... ahí no... ¡Ahhh!! –Sintió su interior contraerse ante la estimulación.

-Vamos Kudo-sama, sé que le está gustando esto, ¿Oh debería llamarte Kudo-ojousama? –Kudo lo miró con enfado.

- ¿Si sabe que, con un grito mío, todos los guardias podrían entrar y arrestarlo, señor ladrón? –Intentó sonar desafiante, pero la situación se lo impedía. –Además, no está tocando a cualquier persona, soy un príncipe de un país extranjero, sus acciones podrían causar un conflicto internacional, ¿O me equivoco señor Kaito Kid? –Kaito sonrió y levantó su mano derecha y la colocó sobre su pecho, a la altura del corazón.

-Así está mejor –Kudo llevó su mano a la mejilla del mago y la acarició. –Por eso es que amo la magia. –Kaito sonrió, sinceramente, cuando atravesó la puerta de la habitación, no esperaba encontrarse a una hermosa princesa... con paquete incluido. Kudo por su parte, no esperaba que el mago lo encontrara en esa situación. ¿Cómo es que un príncipe y un ladrón terminaron en la cama de su habitación, consumidos por la pasión y el deseo? Ni él estaba completamente seguro.

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Todo comenzó un día antes, cuando fueron invitados a una importante exposición en Japón, para una exhibición de las famosas pinturas de Sabrina y las gemas del ducado de Sabrina. Se supone que su hermana, la princesa Ran, sería quien asistiría al evento, pero inesperadamente, ella le pidió que se disfrazara de ella y asistiera en su lugar. Al principio se había negado rotundamente, pero ella se había encargado de convencerlo de algún modo.

No entendía porque no quería ir, si tan solo unos días antes se mostraba muy entusiasmada, puesto que amaba la magia y tratándose de joyas, era altamente probable que el magro ladrón aparecería en el lugar, más tarde descubrió el motivo: había conocido a un joven detective inglés recientemente y había acordado una cita con él el mismo día que partirían a Japón. No queriendo que su media hermana se perdiera de su tan "importante cita" (palabras de ella) terminó aceptando.

Afortunadamente el color de ojos y los rasgos eran algo similares, por lo que un vestido, un poco de maquillaje y una faja, lo harían pasar por ella. Lo que quizás sería algo complicado, era el fingir su "amor" por la magia. Él siempre había sido escéptico para ese tipo de cosas, puesto que, en sus tiempos libres, se dedicaba a hacer pequeños trabajos como detective, y no era por presumir, pero se consideraba uno muy bueno. Lamentablemente las obligaciones en el palacio y la estricta vigilancia que ponían sobre él, solo le había permitido resolver algunos casos pequeños.

Todo salió bien de inicio, abordó el avión sin problemas, así continuó hasta llegar a Japón, nadie había sospechado nada. Solo se sintió un poco nervioso cuando bajó del avión y vio una gran multitud aguardando por "ella". Inconscientemente sujetó el collar que portaba, el famoso "Beaucoup de Soleilà Paris" los reporteros lo rodearon y comenzaron a hacerle preguntas relacionadas con su visita.

-Bienvenida a Japón, princesa Ran. Trajo consigo una pintura y una joya maravillosa del Ducado de Mouri para sumar a la exhibición de Sabrina del día de hoy. –Sonrió con amabilidad, aguantando los nervios en un intento de no ser descubierto.

-Sí, quería mostrársela a todos. Por supuesto, eso incluye a Kaito Kid... -Todos se sorprendieron ante tal afirmación. No podía negarlo, incluso él sentía un poco de curiosidad hacia el mago. En medio de esa pequeña distracción, el pequeño gato de su hermana salió corriendo. Asustado, sabía que no había sido buena idea traerlo consigo. Afortunadamente el detective Delon lo había detenido. No de la mejor manera posible, pero lo había hecho. Ese sujeto y su costumbre de disparar sin preocupación.

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