CAPÍTULO XI

21 3 3
                                    

_____Qué debo hacer Hipólita? Acaso debo esperar como la ama de casa abandonada hasta que decidas volver? O, no!  Mejor! Enloquesco y llamo a la policía y a cuanto hospital encuentre, para saber dónde estas!

Estaba màs furioso de lo que esperaba, agitaba las manos y se pasaba los dedos por su hermoso cabello.

_____ Sería mucho pedir un llamado?  O que siquiera prendieras el móvil? Casi muero de angustia pensando dónde estarías, o si te ocurrió algo.

Ella aún con la mano en la cintura, sin decir una palabra. Èl la miró esperando, impaciente, una respuesta.

______Mira Rafael, soy una persona adulta, libre y no te debo explicaciones ya que estuve con mi marido. Atina te lo debió comunicar.

Esto lo dijo con una tranquilidad que no tenía. Y ni bién lo dijo se arrepintió.

Èl se acercó de golpe hasta donde ella estaba y pegándose a su rostro le dijo muy despacio.

______ Tú, tú no tienes idea de quién es ese que llamas marido. No puede cuidarte ni las tres horas que estuviste con èl  _____las había contado._____Apestas a cigarrillos!

_____Quieres hacer el favor de bajar la voz? Cómo puedes decir eso si no estuviste allí. Eros fue de gran ayuda, me aclaró algunas ideas.

Èl largó una carcajada, ______claro! Seguro que te aclaró las ideas, te hizo recordar como llevarte a la cama?

Su mano fue tan rápida, que Rafael no atinó a esquivarla y le dió de lleno en la mejilla.

______ Y si así fuera qué! Es mí maldito esposo, te guste o no! Y de todas maneras èl debería estar màs furioso de verme vivir con un hombre que se dice mi terapeuta, y no pierde el tiempo acostándose conmigo a la primera de cambio! Maldito!

Todo lo dijo con tanta bronca, que su voz era como un aullido y al terminar solo giró y se marchó angustiada.

Al entrar a su cuarto temblando, rezaba porque èl no la siguiera. Y no lo hizo.

Se tumbó en la cama a llorar y entre lágrimas, pudo ver algo brillando sobre la mesa de noche. Se sentó y vió el dije del dios Marte, con una hermosa cadena de oro. Rafael le había dejado aquello con una carta. La tomó y comenzó a leerla : "esto es la prueba de que estamos juntos hace mucho màs que una vida. Aunque no confíes en mi, sé que lo harás, porque yo estoy plenamente seguro de tí, y en eso se construirá nuestro amor.

Empecemos de nuevo."

Qué ese cretino decía que confiaba en ella? Cómo podía ser tan, tan, tan irritante? Confianza! No la vería ni si la tuviera encima.

En ese momento llamaron a su puerta. Era Rafael.

Abrió con una mano la puerta y con la otra le arrojó el dije diciendo _______lárgate mentiroso, canalla, cretino! Y puedes meterte la confianza en ...

Algo en la mirada de Rafael la detuvo y solo pegó un portazo que sonó como un trueno.

Se quedó mirando la puerta furiosa, Rafael se destacaba por sacarla de quicio, se acercó a la ventana y cerró los ojos el olor a cigarrillo la asqueó, ahora comprendía porqué Rafael había dicho que Eros no la pudo cuidar, mientras estuvo al cuidado de Rafael, no había tenido necesidad de nada ; el único momento que pidió cigarrillos ni siquiera la tomó en serio. Sonrió triste.

Rafael si la cuidaba, pero eso no le daba derecho a hacer esas incinuaciones, a fin de cuentas ella no recordaba casi nada, y era solo con Rafael con quien había estado, y no estaba segura si para èl fue tan importante como para ella.

HIPÓLITA @wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora