CAPÍTULO XIV

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Esperar no era lo suyo, definitivamente, no. Estaba acostumbrada a manejar el tiempo a su antojo, pero desde que el burro de Teseo quiso ser héroe, ese punto, en lo que respecta a Hipólita, siempre debió esperar. Y eso la fastidiaba muchísimo.

Pero...tenía una pequeña ventaja ; y era que para esperar debía conseguirse una "distracción ". Y este tiempo daba para todo.

Las mujeres, podían competir en casi cualquir ámbito ; con los hombres, había visto mujeres musculadas como Hipólita, que desfilaban frente a jueces y ganaban mucho dinero, y las había aún màs grandes que la amazona.

Increíble.

Y los hombres ...bueno; ellos merecían un capítulo aparte en esta historia. Eran como pequeños cachorros compitiendo con sus grandes egos, capaces de ser manipulados hasta el hartazgo.

Y eso a ella la distraía, y cuánto!

Le gustaba ir de disco en disco, mostrarse, tenía un grupo de amigas, unas arpías mantenidas por ella, que disfrutaban de hacer el mal solo por el mal mismo.

Se mostraban, llegaban en sus autos carísimos, ropa de diseñador, jamás le negaban el paso pues gastaban mucho en tragos extravagantes, siempre eran V.I.P.

Eso le encantaba, era como el juego del gato y el ratón, pero luego, el ratón se transformaba en león y finalizaba el juego.

Normalmente, los muchachos las acompañaban a su mansión de turno, ella ya se escogía uno que las arpías no podían tocar ; mientras que ellas usaban a los otros como juguetes sexuales, en otras ocaciones, disfrutaban mantenerlos cautivos solo para saciar su ansias de placer. Pero las peores eran aquellas donde su fecha del mes coincidía con una salida nocturna, pues a diferencia de las humanas, su ciclo menstrual, por llamarlo de alguna manera, se basaba en un apetito feroz, solo lo calmaba el matar salvajemente a su víctima y luego devorarlos.

A ella eso no le agradaba, era un comportamiento muy animal, muy bajo en la escala evolutiva, aquellas mujeres tan bellas parecían hienas enfrentándose entre si, por un pedazo de carne.

Se movían en manada y atacaban así, y después de ella, obedecían a la muy bella Celeno; la oscura.

Fría, calculadora, callada, cuyas preferencias sexuales eran muy raras, incluido el hecho de que le gustaban tanto las chicas como los muchachos.

Pero eso era asunto de Celeno y a Fedra no le importaba, mientras fueran leales. En cuanto a ella,bueno ese muchacho que elegía era para su propio placer podía irse cuando quisiera, si la había hecho feliz, podría vivir allí hasta que ella se aburriera y si ocurría lo contrario ; debía ser hechado lo antes posible, era justa.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la llegada de Celeno, con ese rostro imperturbable, hoy estaba en esos días en que se sentía un poco ...masculina. Su cabello largo y rojo aparecía completamente rapado de un costado de la cabeza y llevaba sus pircing en la ceja, nariz y oreja. Era muy guapa, y ese aire dominante le sentaba muy bién.

Detrás de ella Calíope, delgada, estilizada, cabello de un negro muy azulado, sostenía entre sus manos un trozo de pavo exagerado en dimensión. Tenían un apetito insaciable.

_____Fedra, Eros ha regresado y está acompañado de Hipólita.

______ Vaya! Si que le ha caído bién los años a esa fulana _____dijo Calíope riendo, dejando ver lo que masticaba.

______Por todos los dioses Calíope! No quiero participar de tu almuerzo ____Fedra hizo un gesto de asco. _____ya era hora, ese inútil de Eros me está cansando.

Celeno la mirò indiferente y moviendo su dedo índice en circulos dijo : ____hoy saldremos a dar unas vueltas verdad? Las chicas y yo tenemos hambre, hoy debemos comer unos cuántos.

HIPÓLITA @wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora