La sorpresa era evidente en el rostro de Rafael, sus ojos se agrandaron, y al instante se compuso.
Esa chica parecía la típica adicta, irresponsable, seguramente una niñita malcriada.
Pero algo contradictorio había sucedido.
Pues ; no podía negar que en el momento que la vió, su corazón dió un vuelco.
Rafael estaba cansado, los años que llevaba encima, le habían enseñado mucho acerca de los seres humanos, todos tenían virtudes, pero la mayoría prefería ser cruel y ordinario.
La naturaleza humana era mezquina, egoísta y sobre todo falsa.
El había recorrido la vida, desde los albores de los tiempos. Conocía muchas cosas, pero sobre todo al animal pensante.
Por este motivo se dedicó a la psiquiatría, sabía las respuestas a todas las preguntas.
Con más de dos mil cuatrocientos años, ya había visto las marionetas y los hilos.
Había perdido las esperanzas de reencontrarla, vió centenares de rostros, estuvo con miles de mujeres, pero ninguna era ella.
No olvidó jamás sus ojos negros, cálidos, de un valor, y un brillo solo de ella.
Su cabello perfumado, liso como crin de caballo. Mujeres, hermosas, pero no ella.
Entró a trabajar a ese hospital, porque le agradaba la zona, y aquí, nadie lo conocía. Hacía dos años que se había mudado a Grecia, venía de Egipto ; Grecia, estaba muy cambiada ; desde mediados de mil novecientos que no volvía.
Y ahora estaba tan corrupta como aquella Roma, la que cayó.
Se había enamorado, si, muchas veces, pero jamás había entregado su corazón.
La última vez que estuvo con una mujer por un tiempo largo, fue hace dos años. Ella, como todas, quería matrimonio, hijos. Sol le quedó apartarse, alejarse.
Alejarse siempre es doloroso, ya que se acostumbraba a esa presencia, muchas mujeres fueron buenas compañeras. Pero no las amaba. Su maldición era amarla a ella, solo ella le quitaría la amargura, la tristeza, la soledad.
Por ello no se casó más que una ves, y fue después de su muerte. Lo hizo por obligación, y se condenó.
Ella era una manipuladora, una maestra en el arte de los venenos y llevó todo al nivel de la locura.
Enloqueció y un buen día lo liberó de su esclavitud. Amaneció colgando de un tirante de su habitación, dando todo un espectáculo, como le gustaba.
Por suerte no había engendrado hijos con ella. No la amaba en absoluto y esos cinco años fueron realmente tortuosos.
Por eso, jamás se volvió a casar.
Si ella aparecía, si volviera....
Él, la reconocería, y ella a él, esperaba....
Y aquí estaba con esta chica, escuchando lo que seguramente, le aburriría muchísimo.
Pero, a pesar de ello, algo le causaba curiosidad, una curiosidad que le carcomía de a poco.
Cuando vió el expediente pensó como alguien tan joven podía ser tan autodestructivo.
El accidente por alcohol y drogas era grave y la pérdida de memoria, significaba todo un reto.
Se ofreció para trabajar gratis, solo para poder llevar adelante sus terapias alternativas de regreción, necesitaba saber donde estaba ella.
ESTÁS LEYENDO
HIPÓLITA @wattys2015
FantasíaHipólita es una reina amazona que muere antes de casarse con su amado Teseo. Este viaja en el tiempo para localizarla. Felicia sufre un accidente provocado por su adicción a las drogas y el alcohol, no recuerda nada. Rafael, un psiquiatra que inte...