CAPÍTULO XXIII

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Fedra, sintió, después de siglos, el peso de su mortalidad. Cuando Hipólita la tomó de los cabellos, las fuerzas la abandonaron, era como la debilidad absoluta ; sus poderes ya no estaban y la sombra de la muerte, flotó sobre ella.
Sus largos cabellos eran la fuente de toda la magia que la rodeaba. Pero como el gran Aquiles, esto también lo mantuvo siempre en secreto, en algún momento, la amazona lo dedujo,pues, como todo en esta vida, fue un golpe de suerte el que dejó al descubierto su debilidad.
No esperó, que siglos después, Hipólita lo usara, menos aún, una Hipólita desmemoriada y que era la sombra de quien fuera en otros tiempos, su peor enemiga.
Acababa de escapar de una muerte segura, juntó la poca fuerza que le quedaba, y escapó. De una manera muy poco elegante. Pero fue la mejor desición, ahora tenía que reagruparse con esas tontas y planear una solución.
Hipólito ... cada vez veía màs lejos ese sueño de reencontrarlo, ese amor que a pesar de los siglos seguía quemándole el pecho. Pero él ... él nunca diò señales de vida en otros tiempos, ella también quizo buscarlo en otra realidad, en otra vida paralela, aún en este presente, pero no lo halló.
Tampoco pudo volver a los pliegos y escritos antiguos, para cambiar el momento de su... muerte.
Cerró los ojos y sacudió de su cabeza esas ideas derrotistas, todo lo hizo por él, llegó hasta esta loca Era por él, no se rendiría, no.
Llegó como pudo, a través de laberintos hechos por ella, a su cuarto secreto, ese destinado a los placeres de la carne y los excesos, cualquiera fueran.
Buscó entre grimorios, pergaminos y antiguos escritos, un conjuro que le proporcionara la capacidad, por màs mínima que fuera de absorber, solo un poco del poder de Hipólita, y lograr viajar al tiempo de su amado.
Solo para sacrificar su existencia, porque solo podían ocurrir cosas malas.
Que no lograra cambiar el camino del destino, y él muriera de todas formas, lo que la condenaría a una vida en el pasado, lejos de todas las frivolidades a las que estaba acostumbrada. O, si en el mejor de los casos, Hipólito la amara como ella creía, lo que sucedería, de igual manera, no tendría escapatoria, se quedaría atrapada en ese punto astral.
Pero estaba dispuesta, no seguiría esta loca carrera sin él, ya no, no pasaría otra eternidad en soledad.
Estaba en estos pensamientos cuando la habitación se llenó de olor a azufre.
Ades ...
Lo supo al instante.
_____Qué te aflije, querida ...?
Su tono entre meloso y perturbador, la erizó.
_____Señor, mi señor, debo sacarle ese poder a Hipólita. Debo viajar a los tiempos antiguos y reencontrar mi alma gemela.
Y mientras hablaba, se hechó a los pies de aquél que solo con su presencia, causaba dolor y tristeza, lo abrazó e imploraba desesperada.
_____Mi señor, soy tu esclava y lo sabes, dame la gracia de conocer la manera, la solución.
Ades, sonrió, amaba este tipo de situaciones, donde él era el todopoderoso.
_____Sabes, mi pequeña Fedra, esta mujer tiene el amparo de mi hermano, Marte, y es poco probable que razone con èl. Solo conseguirías un poco de su poder si la llevaras hasta casi el punto de matarla _____el dios del inframundo, tejía su telaraña ____la manera es mostrarlre algo que la debilite momentáneamente, no se.... quizás mostrarle el momento en que su amado hijo muere... puede funcionar, no crees? ____y entrecerró los ojos de manera maliciosa.
Una semilla de esperanza brotaba en Fedra, enraizada en la màs profunda desesperación.
_____Te ayudaré, pero a cambio, porque todo tiene su precio querida, debes jurarme que esa primogénita tuya, será mi esposa.
Las palabras sonaron como truenos, Fedra, confundida y deseosa de reencontrar a Hipólito, solo atinó a asentir.
_____Lo haré señor, asi se hará, tendrás a tu futura reina.
Ades sonrió satisfecho y un olor a azufre inundó el cuarto.
_____Firma pues! _____y diciendo esto, puso frente a la joven, una daga delgada y cuya hoja semejaba una pluma.
Fedra, acostumbrada, cortó su palma, y una roja gota de sangre cayó en una hoja, al momento de tocar el papel, las letras del contrato aparecieron y su nombre se formó, sellando así, lo que ataría su alma,y la de un inocente, a aquel terrible ser .
Ades, hecho humo, se perdió en el piso de madera. Fedra, aturdida aún, dejó caer los brazos en derrotada actitud, los sucesos, caían como un alud sobre ahogándola, asficciando, pero no había vuelta atrás, ya no.
Salió casi corriendo y llegó al patio de su mansión, no vió màs que a Rafael, Celeno, Calíope y Atina, pero Hipólita no estaba.
Salió de allí, con la piedra engarzada en su anillo, trató de ver donde estaban las arpías.
Cual sería su sorpresa cuando las vió y con ellas a Hipólita.
Se dirigió allí con la sola idea de terminar lo antes posible con todo, la urgencia la estaba enloqueciendo.
Al llegar, su urgencia cambió a curiosidad. Cleopátra, agachada sobre sus rodillas y con las alas recogidas en su espalda, semejaba una gárgola, miraba a Hipólita, quién mostraba algo que tenía en su mano.
____Cleopátra! Qué ocurre? Parece que has logrado hacer lo que tus hermanas no.
Miró satisfecha hacia Hipólita, que solo optó por recostar su espalda contra una columna.
_____Si, creo que puede decirse...____miraba hacia la amazona____mis hermanas no han podido entender del todo a Hipólita, pero ella me lo ha contado y siento náuseas de mi misma.
Fedra pegó un pequeño salto.
______Estas loca! Ayúdame, debo tomar su esencia, es primordial que eso suceda, ya no puedo esperar.
La urgencia en la voz, la desolación, se tornaron violencia cuando Fedra tomó de un brazo a Hipólita.
Forcejearon un rato y luego, intervino Cleopátra, trató de enfrentar a la hechicera, pero Fedra, era muy peligrosa en ese estado, como una fiera acorralada.
Lanzó un conjuro que inmovilizó a la arpía, y trató de hechizar a Hipólita pero ese medallón de Marte, no lo permitía. Asi que solo le restaba , enfrentarse a ella y tratar de llevar la lucha hacia los espejos que tuviera màs cerca.
Y asi fue, lucharon con furia y poco a poco, se dejó llevar al recibidor, allí, las paredes estaban plagadas de espejos. Un capricho de alguien sumamente egocéntrico como Fedra.
_____Eres terca amazona! No te haré daño, solo quiero un poco de tu inmortalidad.
_____Jamás! No podría ser màs ofensivo, que tu usaras mi esencia como si fuera un vestido que prestar.
Ambas respiraban agotadas, pero una tenía la estocada final.
______Mira aquí Hipólita, esta es la verdad a la que le temes, esta es la verdad que no puedes ocultar.
Diciendo esto, dirigió sus manos hacia un espejo y todo èl, se llenó de luz.
Frente a los ojos de Hipólita, surgió otra realidad, unas sierras, frente a las cuales se extendía una playa inmensa.
No había nada, ecepto, arena, agua y un cielo de amanecer.
Luego, un jinete que se acercaba cabalgando. A lo lejos, se escucha el galope, a medida que se acerca, el relincho del caballo se hace màs pausado.
Hipólita mira hipnotisada, no puede apartar los ojos de ese joven, por alguna razón se sentía embobada.
Al llegar justo frente a ella, el joven desciende de su montura, acaricia al corcel y pierde la mirada en dirección al mar.
Las olas embravecidas, golpean los peñascos cercanos, poco a poco, el amanecer se torna de un rojo sangre, el joven toma las riendas del animal y da unos pasos.
Es moreno, atlético y su rostro tiene dos enormes ojos negros. El cabello largo y cobrizo, un dios solitario. Un instante después, gira su rostro quedando de frente a Hipólita, es realmente guapo, en su interior, ella sabe que ese es su hijo, y un inmenso dolor nace y se expande en su pecho.
Fedra la mira, eso es, esta ocurriendo, Hipólito es la debilidad de esta dura amazona, ni Rafael, ni nada en este mundo la haría claudicar, como lo haría la imagen del hijo amado.
______Es tu hijo Hipólita, tu amado hijo, este es el momento que debo evitar, debo viajar y encontrarlo, se muere Hipólita, èl me está esperando en la playa y por tu culpa no puedo llegar, pues me tienes prisionera. Dame tu esencia, déjame salvarlo, déjame.
Hipólita llora, si, ese muchacho, es su hijo, imposible no reconocer sus ojos en aquellos y la melena de su padre, es una copia exacta de Rafael.
Alarga el brazo y quiere tocarlo, pero en ese momento, el cambia la mirada hacia el mar, besa a su caballo y lo libera de riendas y monturas.
Luego camina hacia las olas enardecidas, a medida que se interna en el mar, este se embravece màs, el joven dios sigue y sigue hasta que el mar lo cubre. Hipólita grita y se rasguña el rostro, cae de rodillas y no puede quitar los ojos de esa vida que se extingue, ese pedazo de su carne que sufre y arranca la vida de su cuerpo. Llora y toca el espejo, pero no se detiene, su cabeza se sumerge y ya no vuelve a aparecer.
Hipólita cae, se arroja, llorando,al piso. Fedra, disfruta el momento, eso es, ella ve como la amazona se debilita, esta en shock, este es el momento.
Mirando al espejo invoca al dios del inframundo, el cristal se torna oscuro y de apariencia pastosa, como si fuera petróleo, Hipólita esconde el rostro entre los brazos, sus cabellos se vuelcan cubriéndola.
Ades, mira la escena, asiente, para que la hechicera inicie el ritual, esa muchacha es hija de Marte, si èl la perjudicaba, la venganza sería terrible.
Marte por nada, era el dios vengativo, de la guerra y la sangre, Marte siempre lo tuvo en la mira y cualquier motivo le serviría para actuar en su contra.
Ades conocía el carácter temperamental y explosivo de su hermano, y no quería enfrentarse a èl de ninguna forma.
Solo quería ese retoño de Fedra, èl sabía que si la hechicera lograba engendrar un hijo, sin importar quien fuera el padre, (dato que Fedra descononocía), sería un diamante en bruto, listo para que èl la adiestrara en las artes ocultas, con las capacidades de su madre y su adiestramiento, sería la reina perfecta del inframundo.
Se relamía como saboreando el momento, suya ...esa criatura era suya, aunque Fedra, al final no se la entregara, conocía bién la historia, y ya sabia el final, tendría que matar a la madre, sin importar cuanto luchara, Fedra moriría, èl ya lo vió.
En ese preciso momento, Rafael abría las puertas de la mansión, para dar paso a los centauros, habían averiguado las intenciones de Fedra y defenderían a Hipólita a como de lugar.
_____Rafael, mi hermano, sinos tu plan y nos organizaremos ___Quirión hablo en nombre de sus hermanos, todos reunidos en una gran manada.
_____Hermano, dentro se halla Hipólita, secuestrada por la arpía Cleopátra, y Fedra necesita realizar un conjuro o algo asi, ya que no la ha matado, la mantiene viva por algún motivo.
_____Fedra necesita la inmortalidad de la reina, solo así realizará un oscuro viaje, aunque no estamos autorizados de hablar sobre ello.
_____No importa, la guerra ha comenzado! Vamos! ____Rafael, no podía contener màs tiempo su ira.

HIPÓLITA @wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora