LA PANDILLA #2 "INCONMENSURABLE"

Capítulo.-13

PETER

—¡¿Viste como se miran el uno al otro?!.—Exclama con felicidad Beatriz.—Me recuerdan a nosotros.

Respiro hondo y doy un beso en la cabeza de ella. Lucho contra mi mismo para no desquitarme con Bea, ella está contenta por ver a su hermano genuinamente enamorado, y yo no puedo con la idea de quién es la persona por la que siente afecto.

Me duele la cabeza y la puta alma, oír a Alay decir que le gusto, me deja en una peor situación que la que me encontraba antes.

—Definitivamente no me recuerda a nosotros.—Difiero y alzo la mano al bartman para que me sirva un trago.—Ella no luce muy enamorada que digamos, seguro es otra interesada en el dinero de Jared.

Me quema escupir esas palabras sobre mi Lay, aunque es la única manera para expresar mi descontento y que no me agrada ante Bea. No sería precisamente bueno hablar flores sobre ella, no cuando Bea me ha insinuado si tengo interés por alguien más, la disculpa que le di no fue honesta del todo, pero lo intenté.

Bea me da un golpe en el brazo.—No seas así Peter, esa chica no luce de la clase interesada, es muy linda y agradable.

Resoplo y me gano otro golpe.

—Basta, en serio. ¿Que es lo que no te convence en ella?

—Todo.—Musito mirándola. Bea me da una de sus conocidas muecas de regaño, sonrió un poco al verla fruncir los labios de manera graciosa, le enfada que me ría.

—Bueno, seguro ella no sería una mentirosa con Jared.

Puedo percibir la indirecta, aparto la mirada de su rostro, y me repito una y otra vez conservar la calma.

—Déjalo estar, Beatriz.

—Solo digo, la base de toda relación es la confianza, ¿cierto mi amor?.—Ella toma la copa que me han servido y le da un buen trago.—¿Qué? ¿No tengo razón?

Le doy una mirada de advertencia, no quiero discutir con ella.

—No se a que viene esto Bea. Relájate un poco, recuerda que juraste perdóname por esa tontería.—Ella se encoge de brazos.

—Resulta que beber me hace pensar.—Y dicho eso, se acaba la copa completa.—Te perdono pero no olvido, solo tengo curiosidad.—Sus ojos cafés brillan de lo ebria que ya está.—¿Dónde diablos estuviste esa noche que omitiste decirme?

—No vamos a discutir y menos aquí, vámonos a casa.

La tomo del brazo y me sorprende cuando se arrebata de golpe y me grita que no la toque, algunas personas alrededor de la barra nos miran y otras nos ignoran, trato de mantenerme cauteloso para no alarmar a nadie.

—Peter, no me mientas por favor, no lo hagas.—Implora.—Te veo a los ojos y se qué hay algo diferente en ti.

Trago en seco y frunzo el ceño casi con miedo.

—Puedes mentir todo lo que tú quieras, pero olvidas que no solo soy tu novia, soy tu mejor amiga y sé cuando me dices la verdad.

—Exacto, y por eso te digo que todo está bien.—Me aseguro de verla con fijeza y determinación.

Se queda en silencio unos segundos buscando alguna duda en lo que digo, me da miedo el hecho de que Bea realmente pueda leer lo que pienso.

—Dile a Jared que me lleve a casa, por favor.

—Claro.—Doy unos pasos y dejó un casto beso en sus labios, no parece ser suficiente para ella porque me toma del abdomen afianzando su brazos y haciendo que el beso sea más profundo.