Capítulo.-22

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ALAYSA

Me encantaría decir que desperté por las caricias del hombre que amo, de verdad que si, pero no fue el caso.

—¿Bombón, te sientes bien?.—Pregunta Peter entrando al baño, se arrodilla a mi lado en el inodoro y da caricias en mi espalda.—No sabía que doy tanto asco.

Una pequeña risa se escapa de mis labios y otra vez viene una arcada acompañada de vomito, iugh.

—Respira profundo, ahora vengo.

Peter sale del baño y hago lo que me dijo, las náuseas se van un poco y me pongo de pie, enjuago mi boca para después limpiar mis dientes con el cepillo que me dió él anoche.

—¡Ahg que horror!.—Me mojo la cara y la seco para refrescarme un poco. En el espejo veo a Peter contra el marco de la puerta, entre sus manos juegan inquieto con un termómetro.—Estoy bien, solo me he sentido mal últimamente, he bajado un poco de peso pero nada de que preocuparse.

Le doy una sonrisa asegurándole que estoy bien, él ignora lo que digo y se acerca colocando el termómetro debajo de mi brazo.

—El doctor dirá si estás bien o no, y en este caso yo lo soy.—Eleva una ceja y deja un beso en mi frente.

Me encanta verlo tan preocupado y como un verdadero doctor. Se ve tan guapo con el cabello algo largo y revuelto, sus ojos ahora son de un tono verde grisáceo pálido gracias a la luz de la mañana, son los más extraños y fascinantes del mundo.

—¿Que pasa, amor?.—Salgo de mi ensoñación al ver el pasmo en las facciones de mi chico dark.—Me estás asustando.

El termómetro suena y lo retiró para ver mi temperatura la cuál marca ser normal. Peter sigue perdido en su cabeza y me acerco a él tomándolo del brazo, parece salir de su trance y parpadea varias veces, su mirada me pone inquieta.

—Lay, ¿cuando fue tu último período?

Su pregunta me desconcierta.

—Hace un mes...

Y me doy cuenta de todo lo que mi chico dark cavilaba en silencio. Peter y yo la última vez que estuvimos juntos no nos cuidamos, olvidé tomar la píldora.

—Ohhh...

¿Como fui tan estúpida para no darme cuenta? Todo eran tan claro; los mareos, nauseas matutinas y sin contar el deplorable estado de mi ausencia de mi periodo.

Ambos nos quedamos en completo silencio y me quedo con la mirada perdida en Peter, quien luce aún pasmado.

Siento que el corazón se me saldrá por la garganta y un escalofrío recorre mi cuerpo.

—Tenemos que estar seguros.—La voz de Peter suena algo débil y ronca.

Lo miro y trata de esbozar una sonrisa, yo muevo la cabeza de acuerdo. En menos de cinco minutos ambos nos vestimos y Peter maneja el auto de mamá hasta una cafetería, se detiene y se excusa para ir a comprar algo para que coma.

Trato de no perder la cabeza y busco el mensaje que le mandé a mamá anoche; en resumen le dije que no llegaría a dormir y me contesto que me cuidara junto al emoji de un corazón. Salgo de nuestra conversación y mi dedo se queda congelado en el grupo de la pandilla, tengo que decirles, se que estoy embarazada, es más que claro.

"Estoy embarazada" que oración más atemorizante y desconcertante, ahora más que nunca comprendo a Camille.

Pandilla Fam.

Alay: ¿Qué tal chicos?

Cami: Todo bien, un pajarito me contó que vendrías esta mañana...

LA PANDILLA #2 "INCONMENSURABLE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora