Capítulo.-20

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Ha pasado casi una semana desde la última vez que hablé con Tay, y digamos que agregando su confesión a todo lo malo que me paso en Chicago; el cansancio emocional traspasó a lo físico. Me sentía exhausta, mareada y sin apetito, solo deseaba dormir y es exactamente lo que he estado haciendo. Por las mañanas y parte de mis noches vomitaba lo poco que lograba comer, de hecho estoy segura que he bajado un poco de peso pero nada preocupante.

Salgo de mi cabeza cuando oigo a alguien tocando mi puerta.

Es papá, él es la única persona que hace una clase de tono para anunciar su llegada. Le digo que pase y abre, lleva en su mano izquierda un plato humeante, le doy una sonrisa cuando lo trae hasta la cama donde estoy recostada.

—Espero que esto asiente bien en tu estómago.—Por primera vez en días disfruto comer sin sentirme fatal, sospecho que él lo hizo ya que mamá se encuentra trabajando.—Alaysa.—El tono en que dice mi nombre interrumpe mi degustación de la comida.

Se de lo que quiere hablar y por su expresión creo que Thom se ha adelantado a explicarle un poco. Thomy es la única persona con la que he hablado sobre lo qué pasó en Chicago.

—Te he dado tu espacio para que estés tranquila...pero necesito saber por ti, la razón del que hayas regresado tan pronto.—Confirmo mis sospechas al tiempo que se me achica mi corazón por la expresión preocupada de papá.—Puedes hablar conmigo de lo que sea, lo sabes.

Aprieto los labios al sentir un peso en mi estómago.—L-o...lo encontré...y lo perdí.

Él deja salir un gran suspiro y me quita el plato de las manos temblorosas para abrazarme.—Esta bien, todo estará bien.—Me arrulla mientras lloro libremente.—Se que duele, lo sé.

Me quedo resguardada en el abrazo de mi padre hasta que el llanto cesa un poco, me duele la cabeza y no puedo respirar por la nariz así que inhalo y exhalo ampliamente por la boca.

—Se lo mucho que amaste a Peter, y lo doloroso que fue vivir sin él a tu lado, de verdad lo entiendo.—Asevera cada palabra.—Hija, admito que tuve la esperanza de que un día volvieras a encontrarlo...como yo a tu madre.

Entiendo a donde quiere llegar y eso termina de romper mi ya fragmentado corazón.

—Debí decirte esto hace mucho tiempo.—Sacude la cabeza y limpia las lágrimas de mi rostro.—Alay, te vas volver a enamorar en esta vida, encontrarás a alguien a quién amar como lo hiciste con él, te lo aseguro...pero debes dejar que eso pase.

—No.—Balbuceó entre lágrimas.—No...

—Sí Lay.—Me sonríe paternalmente.—¿Y sabes cómo será? Va a ser algo extraordinario y un amor inconmensurable.

Una lágrima rueda por mi mejilla al finalizar su elección de palabras. Es totalmente desconcertante como el universo actúa de manera casi cómica y descarada.

—¿Inconmensurable?.—Papá asiente en afirmación.

—Lo encontrarás un día, y cuando estés segura con todo tu ser de que es tu alma gemela, prometo entregarte al altar con gran orgullo como tu abuelo lo hizo con tu madre.

No digo palabra alguna y solo me acurruco consolándome en los brazos de él único padre que siempre se ha preocupado por mi.

No digo palabra alguna y solo me acurruco consolándome en los brazos de él único padre que siempre se ha preocupado por mi

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LA PANDILLA #2 "INCONMENSURABLE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora