7.

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— ¡Eva! — el grito de Adrián me pone en alerta y prácticamente salto lejos de Mason, que ríe al ver mi reacción.

— El niño bonito esta buscándote. — me dice en cambio, sin verme a mi. Adrián llega hasta nosotros, con la cara roja por correr y su antes perfecto cabello, hecho un desastre.

— ¿Qué pasa, hermano? — él no me responde y simplemente me tiende su teléfono. El nombre de mamá se puede apreciar en la pantalla, poniéndome nerviosa.

— Nos atrapo.

Tomo él teléfono con mis manos temblorosas, imaginándome lo que va a decirme, o mejor dicho, reprocharme.

— ¿Hola? — murmuro.

— ¿Dónde demonios estás, Eva? — me grita.

— Salí con Adrián, mamá. No veo porque el escándalo.

— Por amor a Dios, ¿es que acaso has visto la hora, señorita? Te lo preguntaré de nuevo, Eva. ¿Dónde estas? Porque dudo muchísimo que hayas ido por un café con tu hermano a estas horas y con todo ese escándalo que se escucha.

— Estas exagerando, mamá. Como siempre. — me pongo a la defensiva, al notar ese tono sarcástico goteando en cada una de sus palabras. — No va a pasarme nada.

— Y tienes el descaro de decirme eso. La última vez que me dijiste eso, no terminó bien, ¿cierto?

— Estas cruzando la linea. — mis ojos buscan a Adrián, que me mira preocupado. Mason esta junto a el, con el ceño fruncido sin saber que pasa y al acostado esta Jack, mirándome directamente. ¿Hace cuanto que esta ahí?

— No me importa, Eva. Te quiero ya en casa, nada de que iras a dormir con tu hermano. Vuelves a casa y punto, así que puedes decirle a Adrián que te traiga, ahora. — sin darme tregua o oportunidad de refutar sus palabras, me cuelga, dejándome en el aire.

— ¿Qué te dijo? — me pregunta Adrián cuando le paso su teléfono. Intento sonreír para calmarlo, pero se que no funciona.

— Debo volver a casa. — me encojo de hombros, resignada y algo molesta con la situación.

— Deja te llevo, cariño. — Adrián empieza como loco a buscar sus llaves pero lo detengo.

— Tomaré un taxi, no puedes dejar sola a Raquel. — bromeo un poco, pero él niega.

— No puedo dejarte sola a ti, Rockie entenderá.

— Yo puedo llevarla. — Jack interrumpe nuestra pequeña disputa. — Igual quiero irme, Cassie me tiene algo cansado ya.

— Yo te acompaño. — Mason lo mira fijamente, pero Jack niega con su cabeza, su cara se nota algo molesta.

— Alguien debe cuidar a Rockie.

— Raquel sabe cuidarse muy bien.

— Las llaves, Mason. — extiende su mano, éste titubea pero termina entregándoselas.

Adrián se acerca a mi y toma mi cara entre sus manos, examinándome.

— ¿Segura de que quieres irte con él?

— Esta bien. — aparto sus manos suavemente y me inclino hacia él, dejando un beso en su frente. — Voy a estar bien.

— Avisadme en cuanto llegues a casa, bonita. — suspira, alejándose.

— Andando, Eva. — Jack empieza a caminar, sin esperarme.

— Que se diviertan, chicos. — me despido. Mason se acerca a mi y deja un beso en mi mejilla, sin importarle mucho que Adrián este mirándolo como si quisiera matarlo.

Los Morgan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora