10.

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EVA

— ¿No vas a desayunar? — mi ceño de frunce de forma automática. — Eres una hermana terrible.

— Te amo, Adrián, pero no siento ni un poco de amor por tu comida.

— Malvada. — Adrián deja en un plato, lo que intuyo fue su intento de panqueques. — Sabes que debes alimentarte, ¿verdad?

— Te juro que comeré algo más tarde. —miento, mis hombros se mueven con desinterés. — ¿No tienes trabajo hoy?

— Tengo el turno de la tarde. ¿Quieres  cenar fuera hoy? — los hoyuelos de sus mejillas me saludan cuando me regala una de sus sonrisas. Adrián se inclina en el mesón, como si fuera a contarme el mayor secreto del mundo. — Conozco un lugar que tiene unas malteadas de fresa que están para morirse.

— Tu obsesión con las fresas ya es un problema. — río, alejándome de él. — No sé si este libre. Te escribo al salir de clases, ¿si?

— Voy a ignorar el hecho de que me rechaces. — desata su delantal, este esta cubierto de harina y una sustancia amarilla que no quería saber que era. — Y como el maravilloso hermano mayor que soy,  te llevaré a clases.

Me cruzo de brazos, mirándolo con mis cejas arriba.

— ¿No vas a desayunar, hermano? — le señalo el plato abandonado en el mesón.

— Oh, cállate.

JACK

— ¿Qué demonios les pasa a ustedes dos? — pregunta, ya por quinta vez, Adam. Esta sentado frente a nosotros, sobre la mesa, sus brazos cruzados y sus ojos entrecerrados hacia nosotros. Alam sentado junto a él, asiente.

El suspiro se escapa de los labios de Mason.

— A Jack le llego su período. — los mellizos ríen, pero la cara de poker de Mason se mantiene.

— Son unos idiotas. — me levanto, no me siento con la paciencia suficiente para tolerarlos.

Sobretodo a Mason.

— ¿A donde vas? — la voz del susodicho me hace girarme.

— No. Es. Tu. Problema.

Mis pies me llevan dentro de los vacíos pasillos del instituto. Todos deben estar en clases en este momento. Nosotros, en cambio, nos habíamos quedado dormidos y no alcanzamos a llegar a la primera clase.

Así que, me encontraba ahí, en medio del pasillo, pensando en que en cierta rubia que no podía sacarme de la cabeza.

Pero tampoco lo hacían las palabras de Rockie la otra noche.

Es que si era totalmente sincero, una parte de mi quería mantener a Eva alejada, antes de que esos tontos pensamientos se conviertan en algo más.

En algo con Mason.

Pero esa otra otra parte de mi, la parte egoísta, quería ver que sucedía si dejaba todo fluir. Si me dejaba llevar por mis instintos.

Y como si el universo se quisiera reír de mí, torturándome, venia hacia mí esa rubia, sus manos llenas de carpetas y su bolso casi cayendo de su hombro.

— Hola, Jack. — dijo, en cuanto llego junto a mi. — ¿Por qué no estas en clases?

— Me quede dormido. — me encogí de hombros y, antes de que llegará a protestar, quite de sus manos aquellas carpetas. — ¿De dónde has sacado todo esto, kitten?

— La señorita Jones me pidió llevar esas carpetas a control de estudios. — acomodo las tiras de su bolso, devolviéndolo a su lugar. — No pude negarme.

Mi cabeza se moja casi cono un reflejo, totalmente en desacuerdo.

— La señora Jones es famosa por poner a los estudiantes a hacer su trabajo. — mis palabras la hicieron suspirar, a mi en cambio, me causo algo de gracia. — Se acabo de aprovechar de ti, kitten, y tu caíste redondita.

— Que tonta he sido. — si cuerpo cae levemente hacia adelante, provocando que su bolso volviera a deslizarse fuera de sus hombros.

— Eres demasiado buena para tu bien, Eva. — me acerque a ella, la punta de mis zapatos rozando sus Vans negras.

Ella me mira atenta, su ceño fruncido de pura curiosidad, a causa de mi cercanía. Mis manos tocan sus brazos, y puedo sentir como se tensa el momento que la toco.

— Respira, Eva. — susurro, poniendo las asas de su bolso en su sitio y me alejo, devolviéndole su espacio personal.

Y dándome cuenta, que era yo quien estaba aguantando la respiración.

MASON.

Jack iba a sacarme canas verdes. Que digo verdes, sería todo el puto arcoiris en mi cabeza si continuábamos así.

Primero discutimos anoche, que sino hubiese sido por Raquel, no habrían sido solo unas cuantas palabras.

Luego hace que mamá se preocupe, cuando no se levanto y no solo eso, tampoco desayuno

Y como cereza del pastel, me deja solo respondiendo las preguntas sin fin de los mellizos y desaparece.

Faltaban solo diez minutos para nuestra próxima clase, pero no. Él aún no aparecía. Estaba muy consciente que solo íbamos mal en matemáticas, pero no quería añadir nada más a eso. Mucho tenía con las tutorías. Porque aunque la linda Eva se viera adorable intentado hacernos entender, era imposible que mi cerebro almacenará tantas formulas y números.

Lo siento, linda Eva. Te he fallado.

Ay, y ese era otro problema que iba a volverme loco. Inclusive más que Jack.

Eva.

Eva iba a volverme loco.

No sabia que rayos me sucedía con esa chica, porque no es mucho tiempo que paso con ella y sin embargo, no puedo sacármela de la mente. Sus gestos, como sus ojos nunca abandonan el piso y su mano va a su oreja cuando se siente nerviosa.

Nunca me he fijado en una chica como lo hago con ella. Como me siento cuando yo y cerca de ella. Y, vamos, se que suena loco, no hace falta que nadie venga a decírmelo.

Pero no iba a darle más vueltas, no iba a luchar contra ellos. Así me sentía y punto. Ya me canse de excusar como me siento y esta vez, Jack debe vivir con ello.

Ya una vez lo hice, y solo terminamos los dos mas rotos de lo que alguna vez llegaremos a admitir.

De lo mucho que nos daño y lastimo y nosotros la dejamos hacerlo.

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¡HELLOOOOOO! Estoy de vuelta, disculpen la tardanza, mucha tarea de la universidad. Pero aquí les dejo un capítulo nuevo para que lo disfruten🤗❤

Jack y Mason no sabe que los golpeo xd

No olviden darle amor y votar y comentar. Eso me motiva muchísimo❤

Nos leemos pronto

Los Morgan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora