09. Reconciliación.

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John estaba a nada de ganarle a su holograma en una partida de UNO, cuando escuchó de fondo el tono de llamada que había personalizado para Irene, con intenciones de no perderse ninguna llamada de su hermana mayor porque después se ponía de dramática.

—Doyoung, contesta por mí —ordenó.

El holograma obedeció sin rechistar y contestó a la llamada. Hubo un par de minutos en los que John no pudo distinguir bien la conversación, hasta que Doyoung se dirigió a él con una expresión de preocupación. En otras ocasiones habría bromeado sobre si aquella cara se debía a que su colección estaba atrasada por algunos días, pero hoy se veía diferente, así que no diría algo de ese tipo.

—Señor Suh.

—Dime que sucedió, no me asustes con tu suspenso.

—La señorita Irene lo necesita de manera urgente en el hospital Valetudinaria.

—¿Le sucedió algo a ella? ¿o fue a mi madre? —preguntó, levantándose de inmediato para ir corriendo por su saco. —No debieron de ir a ese hospital.

Su padre murió en Valetudinaria.

—Ellas están bien, señor Suh. Pero el señor Lee... —Doyoung dudó en hablar cuando su creador le brindó una mala mirada. —Lo siento pero tengo que mencionarlo. El señor Lee tuvo un accidente que involucra a su maravillosa cosa de hojalata sufriendo una sobrecarga, una explosión pequeña y un edificio entero en llamas.

—¿Cuántas veces no le advertí que eso podía llegar a suceder? —John suspiró. —Vamos, voy a necesitar tu presencia para que Irene se calme. Ambos sabemos lo mucho que esa mocosa quiere a Taeyong, ha de estar llorando mucho.

—Buscando rutas sin tráfico.

John manejó con cuidado por las calles de la ciudad. Doyoung iba en un silencio impresionante, solo hablaba para darle las indicaciones del camino y sugerencias con respecto a reducir la velocidad porque le llegaban interferencias y, según sus palabras, "hacía que le doliera el cerebro", si es que eso tenía sentido alguno.

No entendía porque habían decidido llevar al idiota de su hermano a Valetudinaria. El hospital no había hecho bien su trabajo con respecto a la enfermedad de su padre, ¿por qué creían que lo haría ahora con un accidente de ese tipo? Esos malditos aclamaban ser los mejores en la ciudad pero no pudieron salvar la vida de un padre que amaba a sus hijos y esperaba volver a casa para la cena.

Perder la demanda contra el hospital fue un insulto a la memoria de su padre.

—Señor Suh —habló un enfermero. —He de suponer que se encuentra aquí debido al accidente de su hermano. Venga por aquí, en estos momentos estamos atendiendo sus heridas, pero puede ir a la sala de espera.

Decidió no decir una sola palabra, el enfermero no tenía la culpa de nada y no se iría a desquitar con él. Solo caminó hasta la sala de espera, encontrándose con su hermana y su madre, ambas preocupadas y con lágrimas en su rostro.

No dudó un solo segundo en abrazar a Irene, dándole un beso en la frente para que pudiera calmarse un poco.

—Todo está bien —susurró John. —No le va a pasar nada, no voy a dejar que pase de nuevo. Ven conmigo, traje a Doyoung para que te distraigas un poco.

La instalación del aparato le llevó tan solo un par de segundos. Doyoung apareció frente a su creador pero se dirigió sin dudarlo a Irene, preguntando si se sentía bien.

John los dejó en paz y se acercó hasta su madre para poder hablar con ella sobre el accidente y todo lo ocurrido. Ella explicó que el androide comenzó a tener fallas y de un momento a otro se sobrecargó, comenzando un incendio dentro del departamento, lo cual solo desencadenó una serie de pequeñas explosiones debido a los aparatos que tenía Taeyong para sus invenciones.

𝗔𝗜:𝗕𝗢𝗬 | JohnDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora