04. El androide.

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La instalación del nuevo androide fue, por lo menos para el científico, algo relativamente sencillo. Aunque tardaron más de lo debido gracias a que su hermano mayor no perdía ninguna oportunidad para burlarse de él o hacer algún comentario fuera de lugar para sacarlo de quicio, como siempre.

Taeyong sabía de antemano que su hermanito menor odiaba mucho que le insistieran en el tema de la venta de AI o incluso su holograma personal, así que dió la orden a sus trabajadores para que llenaran al científico de preguntas tontas como el precio al que sería capaz de negociar. Adoraba molestarlo y ocasionar que su cerebro aumentara los niveles de estrés al máximo.

Por otro lado, el curioso holograma daba vueltas por todo el departamento mientras se dedicaba a observar fijamente como ese grupo de personas, ajenas a su pequeño círculo social, se encargaban de realizar configuraciones al androide que el señor Lee había decidido traer al edificio del señor Suh. Su creador le ordenó que no se acercara a esa gente y mucho menos que les respondiera cualquier pregunta que llegasen a hacerle, porque irían con doble intención.

Y estaba obedeciendo sus indicaciones al pie de la letra.

Una vez que todo se instaló de manera correcta, Taeyong decidió abandonar el edificio junto a sus hombres para poder dejar a John con aquel androide que, a simple vista, podía dar fe de que no era algo hecho a la ligera y que probablemente sí llevó sus años de estudio hasta llegar a ese resultado.

La impresión que estaba sintiendo John aumentó al momento de leer el manual que su hermano mayor le había dejado, según a palabras de Taeyong, aquel androide correspondía al nombre de SiCheng y se ponía de mal humor si no respetaban esto, así que no intentaría hacer una broma con respecto al tema, no quería terminar sin un brazo o algo por el estilo. Doyoung observó los niveles de felicidad de su dueño y como estos se iban elevando, así que se acercó a aquel aparato para poder observar sus ojos azules que destellaban de vez en cuando, tenía la apariencia de un chico joven, aproximadamente unos veintitrés años, y un cabello rojizo con un ligero brillo que le daba ese toque realista.

Aborrecible.

—No puedo creer que mi hermano haya logrado hacer una máquina de este tipo, peor aún, que lograra un parecido casi idéntico a una persona real —dijo John para sí mismo mientras vigilaba las acciones de SiCheng. El androide se movía de una manera ligera y para nada robótica, incluso se vió en la necesidad de cuestionar si en verdad era una máquina o su hermano sólo había querido jugar una broma de mal gusto. —Oye, SiCheng, ¿Tienes idea de quién soy?

Era la pregunta de prueba, Doyoung conocía el protocolo.

Aquel androide volteó en dirección al científico y con un solo escaneo logró recopilar toda la información que había en internet sobre el gran científico, teniendo todo guardado en su memoria en menos de cinco segundos para mostrar una pequeña sonrisa seguida de un ligero asentimiento.

—John Suh, famoso empresario y científico mejor conocido como John Seo, creador del proyecto AI, uno de sus inventos más famosos y reconocidos a nivel mundial. Sus hermanos mayores son Suh Joo-hyun, conocida también como Irene, una importante diseñadora de modas, y Suh TaeYong, conocido como Lee Taeyong, un gran empresario. Aparentemente, incluso si no comparten la misma sangre por parte de su madre, tienen una buena relación de hermanos.

—Esa cosa sabe demasiado —dijo Doyoung, frunciendo el ceño con notable molestia ante la presencia del androide. Era casi obvio que él no se sentiría cómodo con la máquina que habían traído para invadir su hogar, llevándose toda la atención del señor Suh.

—Sabe lo necesario —John no podía contener su emoción, incluso en sus ojos podía notarse. —Es realmente impresionante...

—Oh, wow, buscó información en artículos de internet —el holograma rodó los ojos. —Puedo hacer exactamente lo mismo que él, solo que yo no ocupo espacio como ese pedazo de hojalata oxidada.

𝗔𝗜:𝗕𝗢𝗬 | JohnDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora