—Irene —habló John, aliviado. —No sabes lo mucho que me alegra tenerte aquí.
Estuvo a nada de saltarle encima, pero solo se limitó a darle un fuerte abrazo.
—Vine en cuanto pude, quería verificar que todo estuviese bien por aquí, no es común que Doyoung aparezca en medio de mi sala cuando estoy haciendo pilates —Irene alzó sus cejas. —¿Te peleaste con el pobrecito holograma? te veo bastante bien, y por bien me refiero a que no te falta un brazo.
Todos, por lo menos dentro de su familia, sabían que esa mujer no se iba a preocupar lo suficiente hasta que los viera sin alguna extremidad o llenos de sangre. Aún recuerda que, de pequeño, se cayó y lloró toda la tarde porque Irene le llamó débil.
—Lograron entrar a mi cuarto de control, estaba a nada de llamar a la policía —explicó, pasando una mano por su cabello. —Por lo menos sé que Doyoung está en la ruta de escape que le configuré.
John comenzó a explicarle todo lo sucedido a su hermana, quién se dedicaba a recorrer la habitación con su mirada, deteniéndose en ciertos puntos. No quería creer que algo estaba mal, pero si Irene se dedicaba a analizar tanto una zona era porque estaba viendo algo fuera de lugar.
—Ambos sabemos que fue Taeyong —dijo Irene, observando a su hermano. —Doyoung me dijo que ese androide raro entró a la sala de control, al principio no le quería creer porque... Bueno, hablamos de un AI celoso de las nuevas tecnologías.
—Lo voy a matar —susurró John, cerrando los ojos para contener su ira.
—Mejor piensa un poco antes de actuar —sugirió Irene, con seriedad. —Tienes a Doyoung, que grabó lo sucedido en su memoria. Eso es una evidencia, puedes mostrarla ante todo el público el día del debate, para hacer que Taeyong pierda credibilidad y los patrocinadores se den cuenta de que apoyan a una mala persona. No es que esté del lado de alguno de ustedes, solo quiero que nuestro hermano deje esa maldita obsesión. Por su propio bien.
La idea que tenía Irene era demasiado buena y claro que planeaba ejecutarla, pero su mente ahora mismo se encontraba ocupada, pensando en como estaría Doyoung y lo enojado que debería de sentirse. Debió de haberle hecho caso desde un principio.
—Doyoung, ¿se encuentra bien? —preguntó, cambiando completamente de tema.
Irene suspiró. Ya estaba acostumbrada a que sus hermanos pasaran por alto sus comentarios.
—De funcionamiento sigue excelente, como siempre, pero emocionalmente... ¿cómo explico esto sin escucharme como idiota? —Irene pretendió pensar y después le dió un golpe en la cabeza a su hermano. —John Seo, hiciste que un holograma entrara en depresión, y ni siquiera sé si eso es posible.
—¿Por qué habría de estar triste? Siempre lo he tratado como a un miembro de mi familia, e incluso tiene ítems exclusivos. Fue él quien me ignoró y se la vivió jugando Pacman durante estos días.
¿Acaso ahora tendría que lidiar con un Doyoung mimado? era su culpa.
—John, cariño, ¿qué es Doyoung?
—Un holograma de compañía, por supuesto.
—¿Y el androide?
—Un androide de compañía, creí que eso estaba claro.
—Un androide con demasiadas funciones bastante útiles al cual metiste a tu hogar, dejando de lado a tu propia creación, sólo por querer admirar a esa cosa fabricada con el único propósito de hacer quebrar a tu compañía —dijo Irene, con seriedad. —Podrás ser muy inteligente, pero también eres ingenuo. Le diste paso a tu hogar a esa cosa para que terminara robando información que puede servirle a Taeyong para tratar de hundir tu carrera. Peor, dejaste que el androide reemplazara a Doyoung, tu propio invento, la cosa por la que trabajaste durante años, un holograma con quien has convivido la mayor parte del tiempo en estos años.
—Lo sé...
El pobre científico lucía bastante avergonzado. Sabía que no era así de idiota, solo se dejó llevar por algo nuevo y cayó en una trampa que podía costarle su reputación.
—Claro que lo sabes. Hiciste que Doyoung se sintiera inútil en comparación a una máquina que podía tocar cosas —le reclamó, con el ceño fruncido. —Si un día llegara yo a meter algo nuevo dentro del mercado, desplazando tus productos... ¿cómo te sentirías?
—Horrible.
—Así se sintió el pobrecito de Doyoung.
Ambos adultos tomaron rumbo al departamento de Irene. John no pudo dejar de pensar durante todo el camino en otra cosa más que el soborno que tendría que darle a su holograma para que este lo perdonara, porque conocía a Doyoung, tal vez ahora mismo estaba llorando por el miedo al abandono, y de tan solo imaginarse esa carita triste se le rompía por completo el corazón.
Bueno, eso fue antes de que llegara a la conclusión de que su holograma lloraba píxeles.
Aún así, ese sentimiento extraño en su pecho estaba matándolo. Debería de moderar sus propios pensamientos antes de que no pudiera dar marcha atrás.
Fue un viaje largo y silencioso, tenía miedo de hacer algún comentario que molestara aún más a su hermanita. Nadie quería a una Irene furiosa, mucho menos tan temprano.
—¡Doyoung! —llamó Irene una vez que abrió la puerta del departamento, dejando pasar a su hermano.
El holograma apareció casi de inmediato con una enorme sonrisa, la cual fue eliminada cuando pudo darse cuenta de la presencia del científico.
—Señorita Suh —Doyoung ignoró por completo a su creador y pasó de él, colocándose a un lado de Irene.
—Doyoung, no seas así conmigo —John se acercó a ambos, sintiéndose triste. —Me encontraba demasiado preocupado por ti.
—¿SiCheng ya te convenció de desactivar mi sistema? —atacó Doyoung.
Auch.
No se dirigió a él con el mismo tono que siempre utilizaba, tampoco con el apodo de "señor Suh" y esa sonrisa traviesa tan característica suya. Había una mirada llena de preocupación en el holograma, la cual intentaba ocultar con su enojo por la situación.
Tenía miedo de ser eliminado.
Y él simplemente lo hizo a un lado.
—Me moriría antes de hacerte una cosa así de horrible —aseguró John. —Te lo prometí mil veces.
—Te impresionaste tanto con un androide que podía hacer tantas cosas nuevas que tú no podías lograr conmigo...
—Me equivoqué, lo acepto... Me equivoqué con todo. No debí dejar que Taeyong accediera a nosotros por medio de ese maldito androide —John despeinó sus cabellos por la frustración que estaba sintiendo. —Doyoung, vamos a casa, ¿sí? tenemos un debate pendiente y de esto vale nuestra reputación. No puedo hacerlo sin ti, somos un gran equipo.
El holograma pareció pensarlo un poco, hasta que el enojo desapareció de su expresión, dejando la pequeña sensación de tristeza que emanaba inconscientemente.
—¿Aún me harán mi abrigo color café? —preguntó con inocencia, haciendo sonreír al científico.
—Tendrás eso y mucho más, todo lo que pidas —John asintió, sintiéndose aliviado.
Estaba recuperando la confianza de su Doyoung.
—Bien —Doyoung se balanceó de un lugar a otro, para después mostrar una pequeña sonrisa. —Tenemos un debate que ganar, señor Suh.
—Ese es mi chico —John, con la alegría desbordando de su cuerpo, levantó su mano en clara señal de querer chocar los cinco, a lo que Doyoung respondió de inmediato, imitando el gesto entre risas.
Mientras ambos se ponían al día, Irene solo los veía en silencio, analizando la situación. Ambos parecían demasiado cómodos con la presencia del otro, lo cual le parecía sorprendente, considerando que uno era una mera inteligencia artificial y el otro un ermitaño por naturaleza. Su hermano odiaba la presencia de gente ajena a su círculo social, el cual consistía de ella, Yuta, Jaehyun y su madre.
Ahora podía ver qué Doyoung era uno más de los incluidos.
Y John permitía que ese holograma le molestara constantemente, sin sacarlo de quicio.
—Dios mío, mi hermano va a terminar loco y enamorado de una AI —susurró para sí misma.
![](https://img.wattpad.com/cover/248772248-288-k256016.jpg)
ESTÁS LEYENDO
𝗔𝗜:𝗕𝗢𝗬 | JohnDo
Fiksi PenggemarAI es una inteligencia artificial con forma de holograma que tiene como único propósito hacer que la gente del mundo se sienta menos sola. Seo John, de veintinueve años de edad, es el empresario y científico detrás de todo este proyecto, así que, po...