DISPUESTO A TODO... 7

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salió y encontró a Gerald apostado en la pared.

– Ha estado aquí, ¿ no se ha retirado? – asintió. – Minerva, ¿no lo ha visto?.

– No, no ha pasado por aquí.

– Gracias al cielo, si lo ve puede castigar a mi niña, o dejarlo para que la comprometa –  tembló, Antia sabía las intenciones de Minerva.

– Tranquila, Minerva no sabrá que estuve aquí, ahora dime; ¿Por qué lady Ashford estaba tan consternada?.

– Es que...–  se estrujó los dedos.

–Dime la verdad, no me mientas – negó, no quería que nadie supiera lo que habían descubierto.

– Ay... no puedo – volvió a estrujar sus dedos.

Dio media vuelta para meterse en la recamara antes que el señor Griffing la retuviera por más tiempo.

Gerald sonrío, la cortejaría y convertiría en su esposa.

Ya verás, te haré inmensamente feliz; tu doloroso pasado sería un lejano recuerdo.

Se alejo, regresaría a ella.

Debía cumplir la promesa que le había hecho a Silence sobre convertir la vieja cabaña en un pequeño lugar donde ella pudiera tocar sus amados instrumentos.

Cabalgó hasta su propiedad, al llegar a las altas rejas de hierro se detuvo para contemplarla; sabía que Silence sería muy feliz allí.

– Mi lord, ¿Cómo está? – hizo una reverencia ante su amo.

– Excelente, cómo han estado las cosas aquí?.

– Todo en orden señor – informó.

Traspasó las puertas de la propiedad, hacía días que no veía a su hermana.

Las puertas fueron abiertas por su mayordomo, quién lo recibió complacido.

–Mi lord, bienvenido – Artemio hizo reverencia ante su amo.

 – Gracias;  mi hermana, ¿está en la mansión?

– Si mi lord, esta en la sala de bordado.

– ¿¡ Hermano !? –Dacy corrió  al verlo llegar – ¿Cómo te ha ido?, haz logrado tu cometido.

–Aun no, estoy en eso, pero créeme voy por buen camino.

Sonrió, la felicidad se reflejaba en su mirada.

– Quiero que me secundes en algo – pidió mirando los azules ojos  de su hermana.

– ¿En qué? – inquirió  ansiosa.

– Eres muy curiosa – sonrío antes de besar la frente de Dacy – En muy pocos días retorna el administrador de Orange, deseo hacerme pasar por el administrador de esta propiedad, deseo traerla para que la conozcas.

Sonrió emocionada, ya deseaba conocerla. Conocer a la mujer la cual era la causante de la felicidad de su querido hermano.

– Deseo que  ese día llegue.

–  Pronto hermana, pronto la conocerás, primero debo acercarme más a ella, ganarme su confianza.

ORANGE ROSES...

Silence miraba llena de tristeza por la ventana, había vuelto a su estado de mutismo.

Antia la miraba muy preocupada, su lady había avanzado mucho los últimos días; y ahora. Había vuelto a enmudecer.

– No se sumerja en su silencio, hableme, dígame algo – pidió  con un nudo en su garganta.

Negó vigorosamente.

 ORANGE ROSES..... EL SILENCIO DE TUS LABIOS...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora