DESPERTANDO AL AMOR 9

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Silence caminaba tomada de la mano de Gerald.

– No es debido que este tomada de la mano con usted– dijo nerviosa – además, nos estamos alejando del jardín – dijo mirando hacia atrás.

– No tema, nadie nos verá; además su honor no estará en entre dicho – Silence sonrió, el estar con Gerald la hacia sentir segura.

– A dónde me lleva, Antia pronto saldrá al jardín a buscarme– dijo mirando el oscuro camino que habían tomado, y el cual solo estaba alumbrado con el farol que Gerald tenía en su mano.

– No sea curiosa, ya verá el lugar al que la llevó – Silence asintió.

– Quisiera que este tiempo juntos jamás terminará – Gerald se giró y la tomo por las mejillas acercó sus labios a los de ella, Silence cerro los ojos esperando el suave toque.

– Tampoco quiero que termine – cerro la distancia entre sus labios apoderándose de los suaves de Silence.

Agitada miraba a Gerald a los ojos, sonrió escondiendo su mirada.

– Eres tan hermosa– dijo tomándola por la cintura.

– No me diga mentira – dijo sonrojada.

– No es mentira, usted es la joven más hermosa que he visto.

Silence lo miro y entre cerro los ojos.

– No me diga que un hombre tan guapo como usted no tiene una esposa que lo espere en casa!– dijo elevando una rojiza ceja.

– Le digo que no, soy viudo. Mi mujer murió hace mucho en un accidente – silenciosa lo miró, sentía vergüenza al haber dicho aquello – no se sienta mal, usted no tenía como saberlo, ahora venga conmigo– dijo tomando de nuevo la pequeña mano de Silence y llevandola a su destino.

– No me diga que hemos cruzado a la propiedad de lord Antury– Gerald asintío.

– Si, le digo algo– dijo en un susurro – él duque es muy amigo conmigo, él me cedió está vieja cabaña.

La joven lo miro y sonrió.

– Quiero enseñarlo la sorpresa que le tengo.

Caminaron unos metros hasta llegar a la pequeña cabaña, Gerald abrió la puerta, la cabaña estaba oscura; por lo cual no podían ver nada.

– Está muy oscuro, mejor me quedo aquí y espero a que usted encienda la chimenea – frotó sus brazos con sus manos, comenzaba a sentir frío; una vez Gerald encendió la chimenea la llamo para que se acercará.

– Venga un momento, debe calentarse– hizo caso y se acercó a la chimenea, la cual poco a poco comenzaba calentar el lugar.

– Y mí sorpresa? – Inquirió con  curiosidad.

Gerald la miro y sonrió.

– En la recamara de allí– Silence pidió permiso con la mirada – puede seguir.

Se levantó de su lugar y camino hacía la recámara, tomó el pomo de la puerta con su mano y giró la manija.

Miró a Gerald antes de abrir completamente la puerta.

– Tiene miedo!– dijo llegando ella en dos zancadas.

– No, porque usted esta aquí.

Sonrió de lado, le gustaba sentir las tibias menos de Gerald en su piel.

– Yo termino de abrir la puerta, cierre los ojos– dijo acercándose más a ella, rosando las nalgas de Silence con su miembro; hizo que está gemiera.

– Que fue eso – Gerald se acercó al oído de Silence.

– Mi miembro– dijo con voz ronca.

– Oh Dios!, Creo que mejor regreso a la propiedad – trato de salir pero Gerald la tomo por el antebrazo.

– No tenga miedo, llegaré y haré lo que usted me permita.

Temblorosa lo miró, pero sin entender porque asintío, sabía que él no le haría daño alguno.

– Mejor entre, y dígame si le gusta lo que encontrará allí.

Silence dió un paso dentro de la recámara y lo que vio la dejo sin palabras.

– Señor Griffin, de dónde ha sacado estos instrumentos!?– Gerald sonrió complacido al ver la alegría en el rostro de lady Ashford.

– Eso no se lo diré, hasta que no llegue el momento adecuado, ahora. Asegureme que este sea nuestro lugar de encuentro, confíe en mí, jamás le haré daño, solo quiero estar con usted.

Escondió su mirada, le daba miedo pasar los límites.

– No tema, siempre la respetaré, solo quería tener un lugar para los dos.

– Está bien– dijo recostando su cabeza al pecho de Gerald.

El duque bajo su rostro para absorber el delicioso aroma del cabello de su amada lady Ashford.

– Quiero tocar el piano– dijo cercandose a un pequeño piano de cola color blanco, el cual estaba cerca de la ventana.

– Todo esto es suyo, toquelos.

Se sentó en el sillin, levantó la tapa y comenzó a tocar claro de luna.

Cerro los ojos y se dejó llevar por las notas que salían del instrumento.

Gerald se acercó a ella, apartó el cabello de su cuello y beso esté.

Silence dejo escapar un agonicos gemido.

– Lady Ashford, usted me vuelve loco – siguió besando la pecosa piel de la lady.

Silence dejo de tocar el instrumento y se dió la media vuelta para enrollar sus brazos al cuello del duque.

– Señor Griffin!– abrió los ojos como plato al sentir que su intimidad latía.

_ Tranquila, solo deje que la ame,  sin miedo – Silence trago en seco y cerrando los ojos asintió.

La tomo en brazos y la coloco sobre una mesa que estaba en la salita, cerca a la chimenea.

Silence tomo el rostro de lord Antury entre sus manos y sin miedo beso los labios de este.

Gerald metió su mano bajo las faldas de Silence quien abrió los ojos de par en par al sentir que él hombre recorría su desnuda piel.

– No tema, no haré nada malo– asintío, sabía que el mantendría su palabra.

Se apoyo en la mesa, dejando que Griffin actuará.

Sintió cuando el hombre elevó su trasero para quitarle el bombacho, observó cómo este colocaba sus piernas abiertas sobre dos taburetes ; y como lo perdió vista, abrió la boca al sentir que Gerald invadía su intimidad con su esposa lengua.

– Que hace!– dijo entre jadeos.

– Amarla.

Llevo ambas manos a la cabeza de Griffin, no soportaba aquello tan delicioso y tormentoso que el estaba haciendo en su intimidad.

– Oh por Dios! – jadeo al sentir que perla estallaría con todo lo que estaba sucediendo, se dejó caer sobre la mesa y abrió más sus piernas,  su respiración se había vuelto más pesa y sus caderas se movian como si hubieran cobrado conciencia.

Griffin pasaba su lengua de arriba a bajo y la penetraban con ella, Silence soltó un largo y agonicos gemido debido al éxtasis que había alcanzado.

Griffin salió de entre sus piernas y la miró agitada sobre la mesa.

– Sabe que después de haber tenido un orgasmo se ve más hermosa.

Silence sonrió con las últimas fuerzas que le quedaban y laxa se quedó tendida sobre la mesa.

 ORANGE ROSES..... EL SILENCIO DE TUS LABIOS...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora