UNA DULCE VERDAD 17..

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Sentado en su sillón miraba a través de la ventana.

– Llego a  Orange cuando tenía tan solo siete años, pelirroja, sonriente y llena de vida; era pleno verano y yo también era un niño el cual no tenía ninguna preocupación. Mi madre no era clasista y mi padre menos, así que nos dejaron ser amigo.

– Y la amaste?– Inquirió con ojos brillantes.

– Mucho, ella era mi vida.

– Sigue padre, quiero conocer su historia de amor.

– Comenzamos como amigos, cabalgabamos juntos, nadabamos en el lago, trepabamos árboles, en fin. Todo lo hacíamos juntos, ella estudiaba con mis hermanos y conmigo, como era la hija del administrador mi madre lo permitió, hasta que tuve que marcharme a Francia por mis estudios, ella quedó siendo una primorosa jovencita de trece años, cuando volví ya era toda una mujer, la evite al volver, sabía que no podía ceder a mis anhelos de amor hacia ella, sabía que era un imposible. Pero, por más que luchamos nuestro amor terminó venciendo toda razón.

Silence sonreía emocionada, lágrimas salían de sus ojos.

– Cada día éramos más cercanos, pero... Nos separaron, debíamos tomar caminos diferentes, me case con la condesa y ella con el prometido que su padre había conseguido; luego ella quedó viuda a causa de la viruela que azotaba Londres en ese momento, un día nos volvemos a encontrar y descubrimos que nuestros amor seguía intacto, comenzamos a vernos, hasta que un día ocurrió lo que anhelabamos, nos entregamos el uno al otro, pero.... _ suspiró pesaroso –  Por mucho tiempo seguí viendo a escondida a mi dulce Sophia.

– Así se llamaba mi madre!– Inquirió emocionada.

– Si, ese era su nombre.

– Me amaba padre?.

– Más que a su vida, eras su adoración.

Silence limpió las lágrimas que empañaban su visión.

– continúa por favor.

– Bueno– paso las manos por sus pantalones– la continúe visitando, le había puesto una casa en Regency, vivía cómodamente. Una noche me sorprendió con la noticia de su embarazo, estaba en cinta de tí. Fui el hombre más feliz, al fin tendría un fruto de nuestro amor.

Silence sentada a los pies de su padre escuchaba la historia que este le contaba, lloraba emocionada al escuchar la verdad de labios de su padre.

– Naciste, eras una cosita tan pequeña e indefensa, de cabellos anaranjados y nariz pecosa. Tus largas pestañas reposaban sobre tus mejillas. Todas las noche te visitaba a ti y a tu madre, pero meses después la desgracia tocó a mi puerta, ella había  fallecido debido a la viruela que azotaba al país en ese entonces.

Silence Gimió.

– Aún con su piel manchada debido a los granos era preciosa. La ame más que a mi vida – dijo llorando– han pasado los años y mi amor hacía ella no ha desaparecido– llevo una mano a su pecho –  me duele como el primer día, cada vez que te veo es como si la viera a ella.

Se levantó de la alfombra y abrazo a su padre.

– Tienes algún retrato de ella?– el conde asintío.

– Si – caminó al escritorio, tomó su saco del respaldo de la silla y saco una pequeña pintura de bolsillo.

La entrego a Silence.

– Era preciosa!– paso sus dedos por la acuarela.

– Es tuya ahora, guárdala.

– Pero, y tú cómo la recordaras.

 ORANGE ROSES..... EL SILENCIO DE TUS LABIOS...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora