Introducción.

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Dominik

—¿Te sigue atormentando?.— Se escuchó una dulce voz en aquella habitación oscura.
—No me atormenta... Cállate de una buena vez... — Un nudo en la garganta se hacía presente al articular esas palabras hacia su hermana.
—Min, no fue tu culpa, no fue culpa de nadie.
—¿Cómo dices que no fue culpa de nadie?. Las cosas pudieron haber sido diferentes.
—No tienes por qué...
—¡Cállate!.

Aquél grito dirigido a su hermana lo había hecho sentir culpable. La mente de Dominik no daba para más. Sus pensamientos lo consumían cada segundo que pasaba, nublado de cierta forma la manera en la que se expresaba en ese momento.

Dirigió la mirada hacia el labio inferior de su hermana percatándose de que esta  lo mordía con fuerza mientras las lágrimas recorrían sus mejillas para después caer de su mentón. Aquellas frágiles manos se posaron lentamente sobre los hombros de su hermano aplicando un poco de fuerza para que este se recostara lentamente en el sofá en el que se encontraban.

—No deberías de estar así.— Comentó Dominik entre susurros.
—Eres un tonto... No puede ser que yo esté más preocupada por como te sientes que tú mismo...
—Deberías de dejar de preocuparte por todo. Algún día te dañará.

Una voz quebrada salió de entre sus labios cantando una de las canciones que ella había compuesto. Era imposible ocultar lo que sentía por la forma en que cantaba. Dominik, con susurros, acompaño la canción de la chica. Las miradas se cruzaron. De un momento a otro la sensación de las manos de su hermana paseando por su cabello se hicieron presentes.

—Tu voz es mejor cuando cantas con tus sentimientos a flote.— Dijo Dominik como cumplido.
—No me tragare tus halagos. Es tu culpa que yo no pueda estar bien en estos momentos.
—Entonces déjame hacerte feliz para compensarlo.— Susurró Dominik en su oído.


Ale

—Lo que acabas de agregar sonaría mejor con algo de delay en tu guitarra. Créeme, dará un mejor efecto.- Comentó Yarleth al escuchar el avance de la composición de Ale.
—Hazlo por mí, aún no estoy convencido con el tempo, quiero probar jugando un poco con el.

Yarleth se sentó en el escritorio frente a la pc en la que se están grabando los instrumentos. Ale, por su parte, tomó la libreta dónde estaba escrita su composición para hacer unos cuántos cambios.

—Necesito sinónimos para algunas palabras.

Yarleth, buscando entre las carpetas de música de la PC, encontró una carpeta llamada "Respaldo música USB" la cuál no dudó en abrir y reproducir el primer título familiar que encontró.

—My Chemical Romance, pensé que le habías perdido el gusto a esa banda hace años.— Comentó entusiasmada.
—Me acompañó por años en mi juventud, marcó una parte de mi vida.- Contestó Ale con cierta nostalgia.
—No puedo creer que te negabas a escuchar una de las canciones más famosas de ellos. Ahora no dejas de cantarla.
—"¿Qué es lo peor que yo podría decir?."— Mencionó Ale en referencia a lo que Yarleth había mencionado.
—No necesitas traducirla literalmente sabelotodo. Solo porque hace poco empezaste a hablar con personas que hablan inglés ya te pones a presumirlo.— Mencionó de manera coqueta.
—Puedo presumir que soy interesante para ellos y no es por la música.
—Es por lo que pasó antes...

Aquellas palabras apagaron por completo el ambiente que se estaba creando entre los dos haciendo que lo único que se escuchara en el lugar era la canción "Helena".

—Yo no pedí que nada de eso sucediera.
—Nadie lo pidió, ¿Crees que Ali y las demás también lo quisieron?, aún peor, Dominik.
—Pudimos haber hecho algo... Habríamos podido haber evitado lo que pasó...
—Pero no fue así, Ale. Si todos hubieran...— La oración de Yarleth fue interrumpida por la voz tajante de Ale.
—Pero no lo hicimos.


Alice

—Estamos a poco tiempo de salir, Ali.

Aquella chica que estaba perdida en sus pensamientos reaccionó ante la voz de Ana, quien entraba de vuelta en la habitación en donde esperaban para tocar. Alice posó la guitarra que se encontraba cerca de ella en su espalda, dispuesta a salir al escenario, llamando así la atención de Lucy.

—¿Estás bien?.- Preguntó Lucy.— Es la primera vez que te veo tan distraída.
—Creí ya haber superado todo y... Al parecer sigo pensando en ello... ¿Cómo puedes estar tan tranquila?.— Dijo Alice, haciendo una pequeña mueca de dolor.
—Nunca lo estoy.— Respondió Lucy.

La música del grupo que estaba presentándose había cesado. Lucy y Alice tomaron sus respectivos instrumento para dirigirse al escenario en el que se presentarían, encontrándose en el camino con Rosette. Las miradas se cruzaron en lo que parecía un momento eterno para después, cada quien siguiera su camino sin cruzar palabras.

Al subir al escenario los gritos de la gente se hicieron presentes. Era imposible no sentir la euforia de las personas que esperaban disfrutar de un gran concierto.

Ana se dirigió a la batería, tomando las baquetas que se encontraban a un costado de la misma. Lucy se posó frente a un micrófono tomando con fuerza el mástil de su bajo. Alice, por su parte, se quitó una medalla que colgada de su cuello para colocarla justo en el mecanismo de la guitarra. Levantó la guitarra hacia el cielo con su mano izquierda, y, con su mano derecha, soltó la cadena que se encontraba del lado derecho de su pantalón para tomar la púa que colgaba de ella.

—Espero que todo salga bien.— Susurró Alice.

Lucy, por su parte, colocó una pulsera que tenía colgando una púa de metal en su mano izquierda. Ana tocó la púa que colgaba de su cuello en un delgado collar.

—"Recuerda que siempre haremos esto pensando en ti".

Ana repitió las palabras que siempre dice en toda presentación después de lo que había ocurrido en el pasado. Podría decirse que era lo que las distinguía desde entonces. Mucha gente especulaba el motivo de aquél tipo de ritual que siempre cumplían antes de tocar, siendo aquellas púas lo que más daba qué pensar.

—Esta noche... No será igual que las demás. Las estrellas ya no brillan desde entonces.

LaveyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora