Lena Luthor, una simple chica de Búfalo, por cuestiones de la vida misma, Lena pierde su trabajo y no puede seguir pagando a la niñera que se quedaba con sus sobrinos. Se siente en un pozo del cual no puede salir, pero una noche, por invitación del...
Ver a Lena después de tantos años, hizo que todo lo que siento por ella volviera a surgir, bah... decir que volvieran a surgir, es un decir. La cuestión es que nunca deje de amarla, pero obligue a mi mente y corazón a tratar de olvidarla. Y eso funcionó, hasta que ella volvió a cruzarse en mi camino, haciendo que todo mi mundo se pusiera de cabeza. Durante estos cinco años jamás deje que alguna otra mujer ocupara su lugar, porque sentía que la estaba traicionando, a pesar de que yo misma tomé la decisión de alejarla de mi vida. Como le dije al volvernos a ver, no quería que ella cargara conmigo y que por estar así, se sintiera en la obligación de estar a mi lado.
Ahora estando en la soledad de mi habitación mirando desde la ventana hacia el frente del castillo, viendo como Lena y su novia jugaban con mis sobrinos y se mostraban afecto, empecé a pensar y después de varios minutos, llegué a la conclusión de que fui una total y completa imbécil al haber tomado una decisión tan equivocada. Podría decir que era la peor en toda mi existencia. El dar por hecho algo que tendría que haberlo hablado con ella, fue la peor cosa que pude haber hecho, de lo contrario ahora hubiésemos tenido la misma suerte que Alex y Sam, nos hubiésemos casado y tenido hijos, y hubiésemos vivido en el reino de mi madre, que ahora era mío por derecho. ¿Pero ahora de que me sirve todo un reino, si no tengo a la mujer que amo a mi lado? Lo único que hice con mi estupidez, fue arrojarla a los brazos de otra mujer y que ahora Lena me odiase y con justa razón.
Al repasar los hechos, noté que la novia de Lena tenía similitudes conmigo, prácticamente era igual que yo, excepto en las facciones del rostro. Lo que en mi interior, me hace pensar que ella no me olvido y no me dejó de amar como ella me dijo. ¿Será que tengo oportunidad de recuperarla? ¿Qué quizás me siga amando? Y centenares de preguntas más siguieron llegando a mi mente, hasta que Alex apareció en el cuarto.
Alex: Por lo visto, la nueva novia de mi cuñada no te ha caído en gracia, ¿verdad?- dijo burlona, poniendo más sal a la herida.
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Kara: ¡Cierra la boca, Alex! No me la recuerdes- dije enfadada golpeando los apoya brazos de la maldita silla de ruedas- ¿Por qué no me dijiste que Lena tenía novia?
Alex: Si mal no recuerdo, hermanita- camino hacia la cómoda y se apoyó en ella cruzándose de brazos- Tú misma pediste no saber más de ella cuando te fui a ver al hospital después de tu accidente. Y todavía me siento culpable por no haberles dicho la verdad, sobre todo a Lena.
Kara: Pues no deberías, por lo visto, hizo su vida nuevamente y me olvidó con facilidad, no me amo lo suficiente como dice haberlo hecho- dije con sorna, manteniendo mi vista en la ventana, viendo el momento exacto en que Lena y su noviecita se daban un beso, provocando un malestar y un dolor muy fuerte en mi pecho.
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