Capítulo 3

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Jason

Después de la noticia que nos había dado Mia, nadie tenía ánimos de seguir en la fiesta, todos tenían motivos para preocuparse del regreso de los Chadburn. Casi todos lo que habitaban en Shaftestone se habían enterado de la llegada de Carlo Chadburn y su familia.

Llegue a casa, mis padres también se habían enterado, todo el puto mundo sabía y me estaba jodiendo que me lo repitieran constantemente, admito que Aikiara cambio mi vida, pero habían pasado dos años y eso que creía sentir por la niñata se fue perdiendo. No sé con que intenciones venga, pero estaré preparado, esa niña no me va a volver a enredar.

-Yo también se jugar Aikiara, y soy el mejor jugador.

A la mañana siguiente, me aliste para ir al instituto, desayune y agarre las llaves de mi BMW Z4, había sido un regalo de cumpleaños de parte de mi abuelo. Pase por Bastian y Maddox, siempre llegábamos juntos. Ellos se encontraban muy nerviosos por todo lo que esperábamos que pasara, en cambio yo ocultaba un poco ese nerviosismo.

-Me estoy cagando y eso que yo no le hice nada a ellos. Ya me imagino como estarán ustedes. -nos dice Maddox.

-¿En serio crees que estamos asustados? -dice Bastian haciéndose el valiente- Desde que decidieron irse perdieron cualquier poder que tenían sobre nosotros.

-Eso es cierto, se equivocan si creen que volverán y todo será lo mismo. -Digo, pero algo me dice que Aikiara y sus hermanos lo saben por lo tanto siento que eso les dará más poder del que tenían.

Llegamos al instituto, como siempre llamamos la atención, esta institución está llena de personas como mucho dinero y poder, pero nadie como nosotros o como los Chadburn, por eso que en cualquier lugar que estemos siempre seremos vistos como superiores.

Bajamos del coche y nos vamos a nuestro lugar habitual antes de entrar a clases, a lo lejos veo a Melanie y sus amigas más arregladas de lo usual, sonrió al ver que en ellas la llegada de esa familia significa perder lo que son ahora, se acercan hacia nosotros, quieren ocultar su nerviosismo, pero son pésimas, todos los alumnos están ansiosos, algunos por conocerlos otros por volverlos a ver. Sin embargo, los más jodidos por su llegada somos Bastian, Melanie y yo.

-¿Cómo se imaginan que sean ahora? -pregunta Cynthia

-No lo sé y no me interesa, seguro siguen siendo los niños perfectos, ingenuos e idiotas que eran antes. Aikiara con su ropa perfecta, vestida de monja, con su coleta y un moño, como una estúpida niña al igual que su hermana Nora -dice Melanie con reproche.

-Pudieron ser todo eso, pero aun así eran los mejores y reinaban aquí, en cambio tú eras, perdón sigues siendo una oportunista, interesada y hacías cualquier cosa por llegar a su lugar, un lugar que nunca alcanzaste ni alcanzarás ni pasando los años. - Siempre Maleeka haciendo sus apariciones épicas y haciendo enfurecer a la garrapata mayor.

-Estúpida, aun sigues defendiéndolos, cuando ellos ni siquiera se acordaron de ti para despedirse. -dice Melanie con veneno.

-Eso es lo que crees, no tengo porque darte explicaciones de nada- dice mi hermana tranquila, situándose a un lado de mí.

En un momento todos se quedaron en silencio y veían un punto en específico, venían dos coches un Audi R8 y un Maserati Alfieri. Tan solo ver aquello mi corazón se empezó acelerar, sabia de quienes eran esos autos. Los vidrios estaban polarizados, así que no pudimos ver bien cuando pasaron cerca de nosotros, mi hermana de incorporo y se alejó, quedándose quieta a unos metros de nosotros viendo los autos estacionarse. De pronto del Maserati salen Noah, Mika y Rosaline, con unas sonrisas arrogantes como si estuvieran esperando tanto este momento, nadie se movía, todos estábamos atentos en cada uno de los movimientos que hacían, voltee a ver al otro auto, mi corazón latía desembocado, estaba seguro que en ese Audi se encontraba esa tonta niña, del coche salió Asher igual que los demás, y se acercó a las dos puertas del otro lado, cada paso que daba se me hacía tan desesperante, quería que abriera de una puta vez esa puerta, que saliera ella y comprobar que ya no sentía nada.

Deseos peligrososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora