Deseos peligrosos

Prólogo

Las experiencias son hechos que marcan por siempre la vida de un persona, desde pequeños vamos creando un mundo de experiencias que a la larga nos ayudan a construir la persona que seremos en el futuro. ¿Qué pasa cuando solo recuerdas cosas aberrantes? Tú infancia fue marcada por perversión y maltrato, tu vida sigue llena de sufrimiento y en lugar de pararlo sigues agregando más y más porque llega un punto donde vivir sin dolor, ya no es emocionante, ya que no conoces algo diferente a eso. Para esas personas su mundo está lleno de tristeza, depresión, ansiedad, rencor, enojo, frustración y sobretodo temor.

¿Qué tan jodida está la puta sociedad para seguir produciendo año tras año personas con tantos trastornos mentales?

Desde pequeños los hermanos Chadburn han sufrido por el peso de su apellido, no conocen otra cosa más allá de lo que su progenitor les ha enseñado, pero vamos, su padre es un magnate, son extremadamente millonarios. Y se preguntarán ¿cómo alguien que lo tiene todo en la vida puede sufrir tanto? Bueno, creo que sabrás la respuesta pronto.

Hace 10 años...

Narrador omnisciente

En la mitad de aquel salón se encontraba una pequeña, el día había sido un completo desastre para ella y su familia, pero la niña tenía esperanza de que todo mejoraría pronto. Sin embargo, no sabía que tan solo ese día iba a ser el principio de su tormento.

—Repite conmigo —aquel hombre la miraba con unos ojos tan parecidos a los de ella, sus ojos eran de un azul intenso con destellos grises—. Las niñas que se portan mal obtienen un castigo.

—Las niñas que se portan mal obtienen un castigo —repitió mientras empezaba a llorar.

Ella no entendía que pasaba, él nunca se había comportado así, le gustaba jugar con él a las escondidas, pero hoy él se estaba comportando de una manera distinta, un tanto violenta y tan solo mirarlo te dabas cuenta de que estaba furioso. La pequeña solo quería que ese día acabara, su hermano mellizo se había roto un brazo y su madre lo había llevado rápidamente a urgencias. Ese día era el festejo de cumpleaños de los mellizos Aikiara y Asher, habían cumplido 8 años, pero todo había salido mal. La pequeña ansiaba la hora de dormir y poder abrazar a su conejito de peluche.

—No llores, mi amor. Yo estoy aquí para cuidarte, pero debes entender que cuando alguien se porta mal debe de recibir una corrección para que no lo vuelva a hacer —dijo aquel hombre sujetando fuertemente la diminuta mano de la niña.

—Pe, per...pero yo no hice nada —respondió.

—Claro que si, querías ir con tu mamá y tu hermano, no te querías quedar conmigo a cuidar al resto de tus hermanos e hiciste una rabieta por ello —cada vez que hablaba lastimaba más su mano.

—Lo lamento, no quería que eso te hiciera sentir mal.

—Yo también necesito atención muñequita —dijo el hombre.

—Lo siento, yo solo quería estar con mi hermanito — Aikiara empezó a llorar con más intensidad.

—Tranquila princesa —dijo el hombre mientras soltaba a la niña y le sonreía—. Para que dejes de llorar, no te castigaré.

—¿De verdad?

—Si, pero debes de compensar tu rabieta de hace un horas.

La niña se limpió las lágrimas de sus ojos y le sonrió, la inocencia reflejándose en su pequeña cara. El hombre no pudo ocultar su emoción al ver tal gesto.

—Haré lo que quieras para que ya no estés triste y enojado conmigo —dijo Aikiara.

—Perfecto, mi cielo. Vamos a buscar unas cosas a la habitación —dijo el sujeto.

La niña empezó a caminar obedientemente detrás de él, si Aikiara hubiera sabido que le esperaría detrás se esa puerta, jamás hubiera subido aquellas escaleras.

"El que lucha con monstruos debe tener cuidado de no convertirse en un monstruo".

― Mark Twain

...

Bueno, hace días estaba leyendo las partes publicadas de este libro y dije necesito cambiar urgentemente esto, entonces empecé a modificar muchas cosas y aquí está un nuevo prólogo.

Iré editando poco a poco los demás capítulos. Gracias y espero que mis antiguos lectores sigan conmigo. Perdón por tanto retraso