Capítulo 11

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Aikiara

Odio que arruinen o se metan en mis planes, odie el puto momento en que no me percate de la presencia de otra persona en el lugar, pero no será problema para mí, tengo perfectamente calculado lo que hago.

Dejo a mis hermanos atrás cuando empiezo a caminar en la dirección de aquel imbécil, ninguno me sigue, saben que yo me encargo de hacer callar a las personas que se meten en nuestros asuntos.

—Detente.

—¿Qué me detenga?

—Sí, es lo que te acabo de decir.

—Créeme que no soy tan estúpido al quedarme aquí cuando yo mismo vi esos cuerpos, aun poseo instinto de supervivencia

Iba rápidamente hacia la salida, me pregunto quién lo habrá dejado pasar y creo que se la respuesta, mi madre. Ella no sabe lo que hacemos y por eso creo que fue ella la que le permitió el acceso y le hizo saber dónde nos encontrábamos.

—No sé qué mierda pasa con ustedes, pero es momento de que se detengan.

—¿Por qué no te encuentras más escandalizado Maddox? —pregunto sabiendo la respuesta —. Porque cualquier persona sin problemas mentales o sin haber cometido semejante atrocidad estaría horrorizada, ¿no lo crees?

—Deja de jugar conmigo Aikiara

—Mi lugar de juegos es en la cama, asi que ahora no estoy jugando —le digo con un tono divertido.

—¿Qué hubiera pasado si en vez de ser yo hubiera sido otra persona quien los observaba?

—Bueno, tal vez ahora estuviera a punto de perder las orejas y los ojos por haber visto y escuchado cosas que no —se pone más tenso y nervioso—. Pero tranquilo que contigo tenemos consideración, eres casi parte de la familia, ¿no?

Ríe sarcásticamente—. Gracias por la consideración.

—Acéptalo de buena manera, no cualquiera tiene ese privilegio.

—No sé porque estas tan tranquila, pero te aseguro que esto lo van a saber Jason y Bastian.

—Bueno, no es como si alguno de ustedes tuviera la suficiente autoridad moral para decir algo.

—Tus putos juegos y los de tus hermanos, nos tienen hartos.

Nos detenemos en una zona poco concurrida, nos tapan los arbustos. Se da cuenta de aquello pues empieza hablar del tema.

—Sabes a lo que vine, pero llegar y ver todo eso, no puedo.

—¿Qué no puedes? —me acerco a sus labios —. Claro que puedes Maddox

—Tu no eras así Kiara

—Y siguen aferrándose en vivir en el pasado —le doy un beso que enseguida corresponde —. La Aikiara de antes no estuviera haciendo esto y estoy segura que disfrutas esta situación.

—Me pones tanto Aikiara, no sabes lo que provocas en muchos de nosotros.

Lo observo, no siento remordimiento, lo que realmente siento es pena por él, mis planes van de una manera espectacular, pensé que sería más difícil volver a entrar a sus vidas de esta manera, pero me equivoque.

—¿Qué diría mi hermana si nos ve asi?

—Tu hermana es otro problema, ella sabe mucho y está loca.

—Ten cuidado, que esa loca te puede destruir con muy poco.

Su mirada fuerte, pero a la vez insegura inmediatamente se convierte en una de horror, sabe de lo que somos capaces y siento que morir no está en sus planes.

Deseos peligrososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora