BastianYa paso un día desde que tuvimos ese pequeño enfrentamiento con los Chadburn y cuando nos vemos solo nos dedicamos miradas de odio, cabe destacar que Aikiara ni siquiera nos mira. Estoy seguro que somos los seres que más detesta y me da un poco de miedo ya que, aunque no he hablado a solas con ella sé que se convirtió en una persona totalmente diferente a la que yo conocía.
Y amaba.
Voy caminando por el solitario pasillo del instituto, me mando a llamar el imbécil del director porque un idiota se le ocurrió abrir la boca y decirle al señor Maikel que Maddox se follaba a una de las profesoras, ahora tengo que ir yo a decir todo lo que se, claramente no voy a decir nada. Me detengo cuando veo a Byron Spinster el profesor de idiomas saliendo del salón acomodando su corbata y chaqueta, pensé que iba a tardar más en meterse con una alumna, pero parece que me equivoque, tengo curiosidad de saber quién es esa estudiante.
Camino al salón sin hacer ruido, sea quien sea lo descubriré y quien sabe, que tal que puedo utilizar esa información a mi favor, entro rápido y cierro la puerta. La chica voltea al escuchar la puerta.
¡No puede ser!
Aikiara me mira seria mientras se acomoda bien el vestido que aún estaba arrugado. Ella te obliga a pecar, tan solo ver sus piernas sabes que el resto será aún más perfecto.
—¿Necesitas algo? —me pregunta con esa tranquilidad que la caracteriza.
—Así que tú eres la que se folla al profesor —sonríe.
—¿Algún problema con eso?
—Entonces no lo niegas.
—Por qué lo negaría, si es la verdad —se volvió tan cínica respecto al sexo, cuando antes era tan tímida.
—¿No te gustaría recordar viejos tiempos? Era muy divertido.
—No, ahora tengo quien me divierta, pero si quieres, cuando me aburra te aviso, aunque no te aseguro nada, antes de ti hay una larga fila.
—Sabes cómo joder a un hombre, eso te hace aún más perfecta.
—¿Enserio tienes muchas ganas de coger para estar diciéndome esas cosas? —si enserio y más contigo, pienso.
—Eres una diosa Aikiara —le digo acercándome peligrosamente a ella.
—Una diosa, que fue mucho para ti y nunca supiste venerarla como debía de ser —dice con arrogancia.
—Pero ahora lo sé, solamente dame una oportunidad y créeme que te voy hacer sentir lo que no has sentido en mucho tiempo.
—Que arrogante eres, deja de perder el tiempo, crees que eres el único hombre que me pudo satisfacer —dice, llego a su lado y la acorralo —. Aunque no necesito a ninguno para tener placer.
—Sin duda mis expectativas quedaron cortas al tenerte frente a frente y comprobar con mis propios ojos en lo que te habías convertido.
Trata de separase, pero pongo más fuerza para que no se vaya, me atrevo a tocar sus piernas, tan suaves como las recordaba.
Al demonio. La beso, pruebo sus labios después de dos jodidos años sin sentir ese delicioso sabor que solo en ella podía encontrar. Empezamos lento pero poco a poco se está convirtiendo en salvaje, estoy seguro que ella también extrañaba esto. Trato de probar mi suerte y pego nuestros cuerpos hasta que no haya ni un solo centímetro que nos separe, ella no se separa.
El beso se vuelve desesperado, ella no me detiene cuando empiezo a subir su vestido acariciando su piel en el proceso, llego a sus bragas, ella me mira con ojos de lujuria e impulsa su cadera dándome permiso para que continúe, acaricio su sexo mientras que suelta un jadeo, mi miembro está a punto de explotar de mi pantalón, parezco un adolescente de 15 años que tan solo con un beso me causa una erección, pero esto solo lo puede provocar Aikiara.

ESTÁS LEYENDO
Deseos peligrosos
Misteri / ThrillerSolo tú y yo sabemos de los demonios que habitan en nosotros, ¿Sabes por qué lo sabemos? porque por muy enfermo que suene nos amamos.