Miedo a la oscuridad

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~ parte 10 ~

PDV ARIEL

Siempre temí a decir lo que pensaba porque no quería ser acusada de egoísta. Mantener la paz a sido el camino de mi familia, el legado de mi abuelo no debe ser defraudado. En un cuarto mudo, el reloj sonaba fuerte y claro... se acercaba la hora de la final del torneo de campeones de Pro Control.

Até mi cabello en una trenza, se que me estorbará el día de hoy si lo llevo suelto. Cuando me fuí con la compañía de músicos, dejarme el cabello largo fue lo primero que decidí por mi cuenta. Creo que, hasta cierto punto, para mi representaba la rebeldía que demostré al no seguir el camino que mi familia esperaba que siguiera, nunca pensé querer involucrarme como hoy.

Siempre había evitado los problemas, hoy caminaba directo a la trampa de Amon.

Llegué a la Arena y fui al palco de los Hurones de Fuego, Korra y Bolín al verme se apresuraron a recibirme:

- Ariel! Viniste. – Dijeron Korra y Bolín en unisonó.

Mako en el fondo me veía sorprendido y al verlo mi estomago se sintió frágil. Dio un paso al frente y me sonrió débilmente:

- Pensábamos que no vendrías. –

En verdad me preocupo por ellos, claro que vendría. Abracé a Korra y Bolín, entre todos los problemas y el peligro me las arreglé para soltar una carcajada.

- No me perdería esta noche por nada, ustedes quedarán campeones, lo sé. Siento haberme enojado el otro día, cancelar el torneo no hubiera arreglado nada. –

Mako se unió al abrazo y sonrió tiernamente:

- Olvídate de eso, estamos juntos. Somos un equipo. –

Al sentir la mano de Mako rozando la mía, lo tomé de la mano y apreté fuerte. Él también hizo lo mismo y yo sentía que quería llorar. No pude evitarlo, mi vista se empañó por las lágrimas en oscuridad y sentía miedo. Entre más me involucraba con el equipo Avatar, sentía que más débil me volvía.

Me despedí del equipo para ir a las gradas, quiero creer que no notaron mis lágrimas. Lin y mi tío Tenzin se encontraban vigilando el ala oeste de la arena, caminé hacia ellos y escuché en silencio su conversación acerca de hacer las paces por la importancia de la situación. Empezaron los combates y mientras contemplábamos el espectáculo, crucé mis brazos porque no podía hacer que dejaran de temblar. En voz baja dije:

- Casi es hora, solo queda esperar. –

No podía dejar de pensar en mis amigos músicos, la mayoría no son maestros, si hay un ataque estarán totalmente indefensos. Me dirigí al ala oeste donde ellos se encontraban, ya que solo habían hecho el show de inauguración de la ceremonia, ahora solamente eran espectadores. Allen me vio entre la multitud y vino hacia a mi para decirme:

- Ariel, hola, que bueno que estas aquí ¿te vas a sentar con nosotros? – extendió su mano hacia los asientos y entre ellos uno reservado para mí. – Teníamos la esperanza de que cantaras hoy, no puedes resistirte al escenario. –

Mi corazón se enterneció y le sonreí a Allen al contestarle:

- Hace algunos meses era en lo único que pensaba, inclusive resentía a Korra por mis propias frustraciones. Pero por primera vez en mi vida siento que estoy justo donde debo estar, protegiéndolos a ustedes. –

Allen siempre ha sido malo para esconder sus muecas cuando algo le desagradaba. Sin darse cuenta su cara se frunció un poco. Tras una sonrisa forzada el suspiró:

- Entiendo, estar con nosotros tal vez no sea tan importante como lo que haces ahora. Estamos orgullosos de ti por ayudar al avatar y siempre tendrás los brazos abiertos con esta compañía. –

Allen no sonrío esta vez, tras de él se acercaron dos coristas comiendo palomitas. Sus ojos azules se llenaron de agua y una lagrima callo de su mejilla. Allen puso su mano en mi rostro y recorrió mi cara mientras suspiraba:

- Pronto estaremos juntos... mi dulce Ariel. –

Tras Allen, en las manos de los coristas se acercaron con unos guantes dorados que despedían luces que me encandilaron, después de eso, mi vista se oscureció.

...

No recuerdo que pasó.

...

Estaba congelándome en el piso de una celda, atada de pies a cabeza. Mi boca estaba tapada, la impotencia de no poder moverme me causó un shock. Frente a mi estaban algunos chicos encerrados que me explicaron eran guardias del equipo de Lin, uno de ellos dio un paso hacia la luz del pasillo y pude ver su rostro decir:

- Amon tomó a todos por sorpresa en la Arena. Le quitó sus poderes a los lobo murciélagos, era una trampa. El Avatar, sin embargo, está a salvo. –

Otro de los guardias golpeó la pared en frustración y sollozó:

- Los han perdido sus poderes somos nosotros. –

Los demás guardias agachaban sus cabezas, sus caras aterradas me hicieron darme cuenta de lo que me pasaría si pasaba aquí más tiempo. En el pasillo de la cárcel, a lo lejos, podía escuchar la voz de algunas personas y reconocí la voz de Allen. Antes angelical, ahora su voz hacia hervir mi sangre de enojo tras enterarme de su traición. Los escuché decir:

- Primero electrocútenla antes de traerla. Llego la hora de limpiarla de su impureza. –

La voz de Allen contestó:

- Ella... ¿sufrirá? –

Los pasos se escuchaban cada vez mas cercanos y no escuché respuesta a la ultima pregunta. Me liberé de las ataduras, esperé el momento. Al acercarse a la puerta tras escuchar el sonido del cerrojo abrirse, liberé una corriente de aire lo mas fuerte que pude. El tipo del bigote estaba ahí, con su arma de electroshock. Le quité las llaves de la mano a su cuerpo inconsciente y no pude abrir la celda de los policías con ella. De reojo, vi que tenía otras llaves colgando de su cintura. Me acerqué a tomarlas... sus ojos llenos de odio se abrieron de golpe y me dio un cabezazo que me lanzó atrás.

Mi corazón lleno de confusión se sentía traicionado por Allen y la compañía. Estoy por mi cuenta y tengo que pelar, no pienso seguir huyendo.

Levante mi mano para retar al tipo del bigote, al verme soltó una sonrisa diabólica. Con navajas de aire di mi primer golpe. El trató de defenderse, pero no tenía donde huir de mi aire control. Con una fuerte corriente arrojé su cuerpo tras las barras, tomé sus llaves y abrí la otra celda. Le dije a los policías del equipo de Lin:

- Esto solo lo detendrá por un momento, tenemos que salir de aquí antes de que mas guardias lleguen. –

Corrimos sin rumbo en túneles subterráneos y a lo lejos en la oscuridad podía ver una luz.

~ final de parte 10 ~

El sueño de la maestra aireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora