Sueños y corazones rotos

2.2K 196 8
                                    


~ Parte 5 ~

PUNTO DE VISTA ARIEL

Repentinamente las luces se apagaron, muchos en la pista de baile nos quedamos sin aliento. Antes de que infundiera el pánico comenzó un swing acompañado por chasquidos que provenían de los músicos.

Sentí la mirada de Korra y Bolín sobre mí, en búsqueda de respuestas, antes de poder decir algo pasó lo inesperado.

Los reflectores se encendieron en el escenario para iluminar a un chico alto y delgado con traje negro y detalles dorados que resplandecían, en su mano un sombrero de copa que cubría su rostro; con su otra mano se acercaba un micrófono dorado con incrustaciones para decir en una atractiva voz cálida.

- Damas y caballeros bienvenidos a la noche de sus vidas.

Un escalofrió recorrió todo mi cuerpo y las luces se encendieron en tonos morados y azules para revelar a los músicos tomar el escenario con su majestuoso espectáculo. Acompañados por bailarinas y traga fuegos que emergieron de detrás del escenario para rodear el gran salón. Tambores, trompetas, violines y toda una sinfonía no solo de música sino de colores inundó el salón. El ritmo retumbaba en unísono con aplausos y zapateos por parte de los artistas. Y de repente estaba intoxicada con ese sentimiento que solo puede darte un escenario. Todo lo que siempre he deseado, estaba delante mío, una vez más. Sentía que mi corazón se salía de mi pecho.

El cantante bajo los reflectores es un chico llamado Allen, la joven promesa de la compañía de artistas, que dejé antes de venir a ciudad república. Su voz es como una caricia, llena de emoción y pasión por el arte. Reveló su rostro al colocarse el sombrero de copa sobre sus icónicos rizos dorados, quebrados en un perfecto desorden.

Sentí la mirada de Allen mientras su expresión cambiaba al descubrirme entre el público. Allen era mi mejor amigo y juntos hacíamos arte. Una lágrima recorrió mi mejilla... felicidad, tristeza, orgullo, admiración o envidia... ¿qué es esto que siento?...

Allen bajó del escenario y los reflectores lo siguieron, al acercarse a nosotros la multitud le abría paso.
Estiró su brazo a hacia mi y respaldado por su coro cantó:

- Aquí es donde debes estar, aquí es donde quieres estar.

Sin darme cuenta me sentí atraída a su actuación, di un paso hacia adelante y levanté mi mano para encontrarme con la suya. No pude evitar susurrar:

- Todas las noches pienso en los sueños que teníamos...

---------------------------

PUNTO DE VISTA MAKO

Asami y yo salimos al jardín; ella no tomó mi mano, ni yo se la extendí. La atrapé viéndome de reojo, pero creo que ella se siente igual que yo. No quiero estar sin ti, pero tampoco puedo estar contigo. La tomé de la mano y ella me abrazó. Cuando ella me atropelló, nuestro amor se dio como una explosión de la cual ahora solo quedan las cenizas. Me siento un cretino, pero me estoy mintiendo a mí mismo mientras ella se hace la ciega. Suspiré antes de empezar a hablar, pero ella susurró:

- El amor es tan impredecible, no sé qué hicimos mal...

Ella me sonrió y no pude evitar mostrar una expresión de sorpresa. Sus ojos se llenaron de lágrimas... de repente ya no me siento tan listo para esta conversación. La abracé, tal vez por ultima vez, contener mis emociones siempre ha sido fácil, pero me sentía vulnerable. Bajo la fuente de su gran patio nos sentamos a abrazarnos y lloramos juntos... Rompí el abrazo para verla a los ojos mientras confesaba:

- Cuando estoy contigo siento un vacío, no tiene sentido porque tú tienes todo lo que cualquiera querría... Asami, me tomó tiempo entender que no eres para mi y aún mas tiempo hacerme a la idea de que tengo que vivir sin ti. Me siento en verdad el rey de los patanes. Tal vez mañana me arrepienta, pero no creo que pueda hacerte feliz sintiéndome así, no deberíamos seguir juntos...

Cada palabra que salía de mi boca ejercía una presión en mi pecho cada vez más fuerte. Asami volteo su cara hacia la fuente, se limpió las lágrimas y se armó de valor para decir.

- Quédate un momento conmigo...

Reposó su cabeza en mi pecho y suspiró antes de sollozar:

- Me siento igual que tú, pero no quiero perderte. Sentía que me estaba marchitando y no supe como arreglarlo.

Levanté su cabeza con delicadeza y le dije seriamente:

- Asami nunca vas a perderme, te tengo tanto cariño que eso no es posible.

La presión sobre mi pecho llena de tristeza y ansiedad, me tenía al borde del llanto. Y al mismo tiempo creo que estoy empezando a respirar otra vez.

~ final de parte 5 ~

El sueño de la maestra aireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora