Epílogo

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No estaba siendo un proceso fácil, a pesar del tiempo la herida permanecía abierta.

Tener que buscar ayuda no fue algo algo sencillo, psicológicamente no estaba estable y mis desórdenes alimenticios eran recurrentes.

- ¿Estás seguro de que esto es lo que quieres?

- Sí mamá, necesito cambiar de aire y concentrarme en mi. Además, Erick está pronto a salir de la cárcel, no te niego que tengo miedo de que quiera buscarme.

- ¿Cómo es que con todo lo que hizo solo le diesen dos años? - preguntó molesta.

- No lo sé, solo espero que le haya servido, en el fondo sé que no es malo.

- Está loco ese chico, loco.

- ¿Sus padres lo visitarán? Desde que se fueron de aquí no he sabido nada de ellos - recordé.

- Ese no es tu problema, ya debes cerrar esa etapa o te seguirás haciendo daño.

Era sencillo decirlo, quizás para otras personas juzgar los actos era sencillo, personalmente fui víctima de sus maltratos y agresiones pero me hubiese encantado saber el por qué de su actuar y quizás ser una buena ayuda.

- Antes de irme lo iré a ver - solté sin rodeos.

- Christopher no.

- Mamá, es lo que debo hacer.

- ¿Por qué? Ese chico ya te hizo demasiado daño.

- Pero me enamoré, es estúpido lo sé y más con el tiempo que ha pasado, pero no sabes lo que me dolido todo este tiempo pensando si estará bien, si habrá comido, no lo sé.

No estaba convencida, su rostro me lo daba a entender, sin embargo, era mi decisión.

Salí de casa calculando el tiempo, posiblemente hoy dejaría muchas cosas atrás, eso incluía a Erick.

No me sentí cómodo con tanta revisión en la cárcel pero era necesario.

- No esperaba que fueses tú el que estuvieras aquí - dijo apenas se sentó.

- ¿Cómo has estado?

- La verdad bien, tengo una habitación presidencial, guardias que me vigilan y una hermosa piscina, tengo un palacio - dijo en sarcasmo.

A simple vista se veía distinto, estaba mucho más delgado, las facciones de su rostro parecían estar más marcadas y su cabello ya tenía un largo que él no acostumbraba a utilizar.

- Debes estar feliz, estás por salir - recordé.

- ¿A qué viniste realmente?

- Solo quería saber como estabas, llevo tiempo sin saber de ti.

Realmente no estaba en mi planes mencionar mi partida, quería mantenerme al margen.

- Estoy vivo, creo que eso es lo que importa.

- ¿Tus padres vienen seguido?

- ¿Mis padres? Yo no tengo padres, no tengo familia - aclaró.

- Erick, no digas eso.

- ¿Sabes que desde que estoy aquí nunca han venido a visitarme? ¿Esas personas merecen ser mis padres?

- Es que entiende, te equivocaste mucho.

- Ni un animal abandona a sus hijos, no soy santo y sé que merezco estar aquí pero tú no sabes lo que es estar casi dos años encerrado sin que nadie te visite, pasar momentos importantes solo, entre tantas cosas que he tenido que vivir en este maldito lugar.

- No lo sabía, lo siento - pedí.

- Christopher, yo no necesito de tu lastima, sé que saliendo de aquí voy a estar solo y créeme que no me importa.

- Me preocupas Erick, a pesar de todo te sigo queriendo.

Su mirada se detuvo en mis manos que no dejaban de moverse, una corriente recorrió mi cuerpo apenas sentí como las de él se posaron sobre las mías.

- Quisiera decir lo mismo, pero mi cariño se acabó apenas me encerraste en este lugar.

No pude contener las lágrimas en lo que veía como se alejaba, quizás todo estaba definido y solo a mi me costaba entender que este era el final de todo.

Lo Oscuro De Ti - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora